ISSN: 2992-7781
REVISTA DE LITERATURA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

Beatriz Pérez Pereda,
Habitación en sombras,
ISBN: 978–607–8649–26–6, México,
Instituto Municipal Aguascalentense para la Cultura,
2021, 50 pp.


Patricia Huerta Lozano (Morelia, Michoacán, 1998). Estudió Literatura Intercultural en la ENES Morelia-UNAM. Es coordinadora de la Red Nacional de Estudiantes de Lingüística y Literatura. Dirige un club de lectura para adolescentes en la UNAM, Centro Cultural Morelia. Publicó Mermaid Blue (Grafógrafxs, 2021), y poemas suyos aparecen en Yo quería llamarme Emilio, como tú, y otros poemas. Antología del taller de poesía de Grafógrafxs (Grafógrafxs, 2021),  Blavatsky. Antología del taller de poesía de Grafógrafxs (Grafógrafxs, 2022) así como en Desgracia, ebriedad, locura y tal vez Illinois. Poemas de amor de Grafógrafxs (Grafógrafxs, 2022). Es integrante del taller de poesía de Grafógrafxs.

 

Habitación en sombras, de Beatriz Pérez Pereda

Patricia Huerta Lozano

 

 

Leo a Beatriz en los bazares, en voz alta, junto a una perrita llamada Astérix. El primer libro que me llevé fue Teoría sobre las aves, obra ganadora del Premio Nacional de Poesía Amado Nervo 2015. La poesía de Amado Nervo no me gusta, o bueno, ahorita no, después quién sabe, pero tengo dos ediciones de sus poemas por la biblioteca que me heredó mi abuelo, un abogado, al igual que Beatriz Pérez Pereda. Mi primera impresión del libro fue que era bonito y que, a diferencia del Diario de Frida Kahlo, era ligero y apropiado para mi mochila de neni. En la portada hay un árbol con hojas de otoño y dos pájaros de pecho rojo. La tipografía del título era preciosa, yo pensé que era Manrope, por lo redondita, pero no, en el colofón especifican que se “usaron fuentes de la familia Adobe Garamond Pro a 9-20 puntos”.

En general, el poemario me hizo sentir ansiosa, apachurrada y atenta. Las tres sensaciones al mismo tiempo. Recordaba y leía, era como si estuviera leyendo y dando sorbitos a una sopa, aun así, sentía en las páginas que me aproximaba al final del libro. El poema veintiuno me recordó a la primera vez que no pude dormir en toda la noche, porque mi pareja me había pedido un tiempo:

 

Te tenían en una cama como en un nido,
preparándote para tu partida,
o sencillamente como se guardan las cosas,
que no sabemos qué hacer con ellas.

 

Volví a leer a Beatriz en otro bazar. Para las personas que no conocen la perspectiva de una neni, hay ratos en los que te aburres mucho si vas sola. No siempre hay el mismo flujo de personas. De diez a doce de la mañana el lugar está prácticamente vacío; en cambio, por eso de las cuatro a siete de la tarde la venta es más fuerte.

También depende de tu producto. Conmigo son pocas las personas que se detienen a preguntar por las tisanas que traigo o el costo de los accesorios de té, pero cuando preguntan es porque tiene una intención de comprar sabores que ya conocen o algún infusor que quieren regalar para una conocida.

El chico de los cigarrillos electrónicos siempre tiene gente, desde las abuelitas que preguntan cómo funciona hasta los menores de edad que tratan de convencer a sus padres de que el producto no tiene nicotina. También está una compañera que vende calcetas de gatitos, pero casi nunca vende en el bazar, porque sus pedidos suelen ser personalizados, y va para repartir sus tarjetas en una mesa blanca pequeñita y su sombrilla azul.

El punto es que puedo leer en silencio cuando estoy sola, o en voz alta cuando alguna otra persona decide sentarse conmigo. En mi último bazar me llevé Habitación en sombras. El poemario se compone de veintiún poemas, y conforme avanzaba me sentí nostálgica, al igual que en Teoría sobre las aves. El poema número uno lo leí varias veces, quería aprenderme cada palabra porque me sentí identificada con la estrella enana roja. Una perfecta niña de casa que no abandona las comodidades, pero que sueña con una vida de aventuras junto a una supernova (la reputación de inestable es un requisito indispensable).

Me asombré de cómo Beatriz verbalizaba el lenguaje de las emociones. Pensé, yo conozco bien el “dolor que viene de un sitio indeterminado”, que es “lo más cercano a compartir un miedo”, desglosados en los poemas segundo y duodécimo. También me pregunté por qué, al igual que en otros poemarios de Beatriz, los poemas no tienen título. Le pedí a la supernova, mi crushmajestuosa, que me dijera un número del uno al veintiuno para encontrar una respuesta juntas.

–A ver, el dieciocho, y pregúntale si debo renunciar a mi empleo.

Comencé a leer el poema en la página cuarenta. “Recurro a la imaginación del cuerpo…”. Y al terminar, leí de nuevo los siguientes versos, porque me gustaron mucho:

 

Así lo imagino,
será como quitarse el abrigo incómodo y descubrir que no hace frío,
soltar una mochila de piedras
y comprobar que mi altura es más elevada,
mis expectativas más ligeras.

 

La supernova dijo que imaginaba que eso era morirse y le daba alivio. Yo le dije que para mí sería como despojarme de mis desórdenes alimenticios, que también la idea me daba sensación de alivio. Nos quedamos en silencio, nos abrazamos rápido y la supernova se fue a hacer maletas para un viaje de siete días. Quería encontrar un poema en la página siete del libro, en su lugar estaba en letras grandes “Premio Dolores Castro 2021. Primer lugar poesía”.

Terminé de leer el poemario en mi casa. El libro es de cincuenta páginas, era blanco cuando lo compré, pero en el bazar se alcanzó a ensuciar de tierra. Si lo hubiera dejado en la mesita de mi tocador, seguramente seguiría intacto, como nuevo, sin lectura. Mi copia sucia es una marca de guerra, una marca de uso y de lectura, o sólo debería ser más cuidadosa con mis cosas. Me acuesto, pongo I love you but I love me more, de Marina, abro Habitación en sombras en la página veinte:

 

¿Este es mi hogar?
Estar inmóvil en mi cama pequeña
mi corazón dando tumbos
como queriendo salir de sus paredes.

 

Cuando agarro el sueño, me aferro a querer controlarlo y busco replicar el poema once para ver a la supernova un ratito más:

 

Sueño que estoy en Alemania
                                       (lo sé, es extraño)
jamás he querido estar en Alemania
pero estoy aquí
es mi sueño y llueve
Veo a mis amigos que me invitan a pasear sin paraguas
yo intuyo que como en las bodas
es de buena suerte pasear bajo la lluvia
Sé que estás aquí
sé que voy a verte
al girar en cada esquina
aparecen cúpulas abriéndose entre las nubes
De alguna manera soy feliz
cae la lluvia y no siento frío
sé que camino a tu encuentro
otro cielo
                                claro y soleado
se refleja en los charcos de agua
Debo haber elegido este país
para guardar silencio en una lengua que tú y yo desconocemos
que no sabemos usar para despedirnos
O quizá en el mundo de los doppelgänger
he recurrido a mi doble
aún enamorado
para hallar a tu otro tú
que todavía me desea
Podría existir una explicación más simple
estoy en Alemania y es un sueño
es la madrugada de mi cumpleaños
y mi mente ha construido una ciudad bajo la lluvia
para darme el regalo de mirarte