ISSN: 2992-7781
REVISTA DE LITERATURA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

 

El juego del calamar antes del juego del calamar

Demian Marín

 

En todas las tradiciones literarias siempre existen los escritores ocultos, aquellos de los que nadie habla, pero que se vuelven de culto para unos pocos que los descubren y se enamoran. Y una de las principales razones por las que estos escritores son relegados al olvido es la naturaleza de sus obras: no son canónicas, o son incomprendidas, o simplemente son demasiado raras como para gustar al grueso de la población. Uno de esos autores ocultos y extravagantes es pedro f. miret (y no, no está mal escrito, el propio autor firmaba de esa manera, con minúsculas).

El autor fue uno de los niños exiliados que llegó a México luego de la victoria del franquismo en España. Su camino de este lado del charco lo llevó a convertirse en un «artista» en todo el sentido de la palabra. Escritor, dramaturgo, actor, guionista y director de cine, miret buscaba a través de cualquier lenguaje transmitir historias, sus historias, que para los no iniciados pueden parecer sin pies ni cabeza.

En su primer libro (sólo publicó cinco), el autor ya muestra su característico estilo, sus obsesiones y motivos. Desde el título (Esta noche… vienen rojos y azules), miret nos muestra ese gusto extraño y a veces sórdido de los puntos suspensivos, y esa frase es un resumen de lo que se propone contar: una noche, y sin explicar por qué, muchas personas vestidas de rojo y de azul se reúnen en un edificio deshabitado para cazarse mutuamente, en un juego que recuerda en todo momento al mostrado por la famosa serie coreana de Netflix, pero que, a diferencia de esta serie, aquí no se conocen del todo las reglas. ¿Qué significa ganar?, se pregunta el «rojo» protagonista, ¿matar a todos los azules?

Pero este es sólo el primer cuento del libro. En los demás, de una menor extensión, se cuentan otras historias con un mismo ambiente enrarecido, en las que los protagonistas comparten con el lector el hecho de no saber en qué terminará todo. Incluso, podría decirse que las otras historias son continuación de la primera, puesto que carecen de títulos, ninguno de los personajes tiene un nombre y apenas se menciona información para caracterizarlos.

Mediante mi investigación sobre este autor, supe que los propios amigos de miret confirmaban esta capacidad, incluso en su conversación diaria, de establecer lazos ocultos entre temas aparentemente inconexos. Se cuenta que era difícil seguir su hilo de pensamiento, que incluso podía parecer absurdo lo que decía, pero poco a poco las piezas del rompecabezas iban cayendo en su lugar.

Esta noche… vienen rojos y azules (Hermes, 1964) es trepidante. A miret parece no interesarle nada más que contar historias. Los personajes sólo son un mal necesario, porque sin ellos no puede contarse ninguna historia. Y como mal necesario, a miret no le importa contar poco o nada sobre ellos. Lo que busca —de una manera muy visual, cinematográfica— es que la acción nunca pare.

Además, la primera edición es una delicia, por los detalles editoriales que guarda: en la portada aparece sólo una imagen, el título está en la contraportada. Cosas extrañas que anuncian la extrañeza misma de lo que contienen.

Vale la pena echarle un ojo a este libro. A nadie puede dejar indiferente.