Preferimos morir escuchando una buena canción,
una entrevista a José Eugenio Sánchez
Sergio Ernesto Ríos
Jack Boner and the Rebellion (Almadía, 2014) es un libro del poeta regio-tapatío José Eugenio Sánchez, una respuesta erótico-visceral, implacable, al corazón de la mitología beat; mucho tiene de corazón la poesía beat y de órganos de más abajito. Si en su primer libro, Physical Graffiti, una sexagenaria y cachonda rentera surgida de cualquier posible VHS porno casero pide ser golpeada con su bastón, o en Galaxy Limited Café un dildo llamado Terminator (con sus respectivas secuelas) arrasa con una amante, Jack Boner, erecto, enhiesto y plurisexual, con el «glande inflado de tinta», no deja beat con cabeza; sucumben los santones de la poesía norteamericana Neal, Allen, William, Gary, Gregory. Si creyeron que el bobalicón y ruborizador de cuarentonas, Walter Salles, tenía algo que decir en su adaptación de On the road, se equivocan, la réplica de la sacudida beat acaba de llegar con Jack Boner and the Rebellion, de José Eugenio Sánchez, publicado por la editorial Almadía.
Sergio Ernesto Ríos: Hay cierto idilio en la experiencia beat respecto a Estados Unidos y México: de un lado, la opresión, la vida rígida, el porvenir; del otro lado, las posibilidades, la aventura, el éxtasis, la muerte, la rebelión. ¿En qué medida se ha mantenido esto? ¿Ha cambiado?
José Eugenio Sánchez: Así como lo muestras, no sé cuál país es el de la opresión y cuál el de la vida rígida. Pero nada es igual a nada: los beats descubrieron un México que poco nos interesa a los mexicanos. Ellos disfrutaron su condición de extranjeros, adinerados, ingenuos turistas y locos místicos drogadictos. A la fecha he conocido en el país sólo un par de escritores gringos diferentes al escritor gringo académico; uno de ellos lo conocí en las oficinas de Oficio Ediciones en Monterrey, tratando de imprimir su libro. No recuerdo su nombre, era un texano borderline fumamota medio metalero biker butthead. Lo acompañaban dos chicas: una de ellas era una aldeana redneck que era zombi o siempre estaba colocada, nunca conversé con ella; la otra era una pocha que no tenía una mano, pero sí un cuerpazo; igual siempre andaba pacheca y sabía de cocina vegetariana. Él aseguraba no ser escritor y tampoco un oportunista, sólo que le encomendaron contar su experiencia: el título de su libro: UFO & I: a journey beyond the galaxy. El otro es Antony Seidman, poeta y traductor que en esos días era un estudiante de literatura de la UTEP que prefirió vivir en Juárez y no en El Paso, porque la renta era más cómoda de pagar. Eran los días más productivos y violentos del Cartel de Juárez tanto en los negocios como en los ajustes de cuentas. Mientras en la ciudad asesinaban beligerantemente y extorsionaban, secuestraban o tiraban en los arenales a las mujeres, y muchos huían, Antony cruzaba el puente migratorio día con día dos o cuatro veces sin causar la menor sospecha.
SER: ¿Cuál es tu idea de viaje beat mexicano? ¿Algún itinerario con paisajes, desarreglo de los sentidos y música de fondo?
JES: Sería una cátedra en la universidad con recorridos con obstáculos para cada sesión, con el título: «Escritores norteamericanos que se drogaron, cogieron, amaron, escribieron, vivieron, mataron o murieron en México sin conocer a Octavio Paz».
SER: Entre el prófugo beat y el turista springbreaker la constante es la sexualidad y el placer a tope. El primero lo vive en el fervor del espíritu colectivo y lo sagrado extraído de oriente; el segundo, como un acostón irrepetible con una resaca de graduación, trabajo y matrimonio. En ambos casos se me ocurre una cita de Roberto Piva: «El coito anal derriba el Capital». ¿Qué opinas de ello?
JES: Roberto Piva devela algo que todos sabemos.
SER: Si pudieras escoger solamente a uno de los personajes de Jack Boner and the rebellion, Jack, la mamá de Jack, Tike, Allen, Neal, Carolyn, Gregory, Bill, Joan, ¿cuál serías y por qué?
JES: Es como si me preguntaras a cuál de mis gatos quiero más. No sé, me gustan detalles de cada uno. Me encanta Tike igual que Carolyn, me gusta que entre ellos se gusten.
SER: Parafraseando el título de uno de los poemas del libro podríamos decir que «la única cura para el envenenamiento por narcotráfico es más narcotráfico». ¿Cuál es la posible cura a la manipulación del estado en el tema de las drogas y el desangramiento del país?
JES: La irresponsabilidad de los poderosos y su avaricia han convertido a esta nación en un dolor de cabeza. La mafia descubre que para que un negocio sea productivo y crezca empresarialmente sano debe ser por medio de la ilegalidad. En este momento la delincuencia está trabajando de manera organizada y con ideales y preceptos económicos fuertes. Supongo que el resto de la población aprenderá a operar de esa manera en una fracción de tiempo y los gobernantes harán nuevas reformas que seguirán impulsando la violencia, la sangre y vanguardistas formas de agresión social.
SER: ¿Qué es el fenómeno poético underclown?
JES: El poema es el germen de las cosas y las interpretaciones delirantes que de ahí puedan surgir son el underclown. It´s hard to be hard. En estos tiempos es ridículo e imposible ser marginal y es muy evidente la torpeza que se expone al tratar de serlo. También es complicado ser rico y es obvio la falta de clase que nos hereda la hambruna. Y no soy un payaso de la ordinariedad (ni burócrata ni alto funcionario) y la acción de la escritura sólo me permite ser el médium de un subpayaso, underclown.
SER: ¿De qué va Un País Cayendo a Pedazos, y habrá adaptación de Jack Boner and the rebellion?
JES: Nos gustaría ser el típico power trío de símbolos sexuales que arrasan con las multitudes. Una banda de poesía y rock que se presente en formato de concierto o toquín, y que a veces nos apoyemos en nuestros físicos para animar a la audiencia, en otras con videos, y en la mayoría con música y desmadre. Lo que hasta el momento hemos conseguido es hacer un show divertido con buena música e irreverencia. La idea es promover la paz y el sexo. La idea es que el poema salga del libro y llegue a otro espectador, en otra forma, en otro producto y que sea poderoso, divertido, sexual y caliente.
SER: ¿Tienes alguna anécdota sobre Octavio Paz?
JES: Yo no conocí a Paz. Un libro mío es el último premio que él concedió como jurado de un certamen de poesía. Y tenemos una charla, pero hasta ahí. Hace unos días, llegaba a Casa del Lago en Chapultepec y vi a dos chicos saliendo de un auto y, junto con ellos, una nube espesa de mariguana. Ante el olor, se acercó un conserje que, sin inmutarse o alarmarse, les dijo que él había asistido a una conferencia, en el mismo recinto cultural, donde comentaron que Octavio Paz y sus amigos se juntaban a fumar mariguana en los parques de la Casa del Lago. Por lo que uno de los chicos dijo: qué buen homenaje le hicimos al maestro en su centenario.
Y acá un poema de Jack Boner and the Rebellion (Almadía, 2014):
how can people be so furious in this metaphysical void
(testimonio de michael)
a la verga la política la fe el corporativismo
y cualquier pendejada que permita vivir en paz a los
poderosos
a la verga la estrategia: puntualicé
y allen propuso unilateralmente: ahora todos nos
vamos a méxico y bla bla bla
yo reiteré: robert duncan es el poeta más importante
de la costa oeste
y bla bla bla
y entonces gregory saltó sulfurado y me tomó
del cuello y dijo entre dientes: michael eres un
bla bla bla
lo empujé tirándolo al suelo
inmediatamente me envolví la bufanda
e indignado me dirigí a la puerta
neal me miró y bostezó
y antes de salir jack me dijo
: eres el mejor espectáculo en millas a la redonda
la clave de todo aquello fue el aburrimiento
a la verga el aburrimiento
jack insiste en ser una sombra en las aceras
donde la verdad no es viable
porque la humanidad no la merece
a la verga los scat readers & cocksuckers & beatniks
que discuten irascibles al repartir
un montón de marihuana en partes exactamente
iguales
para repartirla en partes exactamente iguales
a la verga esos putos campesinos
que querían llenar su cabeza de filosofía
para no enlistarse en el ejército
y a la verga el ejército
preferimos morir escuchando una buena canción
o evadiendo al fisco con drogas duras chamánicas
o asfixiados en carcajadas secreciones sangre y mierda
o con la próstata del tamaño de un plato
o desangrados en la taza del baño
o hermosos en las vías del tren
etcétera
que por las firmas de un montón de burócratas