Dulce María Asís Contreras (Metepec, Estado de México, 1990). Estudió la licenciatura de Químico Farmacéutico Biólogo en la Universidad del Valle de México. Trabaja en una institución financiera.
FRANCISCO
Si tuviera que escribir en algún sitio el lazo que me une a mi padre, sería un ensayo,
que, como todos, llevará un título presuntuoso: "canción de las lágrimas tras la puerta".
Llega sin avisar, sin despertar al perro,
sus botas de silencio invaden la casa
es sombra, aparición o ángel
—todo depende del lugar donde lo espero—
Mi padre: un camino de pólvora al aire
y, sin embargo, roca
y sin medida, hombre
y sin reproches, cachorro
y sin verdades, bello
y con la verdad, de vidrio
y en lo eterno, mi padre.
A veces me olvida en el estante
como quien bebe del vaso
y lo deja al borde, vasos en la esquina del buró;
en la angustia de quebrarse, mi padre felino
nos deja caer para comprobar
la gravedad.
Mi padre, minino de rescate,
de la invernal infancia que tras las décadas
aún lo persigue.
A la verdad dicha, un mal padre
por ser inflamable
y en la mentira a medias
va dibujando las aristas
de la Libertad entre mis alas
un hombre, mi padre.