ISSN: 2992-7781
REVISTA DE LITERATURA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

Clasificar los hechos; o diecinueve
maneras de ver a Marker

(fragmentos)

Susan Howe

 

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El documentalista, fotógrafo y viajero francés Chris Marker era antes que nada un poeta. La Jetée, su película de veintiocho minutos, escrita y fotografiada a principios de los sesenta, imagina una tercera Guerra Mundial. Un hombre, marcado por una imagen de su infancia viaja a través de fragmentos de memorias-espejo intertraductivas hacia la línea original de la fractura que ninguna interpretación calmará. Muchos pilotos, hombres y mujeres, sobrevivieron, aun sin sobrevivir, al servicio militar colectivo durante la Segunda Guerra Mundial. A La Jetée (1962) y a Sans Soleil (1982) las acosan las llamas que habitan los espíritus. Al inicio de cada película de Marker vemos aviones que se escapan del ojo de la cámara. Uno de ellos es la matanza que ruge en las alturas. Vemos al otro esconderse bajo la cabina de un avión de carga. A La Jetée la llaman una novela cinematográfica; a Sans Soleil, un documental.

 

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Trenes nocturnos ataques aéreos refugios nucleares

—Sandor Krasna, 1982

 

Sans Soleil abre con una secuencia pastoral idílica. Tres niños andan por un camino en el campo de Islandia. El ojo cómplice de la cámara los arroja fuera del lugar y hacia el pasado poco antes de que el volcán enterrara a su pueblo bajo las cenizas. A través del cine, los vemos cruzar el pasado de nuevo. La voz de una mujer nos dice que el editor de la película rodeó o cubrió esta secuencia en particular con cuadros en negro. Habla desde el interior del negro hasta la próxima secuencia de disparos, cuando el avión cae dentro de la bodega de un destructor o de un portaaviones.

 

Portador de material letal invisible

 

sólo un evento o un no evento descendiendo a lo largo del campo escópico de la luz o vuelo en un mundo inundado de hechos.

La Jetée, compuesta casi totalmente de fotografías, empieza abruptamente con una imagen sonora en movimiento fuera de campo, el rugido de las revoluciones y del desplazamiento de los motores del jet. A veces pienso que escucho sirenas, hasta que el aullido o el grito de la aviación se duplica y se disuelve en música de catedral: voces en un coro cantan pasajes de la Liturgia rusa del sábado santo. En el norte de Rusia, Islandia y otros lugares del norte, el sol nunca desaparece de la vista en el verano. El despegue abortado de la banda sonora en La Jetée evoca visiones técnicas y escatológicas del mundo.

De inmediato, el tiempo podría ir hacia cualquier lado.

 

Shabat. Inicio del mundo hasta hoy. El fin de la oscuridad, incluso al inicio del Génesis toda voluntad de Dios toda suma de obediencia mortal. Qué terrible una imagen en movimiento sin transición se vuelve una mirada de las cosas según el ensamblaje de las máquinas. “Mis películas son mis hijos”. Los géneros y los métodos son medios que arrasan con el fantasma del fotograma original del proyector. Lo primero sólo puede ser sentimiento. La teoría vertoviana del intervalo. ¿Qué si una película nunca llega a la pantalla porque el público se va?

Un retorno a la cámara intrusiva en busca de refugio.

 

La lista de créditos de Marker llama a La Jetée una “novela cinematográfica”, pero la concentración preliminar de la cámara en torres de control reales, pistas reales, maquinaria aeroportuaria real, arquitectura útil de aeropuerto modernista real, sugiere una representación no ficcionada de los hechos: realismo social versus invención documental.

 

“Ceci est l’histoire d’un homme marqué par une image d’enfance.”

Con respecto a una voz a través del aire

 

se necesita espacio para doblar el tiempo en sentimiento

 

A menudo en el tiempo movedizo del habla algunas palabras pronunciadas se pierden. Una voz en off es omnidireccional, aunque leamos de izquierda a derecha. Intertítulos blancos forman líneas en la piel circunscrita de la pantalla. Subtítulos superimpuestos forman una tercera cadena de traducción: un mensaje extranjero de alguien a otro alguien extranjero “Esta es la historia de un hombre marcado por una imagen de la infancia”. Las palabras escritas en inglés me dicen lo mismo dos veces, aunque a través de otra visión y acercamiento obsesivos. En 1948, justo después de la Segunda Guerra Mundial, Laurence Olivier produjo, dirigió y protagonizó Hamlet. La introducción a la película en voz en off de Olivier era una sola frase unida en un cita- intertítulo de uno de los soliloquios de Hamlet: “esta es la tragedia de un hombre que no pudo decidirse”.

En el acto I, escena I, Horacio ve al fantasma del padre de Hamlet armado, pero con el visor de su casco levantado. Al protagonista de La Jetée se le ha otorgado mirar, como niño, su propia muerte. La mujer desconocida, objeto de su deseo, sujeto de su mirada, a veces lo llama su “fantasma”. “Hamlet”. Adiós querida madre. Rey. Amado padre, Hamlet. Hamlet. Mi madre. Padre y madre son esposo y esposa, hombre y mujer son una sola carne; así mi madre. Venid, por Inglaterra”.

La pierde para ir a buscarla. Escapa al aire luego de vivir bajo el agua, podría ser su madre destella hasta hacerse visible

 

    si un pájaro golpea el aire debería ah

ah no debe sonar

a través de la superficie movediza del tiempo, un ala oscura la obsesión de todo lo que está al otro lado de la corriente de la conciencia. “Es así que muy a menudo le sucede a ciertos hombres”. Ahora susurra acerca de sus ojos de piedra. Distintas máscaras de visor. La distinción incómoda. Rechazado por una mirada debe volver. El rostro de ella es un prisionero del amor.

Un niño y sus padres llegan al embarcadero principal de Orly, el aeropuerto de París, un domingo antes de la Tercera Guerra Mundial, a ver los aviones despegar. Una pequeña familia está alineada de espaldas a la cámara. No nos queda claro “si el niño cuya historia estamos contando” es aquel que nos da la espalda en dos tomas fijas. La voz narrativa fuera de pantalla adopta el nosotros formal al contar la historia. El curso de las imágenes y la banda sonora no están conectados. ¿Se habrá vuelto el niño del barandal dentro del cuadro de la película el hombre marcado? Su historia sobrevivirá la locura por venir a causa de su obsesión por una imagen que está obligado a recordar. ¿Quién o qué lo ata? Algo visto aquel domingo primordial mientras miraba hacia otra parte. Vemos a una mujer joven parada sola en la esquina derecha del embarcadero directamente bajo el sol del alba o del atardecer. Siempre hay un tiempo cuando el día y la noche son iguales. Ella debió voltearse, porque en otra toma vemos su rostro. Al mirar hacia nosotros su expresión es difícil de determinar. Su mirada pensativa es cautelosa tierna inocente peligrosa. Puede ser que esté recordando llamando viendo fijamente capturando respondiendo reflexionando o desviando la mirada de él.

 

La incertidumbre de la apariencia en un universo-frase.

 

El sujeto en la novela cinematográfica de Marker no puede olvidar “el rugido súbito” [plano panorámico general] la parte inferior oscura de un avión en el aire después de despegar. “los gestos de la mujer le geste de la femme” [¡Oh no! —¡Cuidado! —¡No te acerques! —¡Ven rápido!], sus puños colocados contra su cara sofocando [fuera de esta] una risa. Al encontrarse con el actor-fantasma podría estar tratando de detener a h a de escapar. Sus dedos se abren [borde del rostro] ambos se protegen y se expresan. “Les clameurs des gens...”. Él se gira a la izquierda “et que cet instant...”. ¡Ah rápido! “¿Dónde [está] el alma? [y bella] ¿Cómo es artificiosa? “L’homme qui l’avait suivie depuis le camp souterrain—” [corre VUELO-IZQUIERDA alcanza
HALCÓN-ALA-BRAZO] ¿Contra qué alzas tus manos? ¿Se entregó él mismo? [no te pregunto quién no eres.] ¿A dónde se fue el protagonista? [no hay multitud, sólo los rostros de esa pareja que podrían ser sus padres] todos miran hacia otro lado [de espaldas a la pista sin ver a la cámara]. >El barandal a media luz [un avión en tierra llegando o saliendo] Sirenas. { elipsis [Ahora] unidos en una tierra de promesa <pero ahora> Nada que ancle la discusión. [¿Dónde está tu alma? [-] “un cuerpo derrumbándose.”

Cae cae mi peso entero <reverencia>

 

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... La Jetée está hecha casi en su totalidad de fotogramas. Abre con un sol que desciende, aviones que despegan y la Tercera Guerra Mundial a punto de comenzar. El uso de Marker de los fotogramas y de los encuadres congelados en esta película que se hace llamar ficción es un apremiante registro de la interacción y de múltiples conexiones vistas aisladamente, y de una sola, vez entre la poesía lírica y la historia asesina. Ese es el significado secreto. Lo supe telepáticamente en 1948 cuando tenía once años y vi por primera vez la película Hamlet. André Bazin dice en “Theatre and Cinema” (Teatro y cine): “Cuando un personaje sale de cuadro, aceptamos el hecho de que está fuera de vista, pero sigue existiendo en su propia capacidad en algún otro lado del escenario que se esconde de nosotros. La pantalla no tiene alas”.[1]

 

Traducción de Tatiana Lipkes

 

Susan Howe (Boston, Massachusetts, 1937). Poeta, ensayista y crítica estadounidense. Ha estado estrechamente asociada con los poetas del lenguaje, entre otros movimientos de poesía. En 2011 recibió el Premio Bollingen de Poesía Americana; y en  2017 la Poetry Society of America le otorgó la Medalla Robert Frost. Entre sus libros se encuentran The Midnight (New Directions, 2003), Souls of the Labadie Tract (New Directions, 2007) y Sorting Facts, or Nineteen Ways of Looking at Marker (New Directions, 2013).

 

 

 

[1] André Bazin, What is Cinema?, ed. y trad. de Hugh Gray (University of California Press, 1967), 105