ISSN: 2992-7781
REVISTA DE LITERATURA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

Cinco poemas

Milton López

 

La poesía no es una memoria saludable

 

La poesía es una memoria funcionando mal:

trae reminiscencias instantáneas

a partir de estímulos aleatorios.

Una memoria saludable no fabrica poemas,

una memoria saludable no fabrica

una memoria saludable

sólo es una memoria que brilla.

 

Detesto los telescopios y los caleidoscopios

pero me encanta lo que producen en mi ojo.

Odio los barcos y los aviones

pero es mágico moverse sobre el agua o volar.

Me fatigan los libros y las revistas

pero luego mi mente festeja con todos sus sentidos.

Las ollas y los platos son un fiasco,

sobre todo cuando hay que lavarlos,

pero qué bueno es comer, degustar y tragar.

Aborrezco los programas los cds los cassettes los pen drives

pero la música cuando penetra y se expande es lo mejor.

 

 

 

En esa montaña

a D. Vd.

 

En esa montaña

el sol calienta las piedras,

pero más calienta

el mate que subiste

y el recuerdo de Ayelén.

Cuando baje de acá

voy a barrer el pasillo

los 50 metros desde mi casa

hasta la calle van a quedar

llenos de alegría.

La práctica de una escritura constante

que llene el aire de palabras

como runas o telarañas que sostengan

hasta un elefante.

Bajás lento por un camino espeso

y tus pasos son pesados, se dejan hundir

en el barro, en la arena, en los yuyos que vas pisando.

Cuando bajes vas a llenar de nuevo el termo metálico

con el agua del arroyo, vas a hacer fuego,

lo vas a dejar ahí

viendo cómo todo se adormece

hasta que las burbujas de un sueño lleguen a despabilarte.

Ahora voy a bajar

de esta nube en la montaña

y no quedará más que una piedra caliente

en el bolsillo y un video grabado en la retina de la lente.

La idea repetías de que la escritura tiene que ser constante

y en cada paso que dabas

ibas marcando un signo

en el librito del campo.

 

 

 

Camino negro

 

Por un error de la ciencia

los dos semáforos se pusieron

en verde a la vez, vos corriste

para llegar rápido al otro lado

entre las dos corrientes de autos

que apretaban a fondo el acelerador

y pudiste ver besos esquimales

entre máquinas que gastaban sus cubiertas

dejando a su paso caminos negros.

 

 

 

La lluvia

 

A veces parece que la lluvia nos va a hacer algo más que mojarnos

nos protegemos de ella como si se tratara de una peste,

la vemos y pensamos que nunca va a terminar

sobre todo los días de invierno que llueve parejo.

Hay días de primavera que preferimos caminar por las calles,

nos entregamos al agua y somos agua de un momento a otro,

nos movemos entre los autos lentamente

como una corriente fluvial que nos lleva por la ciudad.

Hay momentos que la lluvia

se nos presenta como un baño de luz plateada o violeta

limpia nuestras heridas del alma y barre las penas del amor.

Hay animales que crecen en la lluvia:

sapos y peces pueden caer en nuestras cabezas de un momento a otro.

Hay un instante en el que está lloviendo

y empieza a caer piedra del cielo,

muchas cosas nos rompió la lluvia,

como esos libros que quedaron cerca de alguna ventana

y cuando volvimos habían tomado la forma de acordeón o de cisne.

 

 

 

Hoy se llevan el auto

 

Hoy se llevan el auto de la cuadra,

ese Peugeot que parecía abandonado

todo lleno de óxido, las cubiertas bajas

y el capot abollado.

Ese auto viejo que permanecía

en el mismo lugar sin ser

declarado en abandono, hoy se lo llevan.

Está la grúa de auxilio

bajando su plataforma, y quien parece el dueño

tiene su brazo apoyado arriba del techo,

lo ven y se ríen.

El conductor dice:

por el volante y los focos

tal vez le sacás unos pesos.

Ese auto viejo ya se va al desarmadero

¿o volverá como nuevo del taller?

Ese auto era atractivo,

decoraba la calle con su antigua dejadez,

pero hoy se va, sobre la grúa

dobló su altura original, con aire

de emperador romano

laureado con ramas de Damasco y destronado

vuelve a hacerle frente al viento. Ese auto

era la reliquia del barrio,

cuatro montañas de tierra

barrerán en la calle a la mañana y una laguna

quedó en el medio, negra, pero si mirás adentro

muestra todos los colores del cielo.

 

 

 

Estos textos forman parte de un libro que permanece inédito: La piedra común. Me interesó trabajar el lenguaje y la poesía como una geografía, un paisaje irregular y montañoso, del que se pueden extraer piedras y minerales. Los fenómenos naturales inciden en nuestra lengua de modos inesperados, así también las relaciones amorosas y de amistad nos conforman y nos cambian constantemente. Con gusto me entrego a esos cambios y doy la vida por ellos, porque eso es la vida para mí, encontrar el oro que todos llevamos. Podemos vivir en una ciudad y formar nuestra familia citadina, pero en el fondo siempre estamos en un bosque, en un guadal, en terrenos bellísimos pero difíciles, allí tenemos que dar todo de nosotros y pulir a cada paso las herramientas, entre ellas la poética. Las visiones que nos llegan, las que alucinamos, las que percibimos como hermosas, comienzan a cumplir una función en nuestra cotidianeidad, nos dan un sentido, son un cristal que deforma la realidad para que se vea más parecida a lo que es realmente.

 

Bahía Blanca, Argentina, 10 de abril de 2019.

 

 

Milton López (Bahía Blanca, Argentina, 1987). Ha publicado los libros Aves (Ediciones Vox, 2016), Hablar como los animales (Eloísa Cartonera, 2014) y El quinto sueño (Ivan Rosado, 2012). En 2014, obtuvo la Beca Fundación Travesías para Producción Artística, en Rennes, Bretaña; y en 2018, el segundo puesto en las Olimpiadas de Poesía, Pez Dorado. Fue seleccionado para la Antología de Poesía Joven 30.30.