ISSN: 2992-7781
REVISTA DE LITERATURA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

Cinco poemas

Gastón Leandro Ezequiel Vázquez

 

 

Mi abuelo

 

Mi abuelo está borracho

(Como siempre)

Levanta su vaso y grita:

“¡Yo soy Francisco Franco,

Maestro mayor de obras!”

La gente de la fiesta lo aplaude

Y levanta sus vasos por mi abuelo.

 

Se retira a un lugar oscuro a mear

Mientras mea toma un trago de vino

Mientas toma un trago de vino

Lágrimas amargas le brotan

Desde sus viejos ojos

Recorriendo su piel reseca.

Siempre pasa de la alegría

A la tristeza

Y de la tristeza al llanto en poco tiempo.

 

Se sacude y vuelve a la fiesta

Deja el vaso en una mesa

Me levanta en sus brazos y grita:

“¡Este es mi nieto, carajo, y también

Va a ser maestro mayor de obras!”

La gente de la fiesta levanta sus vasos

Y aplauden

Mientras lágrimas

Amargas le brotan desde sus viejos

Ojos recorriendo su piel reseca.

 

Mi abuelo está borracho

(Como siempre).

 

 

 

Taxidermia

 

Como hábil taxidermista

Tomo el cadáver del poema

Y le aplico algunos sustantivos en la piel.

Adjetivos en las córneas, las uñas

Y el esófago.

 

Algún verbo para que simule movimiento.

 

Los adverbios completarán la tarea

De reanimación aparente. 

 

Como hábil taxidermista

Uso al lenguaje

Para que el cadáver del poema

Parezca que está vivo

Parezca que dice algo.

 

 

 

Poesía feroz

 

Mis sábanas son de fuego

Mi aliento es de fuego

Vivo y habito en una casa de fuego

Me alimento del fuego

Y el fuego me acobijó

En el vientre de mi madre.

 

La sudestada todo lo devora

Los niños huyen con sus padres

Un eclipse confunde

El día y la noche

El sueño y la vigilia

Mis versos de fuego

Que evaporan las turbulentas

Aguas de este mar feroz

Que no se rinde ante nada.

 

La sudestada gana sobre mí

Todas mis lenguas de fuego son apagadas

Devoradas por el agua

Y en vez de morir

Me devuelven al vientre materno.

 

Ahora:

Mis sábanas son de agua

Mi aliento es de agua

Vivo y habito en una casa de agua

Me alimento del agua

Y el agua me acobija

En el vientre de mi madre.

 

Ayer habité la ferocidad del fuego

Hoy habito la ferocidad del agua.

Pronto

Seguramente

Habitaré la ferocidad de la tierra

Y también la ferocidad del aire.

 

Y cuando haya agotado todos

Esos habitares

Y esas ferocidades

Al fin

Podré habitar

La ferocidad de la poesía.

 

 

 

Ensayo sobre la representación

 

Dicen que alguien le reprochó a Magritte

Que la pipa representada era una pipa.

 

Magritte, lúcido

Como cuando te hacen un trasplante de cerebro

Animó al reprochador a cargar la pipa y fumar.

 

Si esto es cierto

Que la pipa representada no sirve para fumar

¿Cómo nuestros representantes

Van a servir para gobernar?

 

 

 

Yo lírico

 

El yo que piensa

No es el yo que escribe

El yo que escribe

No es el yo que siente

El yo que siente

No es el yo que observa

El yo que observa

No es el yo lírico.

 

El yo lírico

Es el Otro, el pobre, el desamparado, el exiliado, el secuestrado, torturado y desaparecido. Es el mendigo, el alcohólico, el adicto que duerme en los rincones buscando calor. Es el hijo no querido, el que arrastra una cruz con la cual se lastima. Es el convicto condenado injustamente y el convicto que delinque por profesión. Es el que vuelve a casa después de 10 años y se funde en un abrazo con sus padres. Es el que busca un propósito en las mismas calles en las que anduvo perdido. Es los libros usados con sus hojas añejas. Es la respiración entre el verso y la prosa. Es un poema infinito que se escribe cada día. Es lo que piensa

Lo que escribe

Lo que siente

Lo que observa.

 

El yo lírico es lo que ha vivido

Lo que vive

Y lo que quiere vivir.

 

Gastón Leandro Ezequiel Vázquez (Buenos Aires, Argentina, 1980). Entre sus libros publicados se encuentran Parresía, tomo 1: El camino de la ética; Katábasis; La galería de los ases, y Poecía. Hornea el proyecto “Pan poecía” en Instagram: difusión de poesía seleccionando versos que se hacen en masa de pan casero, pizza o pan dulce.