ISSN: 2992-7781
REVISTA DE LITERATURA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

Poemas

Agustín Guambo

 

 

De Primavera nuclear andina [2017]

[fragmentos]

 

—Soy ceniza de tu dios—

 

[…]

 

—los retazos de una constelación andina besando la piel de los rinocerontes—

 —los retazos de una constelación andina besando la sangre de los rinocerontes— 

—los retazos de una constelación andina besando la ceniza de los rinocerontes—

 —los retazos de un rinoceronte andino besando la sangre de constelaciones— 

 

[…]

 

lectura del libro de los andes o canto de la cicatriz indígena

 

periodo ancestral 3021 aún la noche no eclosiona en la 

brea salvaje del océano 

ni el viento ha cambiado su cálido plumaje

—mishermanosdelepra-todos-duermen-todos-olvidan—[1]

 en tanto me alejo de las ruinas del insectario urbano 

escucho a madre cantar machinehead contra este mar 

                    abaleado y sin fe que es mi corazón

 

dentro de mi cerebro rústicos sonidos envejecen su piel

 

 

[    [    [       primavera nuclear andina     ]    ]    ]

 

 

los cables y la melancolía de los kaníbales

nos impiden escuchar el canto de 

los astros

 

Pachakamaq en esta ciudad páramo la aurora de nuestros 

muertos se cicatriza como un coral de nácar en el pecho

de los condenados a recolectar caracolas mutiladas en 

desiertos albinos donde el sueño eterno de dios es una

constelación de agua evaporándose

 

 

 

[[era el siglo cuando los lotos floreciendo en el vientre de dios]] cobijaron a los desertores del otoño  entonces caminaba desdichado entre nubes  violetas cargado de cicatrices, peste y polvo  abrazando ángeles ciegos y alegres veía escupir a  dios sobre las alas de los desterrados que iban  delante de mí y todo se iba confundiendo con la noche y su polen qué doloroso que ya nadie extrañe el paraíso arrebatado a las aves que nadie [[extrañe el paraíso olvidado de los peces                                                               Alguna vez la brea de la locura nos pintaba el rostro]]

 

 

 

¿escuchas? es la memoria de los insectos aullando

Elí, Elí, ¿lama sabactani? Elí, Elí por qué nos olvidas en esta afásica ciudad páramo

donde nada nos pertenece más que esta hambre milenaria y descalza

 

◄◄fiebre ancestral tatuándose sobre nuestra médula►►

 

†††

 

De Ceniza de rinoceronte [2014]

[fragmento]

 

He aquí quien te olvida mientras muere he aquí aquel que blasfema sobre tu tierra he aquí quien ahora te pide que le hundas los dedos en los ojos serenamente acaricies sus nervios y te llenes de ira el edén es la muerte cabalgando sobre aquel horizonte húmedo que brota del vientre de aquellos árboles que me enseñaste a amar nosotros somos el barro 

donde nadie hundirá sus manos 

 

Año 5522 (-calendario andino-) el trino de los átomos incendia los páramos del cosmos el polvo de las estrellas crea una tempestad hermosa y acéfala rinocerontes vagan en los andes Año 5522 aún recuerdo tus pies sobre la ceniza de un lenguaje que nunca comprendí pobres los seres que han mutilado sus lenguas en el olor del mar

 

—no bebas nunca de las manos de los árboles—

—no bebas nunca de las manos de los árboles—

—no bebas nunca de los árboles—

—no bebas de los árboles—

 

alguien susurra un sueño de escarabajos albinos -Homo faber- hombres viejos plantados en las corvas del mar hombres viejos desesperados empobrecidos gritando un largo periodo de sequías y resurrecciones desde las grietas de sus venas -Homo faber- Año 5522 tus pies desnudos y tibios alargándose en mi memoria Año 5522 los restos de nuestros cráneos no sirven ni para amamantar una flor sin duda somos el polvo precario que se hunde furiosamente en las estrías del mar Año 5522 recuerdas la ciudad andina donde nos atravesamos esa brisa pálida y monocorde acariciándonos los labios recuerdas aquellos rinocerontes buscando el canto de la neblina en ríos gangrenados Año 5522 nunca costó tanto llorar como ahora que recuerdo tu olor y escucho la danza violenta de la noche ascender y una manada de rinocerontes corre libre en los páramos andinos ninguno de ellos es nuestro hijo ninguno nos pertenece Año 5522 recuerdo la arqueología de los insectos recuerdo la antropología de los pájaros aún recuerdo el silencio de la espuma quebrándose sobre mi pecho recuerdo la ciudad andina donde dejamos quemadas nuestras sombras donde rinocerontes vagan pero ninguno sabe de nuestros nombres ni de nuestra prehistórica sangre que inunda los árboles.

 

 

†††

 

 

De Cuando fuimos punks —soundtrack kaníval— [2019]

 

Cuando fuimos punks

 

Vi un país desnudo miradas y trinchera
Un desierto oculto en cada ser en cada primavera
Después de la tormenta
–Domo; Después de la tormenta–

 

Verano del 99

La ciudad agitándose amargamente bajo un sol manchado
Sobre el horizonte cuerpos mestizos quebrándose igual que estrellas negras
entre la sed de las aves averiguamos muy pronto
que Nada había debajo de las sombras de nuestros padres,
sólo llanto y hambre

¿De quién eran los pedazos de carne que caían de nuestras manos por la noche?
¿De quién el llanto que conteníamos entre estos aindiados vientres?
¿De quién los párpados brunos que, día a día, se hundían igual que esclavos viejos,
devastados y en silencio, sobre el smog y el caos?

Nuestros pies danzaban salvajes negándose a morir sin antes haber
delirado o al menos herido, un poco, el pecho de la miseria

He aquí las mariposas blancas de nuestra memoria alimentándose de las cicatrices
de úteros de madres indiasmestizas urbanas
He aquí el dolor de la vida cercenando con vergüenza la carne
después de nueve meses
La luz de nuestra sangre poco a poco se seca
y hoy hay sed de vejez en nuestros cuerpos
hay sed de amor en nuestros cuerpos

Ahora recordamos cuando nuestros corazones corrían libres
por sobre la hierba brillando como la primavera sobre los lomos de las bestias

Verano del 99

a ti te saludo hermano,
quien quiera que seas, donde quiera que estés,
a ti que sueñas entre ciudades paralizadas por el capitalismo y el frío,
a ti que caminas con las manos doloridas y secas,
a ti hermano y hermana
que no tienes cómo pagar tu alquiler cada fin de mes,
que te cuesta conseguir empleo y vagas por las calles
mientras el hambre recorre tu casa, tu barrio, tu sangre, tus hijos
a ti que vives en ciudades donde la lluvia escasea
ciudades donde todo es un perpetuo exilio a la amargura
donde nada crece sin dolor y donde nadie huye por miedo al silencio

a ti también te saludo
país de la infancia, país del naufragio
donde nada detiene el transcurso del tiempo que todo lo mutila
a ti también te beso con la inocencia del fuego quemando en mis labios

Verano del 99.

Conservábamos pequeños fragmentos de amor regados en habitaciones redondas
donde nos desnudábamos suplicantes,
para un cuerpo o para otro,
esperando encontrar
entre su carne curtida el aroma de la vida

país de la infancia, país del naufragio

te recuerdo en aquel verano del 99
cuando comenzamos a crecer,
en silencio, abofeteados por la pobreza
humillados por la melancolía
país de la infancia país del naufragio


cantandosalmospunks paranuestros diosespunks
padrepunkqueestásenelpogo, santificadaseatucresta,
vengaanosotrostuiraymelancolía,
h á g a s e m i e r d a la v i d a y la m u e r t e,
asícomonosotrosnoshacemosmierda
e n t u d u l c e a b a n d o n o,
notengasmiedodedarnoselpannuestrodecadadía;
diospunk, esosí, nuncaperdonesalosquenos
o l v i d a r o n

país de la infancia país del naufragio

donde las cometas, dios, dejaron de importar hace ya tanto tiempo
mientras el cielo se llenaba de aves sucias y ciegas que
se cagaban sobre nuestras plegarias a ti te saludo
nuestro triste-cordero-mestizo
a ti que nunca te importamos, a ti que tan sólo nos diste pesadillas famélicas
y esta infancia que como un hueso sobre un quemado horizonte se va secando
a ti que nos diste amigos narcotizados y magníficos
pero que murieron apenas pudieron hacerlo,
llenos de polución y coca en sus venas,
a ustedes los saludo y beso, hermanos y hermanas proletarixs,
con la amargura de las flores arrancadas que se marchitan en los hogares burgueses

Verano del 99.

en las noches nos reuníamos igual que una triste camada de enfermos
a atizar el fuego de nuestros corazones
con canciones de otros vagabundos con talento
(o punks alegres como les llamaba asdrúwal
a muchos otros que ardían con fe de niños en las calles)
lejos muy lejos de los edificios caros y sus luces de neón caras
lejos de la modernidad y su brillante embuste
tan lejos que nadie pueda escuchar el quebrarse de nuestra sangre
tan lejos donde nadie perciba nuestros cuerpos balancearse amputados
por una cuerda en el cuello
lugares donde se alzan al aire libre casas empobrecidas
semejantes a mastodontes famélicos, casas donde las azoteas
están llenas de perros desolados por la desnutrición,
casas donde nadie sabe que sus rostros avergüenzan al mundo
que su cópula avergüenza al mundo
casas creadas con paredes más frágiles que sus propios sueños
barrios marginales del mundo a ustedes también los saludo, abrazo y beso.

Verano del 99.

poco a poco conocimos las drogas y sus rituales
en los parques de la ciudad en las cantinas de la ciudad
en las azoteas de la ciudad en los hogares pobres y ricos de la ciudad
esta se presentaba sensual y delicada
y cada vez que consumíamos
nuestra mente igual que un globo llenándose de agua y harina
se iba deformando

profesábamos que cada pinchazo era el mar bramando
solitariamente contra las rocas de nuestra piel
cada jalada hit yegua pase grillo bareto nos hacía sentir menos parias
más tristes, sí, pero menos crueles con nuestros padres y sus pesadillas
país de la infancia, país del naufragio

cuando comenzamos a consumir con otros amigos
juntábamos el poco dinero que les podíamos robar a nuestros padres

¡pobres robando pobres!

y comprábamos la dosis

¡pobres drogando pobres!

país de la infancia país del naufragio

quemamos nuestras mentes, muchos años, bajo una desgastada lluvia,
en noches ancestrales que duraron mil años,
entre la lobreguez de pequeñas y apolilladas lunas
en una ciudad andina desgarrada y envejecida
por la prisa el dinero y el hambre

a ti también te saludo
riquezas ficticias
edenes privados
casas de placer
testaferros de la carne y el hambre continentales señores de la miseria

Verano del 99.

incendiamos todo nuestro futuro sin miedo,
ya que no se le puede tener miedo a lo que no existe, decía marco,
nosotros somos la mierda de la mierda,
y alzamos el volumen de la radio para que nadie escuche nuestro abandono
nuestra miseria nuestro dolor

éramos jóvenes y ya olíamos a fracaso, decía juanma,
con él supimos que la prudencia y el amor nunca van de la mano,
y que a veces el amor no es dios cosechando trigo y cebada en nuestros vientres,
sino tan sólo un tronco verde en el corazón que no sirve para la hoguera
menos para las polillas

Nadie nos dijo, ese verano del 99,
que todo estaba triste y confundido como nosotros en el mundo y que
nada nos quedaba más que alimentar la hoguera
con los cuerpos de nuestrxs amigxs y hermanxs

país de la infancia, país del naufragio

notábamos en esos años cómo iban muriendo nuestros héroes,
¡nuestros más grandiosos héroes!
apretados por el sigilo de la luz, contagiados por los desbocados espejismos de
las aves,
llenos de esperanza y cubiertos de sal y miel
y los saludamos, ahora, con un beso en su suave boca
en este otoño milenario y azul…

y a ti también te abrazo, saludo y beso
hermanos y hermanas que viven en las calles,
sucixs y desprolijxs
Niñxs de la posguerra abatidos e incendiados por el sida y el amor
hombres y mujeres tiradxs en las avenidas del mundo
que gritan su ancestral y salvaje ternura
que se ponen en peligro con el rostro lúcido y sonriente hacia la muerte
con el corazón desierto y estrujado, igual que un cáncer salino
que nadie quiere curar en este país de la infancia,
país del naufragio…

 

*

 

Fragmento de una plegaria para Gary Snyder 

¡Oh! Gary Snyder que tu corazón nos acaricie 

en noches bulbosas

cuando recorremos carreteras amplias y abandonadas 

canturreando ebrios viejas baladas anarkistas

buscando amor y silencio

                               con el espíritu torpe y lleno por la poesía

 

unta, Gary, con tus manos 

nuestros cuerpos 

santifica nuestra sangre con tus cantos

 

¡Oh! Gary estamos tristes entre los edificios

Ya no leemos a Bashō

Ni escuchamos Dylan

tememos a la policía un poco más cada noche 

y los animales hace rato que desconfían de nuestras manos 

 

¡Oh! Gary estamos tristes y desesperados entre los edificios 

Carcomidos por la neurosis

Plagados por la codicia y sus encajes 

Sintiendo con vergüenza una lluvia desgastada e inmóvil 

 

Gary hemos fracasado nuevamente 

Los sueños han envejecido

Las nubes

Las aves

El frío 

El sexo Todo ha envejecido 

 

el delirio es nuestro pastor Gary

¿qué estrellas nos pertenecen en este siglo?

 

Con miles de flores de nieve 

creciendo ligeras en nuestros corazones

Vagamos furiosos tratando de escuchar 

El llamado de las montañas Gary…

 

*

 

Escucho Radiohead mientras recuerdo tu sonrisa cada vez que hablaba de dios 

A Belles Perennis

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Sostengo la blanca flor de tu cabeza con el mismo miedo que sentiría si entre las palmas sostuviera el universo -sostengo la blanca flor de tu cabeza como una travesura delicada e inocente que un niño ha construido con el polen de su fe una noche de otoño -sostengo la blanca flor de tu cabeza y pienso en los días en que tu fresco olor será una pantera escapando hacia un cielo neurótico y rojizo -sostengo tu cabeza y su flor con el mismo desasosiego torpe de un dios destrozado que jugaría con las aves de su corazón esperando que de su pecho brote un mar sin brújulas -sostengo tu cálida cabeza como si fuéramos los únicos habitantes de este mundo que no tienen a dónde escapar y constantemente se repliegan hacia la lluvia –sostengo la mestiza flor de tu cabeza sobre la ciudad y el sol es un quebrado gorrión negro atado a tu nombre

 

Agustín Guambo (Quito, 1985). Magíster en Antropología por FLACSO. Dirige el proyecto anarkoeditorial Murcielagario Kartonera y el Festival Internacional de Poesía de Quito Kaníbal Urbano. Ha publicado  POPEYE’s Sea (2014), Ceniza de Rinoceronte (2015), Primavera Nuclear Andina (2017), Cuando fuimos punks (2019) y Nuclear Andean Spring (2019). Obtuvo el II Premio Hispanoamericano de poesía Bonifaz Nuño (2014) y el Ugly Duckling Press “Poetry in traslation” (junto con el artista visual y editor Carlos Moreno, 2018).

 

 

[1] aquí no hay poesía, cierra los ojos pequeño no mires a tu padre no sigas su sombra ni su canto carcomido aquí no hay poesía, todxs escuchamos de su llegada el bufido de su sangre la sed en sus pisadas aquí no hay poesía, tan sólo violentada carne creciendo entre los Andes mi abuela fue violada mi madre fue violada mis hermanxs fueron violadxs qué esperabas entonces de esta poesía violada Pachakamack borda el mar que te trajo la muerte borda el dios que te trajo el olvido Pachakamack sobre esta, tu tierra violada, ya nadie reza tus credos ni asiste a tus ritos Pachakamack todos hemos sido violadxs pero no todos lo disfrutamos.