ISSN: 2992-7781
REVISTA DE LITERATURA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

Osvaldo Lamborghini o el don

Agustina Pérez

 

Osvaldo Lamborghini inédito, publicado por Ediciones Lamás Médula en diciembre de 2019, fue amaestrado hasta parecer un libro. Pero la unidad de su portentoso volumen, su tapa estridente, sus tajantes 558 páginas no condicen con el caosmos rabioso de los cientos de textos y las 50 imágenes que lo componen. Hay que atreverse a refalar al ritmo de ese tin tin.

Lo que ahora parece un libro corresponde en realidad a una cantidad exasperada de cuadernos artesanales. Osvaldo Lamborghini los armó y escribió erráticamente durante su estancia catalana. Entre exiliado y echado de Argentina, sus últimos años los pasó en Barcelona, donde las correrías de uno a otro hotel, que signaban su vida en Buenos Aires, dieron lugar no sólo a un domicilio estable sino también al atento cuidado de Hanna Muck, una mecenas módica, acorde con la Cataluña postfranquista.

Aquel que ayer no más decía “primero publicar, después escribir” se rayó por la materialidad del libro.

Especulo que este raye tuvo lugar entre 1984 y 1985, año en que el autor fallecería un 18 de noviembre. Pero vayamos un poco más para atrás. Lamborghini viaja a Barcelona, vuelve a Buenos Aires por complicaciones médicas, y, gracias al pasaje que le compra Hanna, logra regresar a Cataluña para ya no volver. En vida, alcanzó a publicar apenas un puñado de páginas: El fiord (1969), Sebregondi retrocede (1973) y Poemas (1983). La mayor parte de su obra la garrapatea en su reclusión en el exilio. De ahí resultaron la novela desbordada Tadeys, La causa justa (acaso su más perfecta nouvelle), El pibe Barulo, Sebregondi se excede y el Teatro Proletario de Cámara, entre otras obras.

Especulo, digo, porque aquí las fechas se enmadejan. Es probable que este desborde de producción haya tenido su epicentro hacia 1983. Y puede ser que sus estertores más tardíos sean los goces a los que se dio entre 1984 y 1985, aquellos que constituyen Osvaldo Lamborghini inédito.

Entre sus actividades predilectas, como un Niño Taza ya crecido, Lamborghini gustaba de tomar libros ajenos e intervenirlos, tacharlos, reinventarlos o anularlos, quién sabe, acaso probando formas de lidiar con lo que en el Teatro Proletario de Cámara llama el Don de Memeto.

Meterse uno en lo que escribe es, ciertamente, un don. Y así Lamborghini la pasaba, frenándole el carro a lo escrito por otros e introduciéndose en el medio.

Pero eso no bastaba. Empezó entonces a producir sus propios cuadernos artesanales en cantidad que rozaba lo industrial para un simple amanuense. Su compulsión por el corte se diversificó. Ahora, además de la prosa, recorta revistas porno de saldo que Hanna le provee. Y con ellas empasta sus cuadernos. Es curioso, apenas los termina escribe o raya alguna que otra página y los abandona. En el armado del volumen se consume o consuma la obra.

En un poema fechado el 20 de noviembre de 1984, Lamborghini habla así de su tarea más reciente:

Llevo a la vez / unos diez / armados cuadernos como este. Vagones fiacas, perezosos / detenidos, por no decir internos: / un tren de guerra / como si encontrado, habido hubiese / a mi manera el estilo vaca / de mirar los fulgores y el fragor que cada / tanto pasan: / estrofas más bien de estopa laxa / sin trofeos, resonancias / del tenor (guisa desdoblada) / que no alcanza / eficacia.

Osvaldo Lamborghini inédito no se trata, no obstante, de los restos de un naufragio. Los cuadernos dan cuenta de una compulsión por el trabajo manual que se expande amenazando con tragarlo todo. Y en contacto con el papel las palabras se traban. Pero el autor, obstinado, insiste.

A él, que cuando calentaba la mano las frases le salían como agua de manantial, ahora se enfrenta con que el mundo ha dejado de hablarle. Pero el silencio está superpoblado de ecos, de pronto, tras un vendaval de páginas vacías, relampaguea certero, espléndido, un poema. Y a veces parece que arranca la narración, parece que ya se echa a andar, que ya se está echando, y entonces sucede que no era más que el precalentamiento. Lamborghini era perfectamente consciente: “FRASES INSINUANTES QUE SE VAN CONVIRTIENDO EN INCONEXAS”.

Osvaldo Lamborghini inédito lleva a cabo de forma más cabal que ninguna otra obra el programa que el autor había postulado ya en 1973: cortar las amarras definitivamente con la cosagrande redonda. Esta producción, consecuente, se decanta por lo fragmentario, lo inarticulado, lo rapsódico. No arma “sistema” ni “estructura”, como querría una literatura añeja de la que Lamborghini está a años luz. Osvaldo Lamborghini inédito opera, en cambio, por iluminaciones, por cambios bruscos, volantazos sin previo aviso. Su fuerza está en atacar siempre donde menos se lo espera. Su potencia, una plateada intemperancia que azota, insospechada, inclemente; que, no sabemos cómo, nos instala en geografías donde uno siente que es eso, eso precisamente y no otra cosa: arena de verdad, como termina uno de sus relatos:

De tiempo en tiempo el tiempo llega, para atrás.

Si tantas noches he llorado de alegría, por qué no reírme de mi desamparo (al mediodía) con el sol a plomo en un terroso camino de Venado Tuerto.

Tropecé con una lata de sardinas y cal. Sentí la boca inundada por la tierra reseca. Parecía arena.

Arena, pero arena de verdad, como esa que pisan los camellos.

Osvaldo Lamborghini inédito es un desparramo de piedritas enclenques, como esas que usan oscuramente los tadeys, mínimas, pero atronadoramente luminosas. Hay que aplicar toda una paleta de perspicacias para tantear, ver, escuchar lo que se trae, lo que llegó a nuestras costas de un fervor insensato por la escritura. Hay que afinar el oído para el tin tin. El que quiera oír, que oiga.

 

Agustina Pérez (Buenos Aires, 1991). Es licenciada y profesora en Letras por la Universidad de Buenos Aires, magíster en Estudios Literarios Latinoamericanos por la Universidad Nacional Tres de Febrero y doctoranda en Teoría Comparada de las Artes (UNTREF). Editó, junto con Néstor Colón, el libro Osvaldo Lamborghini inédito (Ediciones Lamás Médula, 2019). Sus publicaciones más recientes son “La villa a través del espejo. La villa de César Aira como dispositivo óptico”, en Estudios de Teoría Literaria; “El imperio del lugar común. Una lectura de El pibe Barulo de Osvaldo Lamborghini desde el concepto de doxa de Roland Barthes”, en Revista de Literaturas Modernas; y “El uso de lo residual como material estético en el Teatro Proletario de Cámara de Osvaldo Lamborghini”, en Mitologías Hoy.