ISSN: 2992-7781
REVISTA DE LITERATURA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

5 poemas visules

Aída Escobedo

Día 25 y Día 26

 

Son dos poemas visuales que se incluyen en la serie titulada #DiariodeOctubre, realizada en el 2020. Debido a que es un diario, ambos poemas representan lo más importante que se realizó el 25 y 26 de dicho mes. “Día 25” es un sueño en el que estuve pensando todo el día, por eso decidí escribirlo-ilustrarlo. Estaba situado en el futuro, pero con muchos elementos del presente: la BUAP, el movimiento, niñxs “encapsulados”, encerrados. Creo que describe bien la situación actual del encierro y la pandemia, que nos hacen resignificar el carácter de los desplazamientos, los territorios y sus desterritorializaciones. Por su parte, “Día 26”, fecha cercana al Día de Muertos, se refiere al momento en que empecé a planear la ofrenda que iba a poner en mi casa. Antes no solía conmemorar ese día; de hecho, tengo la fortuna de no haberle llorado a un muerto todavía. En octubre del 2020 puse mi primera ofrenda ya en una casa independiente a la de mis padres. Era MI ofrenda en todos los sentidos. Situada la ofrenda en este contexto, pensé en qué es la muerte, en especial sus formas simbólicas, en lo que me ha tocado vivir respecto al tema.

 

Dos poemas sobre instituciones: la clínica y la maternidad

 

Estos poemas carecen de título (todavía), pero forman parte del poemario en el que estoy trabajando para obtener mi título de maestra en Teoría Crítica y Psicoanálisis en 17, Instituto de Estudios Críticos. En él abordo el tema de la represión de lo femenino en México. Es curioso cómo con el tiempo y su escritura he llegado a algo que me reprimía: el hecho de hablar de la realidad de la maternidad en un contexto en donde la figura del hijo es intocable y la de la buena madre es idealizada, perfecta y limpia. Me doy cuenta ahora de que me he callado muchas cosas durante muchos años por encajar en el estereotipo, evitar el dolor del juicio del otro y, al mismo tiempo, sentir que protejo a mi hijo. En estos dos poemas abordo el silencio que guardé durante el embarazo y lo relaciono con los efectos del Rivotril que me fue suministrado desde nuestro sistema de salud, que decide qué está bien con nuestros cuerpos y también decide su destino. Creo que ese medicamento me reprimió los sentimientos que deberían experimentarse en un embarazo adolescente: ira, impotencia, tristeza. Se cuestiona qué significa eso de “lo hacemos por tu bien”.

 

Talavera de la reina

 

Este es un poema que trabajé en el taller de poesía de Grafógrafxs. Fue un ejercicio de investigación sobre la producción de algo típico del lugar donde vivo. Elegí la talavera, investigué sobre esta y al mismo tiempo me acordé de una parte de mi familia o la familia de mi padrastro, a quien no me gusta llamarlo así. Sobre todo, recuerdo a una tía que ya murió y que hizo algo muy bonito por mí: como buena poblana, intentó que creyera en Dios. No lo logró, pero agradezco siempre la intención, su afecto. Se llamaba Lupita y trabajaba en el taller de talavera de la familia Tecayéhuatl. 

Aída Escobedo (Puebla, 1991). Es licenciada en Lingüística y Literatura Hispánica por la BUAP y maestrante en Teoría Crítica y Psicoanálisis en 17, Instituto de Estudios Críticos. Forma parte del taller de poesía de la revista Grafógrafx.