ISSN: 2992-7781
REVISTA DE LITERATURA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

Siete poemas

Ana Martins Marques

 

 

SÃO PAULO

 

Después de un tiempo

todas las cosas quedan marcadas

como si estuvieran impregnadas de veneno

 

Hay un tiempo en que los lugares

son limpios y nuevos

abiertos como claros

pero ya no es este el tiempo

 

Sobre cada lugar se sobrepone

la experiencia del lugar 

como un sello

en una postal

 

Por ejemplo 

hoy siempre que sobrevuelo 

São Paulo

pienso que en algún departamento

de esta ciudad interminable

fumando

con lentes

ejerces tu derecho

inalienable

de no pensar más 

en mí

 

 

mesa

 

más importante que tener un recuerdo es tener una mesa

más importante que ya haber amado un día es tener una mesa sólida

una mesa que es como una cama diurna

con su corazón de árbol, de bosque

es importante en materia de amor no meter los pies por las manos

pero más importante es tener una mesa

porque una mesa es una especie de suelo que apoya

a los que aún no cayeron para siempre

 

 

Accidente

 

Escribí este poema el último día

después de eso no nos vimos más

al principio cruzamos llamadas

en las que tú siempre parecías estar a punto de perder el tren

mientras yo siempre parecía haber terminado de perderlo

escribí este poema después de la primera llamada

me hablabas de visados y reparticiones

y sobre cómo para conseguir un documento siempre es necesario otro 

que mientras tanto sólo se puede obtener en posesión de aquel

yo hablaba sobre las noches perdidas en compañía de alguien

que nunca eras tú

después poco a poco dejaste de marcar

escribí este poema el segundo domingo

en el que de nuevo no volviste a marcar

alrededor del poema como en torno de un accidente

se juntó mucha gente

para ver lo que pasaba

 

 

El encuentro

 

Acordamos encontrarnos en un libro

en la página 20, líneas 12 y 13, allí donde se dice que

“privarse de alguna cosa

también tiene su perfume y su energía”

 

acordamos encontrarnos en un mapa

después del tercer pliegue

entre las manchas de humedad

y la ciudad circulada de azul

acordamos encontrarnos

en la primera carta

entre la frase estúpida en que reclamo de la falta de dinero

y la única palabra escrita a mano

 

acordamos encontrarnos

en el periódico del día, en algún lugar

entre los accidentes de automóviles

y las tasas de cambio

 

acordamos encontrarnos

en este poema, en la última palabra

de la segunda línea

de la segunda estrofa de abajo para arriba

 

 

Buena idea para un poema

 

Anoté una frase en un cuaderno

la encontré un tiempo después

me pareció una buena idea para un poema

lo escribí rápidamente

lo cual es raro

poco después me ocurrió que la frase anotada en el cuaderno

parecía una cita

pensé recordar que la había copiado de un poema

pensé recordar que había leído el poema en una revista

busqué en todas las revistas

son muchas

no lo encontré

pensé: ¿si no me hubiera acordado de que la frase no era mía

sería mía?

pensé: ¿si yo me acordara dónde leí todas las frases que escribí

alguna sería mía?

pensé: ¿es un plagio si nadie lo nota?

pensé: ¿debo librarme del poema?

pensé: ¿es un poema tan genial?

pensé: las palabras cambian de piel, tanto robé por amor, en cuántos y cuántos

libros ya leí

historias sobre nosotros dos

pensé: no es un poema tan genial

 

 

 

Es más difícil esconder un caballo que la palabra caballo

Es más fácil librarse de un piano que de un sentimiento

Puedo tocar tu cuerpo pero no tu nombre

Es posible terminar una frase con un beso así como es posible

terminar súbitamente una danza con una palabra

entonces haría falta entender el beso como un elemento gramatical

agregar las palabras entre los movimientos básicos de la danza

¿Qué tanto del deseo habita

en la palabra deseo?

 

 

Lo que llevo en los bolsillos

 

Un encendedor 

amarillo

un poco 

de arena

monedas brillantes

tu nombre

anotado

en un papel doblado

 

mi playa

de bolsillo

 

un encendedor

amarillo

un poco

de arena

monedas brillantes

tu nombre 

anotado 

en un papel doblado

 

mi desierto

de bolsillo

 

***

 

Tengo sólo palabras.

La palabra casa.

La palabra ventana.

Feliz de aquel que tiene

lino, cal, madera.

Feliz de aquel que tiene

aceite, agua, hulla, lana. 

Tengo apenas nombres

verbos, proposiciones, pronombres.

Feliz de aquel que tiene

sal, seda, cemento, sangre.

Feliz de aquel que tiene una silla;

yo tengo la palabra silla.

Feliz de aquel que tiene una mesa;

yo tengo la palabra mesa.

 

Traducción de Sergio Ernesto Ríos.

 

Ana Martins Marques (Minas Gerais, 1977). Es maestra en Literatura por la UFMG. Es autora de los libros A vida submarina (2009); Da arte das armadilhas (2011); O Livro das Semelhanças (2015); Duas Janelas (2016), escrito con Marcos Siscar (Luna Parque Edições), y Como se fosse a casa (2017), escrito con Eduardo Jorge (Relicário). Ganó el Prêmio cidade de Belo Horizonte en 2007 y 2008 y el Prêmio Alphonsus de Guimaraens en 2011.