ISSN: 2992-7781
REVISTA DE LITERATURA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

Cruz de miel en la lengua

Patricia Huerta Lozano

 

 

La niña más guapa del mundo

 

Yo aprendí a amar

con revistas juveniles

y me enseñaron a sentirme

la niña más guapa del mundo

con mi falda morada C&A,

mis botas rosas de Barbie

y un suéter lila de tortuga.

Con ese outfit

me peleé en la primaria

y azoté a un niño con mis libros

por patear en el suelo a mi hermano.

 

Recuerdo,

me veía muy guapa

con mis botas rosas

y mi hermano

lloraba

porque no entendía

que el niño lo pateó.

 

Le expliqué

con mi revista 15a20.

Regla número uno:

Si un niño te pega,

es porque le gustas.

 

A mí me parecía

lo más lógico del mundo.

Compré la misma revista

y cambiaron las reglas:

Si a un niño le gustas,

te toca la nariz continuamente.

Seguí sin entender,

pero me compré unas botas blancas,

un short negro de SheIn

y un suéter mostaza

para sentirme

la más guapa del mundo.

 

 

Mi primer apestoso beso

 

Imaginé por nueve años

mi primer beso

con el cabello perfectamente rizado,

un vestido perla, corto,

unas sandalias plateadas,

mi fleco como el de Demi Lovato.

El niño,

como Justin Bieber

con unas flores amarillas,

pero mi primer beso

fue en un juego de cartas

en las canchas de mi fraccionamiento

con pants grises,

camiseta rosa,

los cachetes chapeados por jugar futbol,

mi cabello despeinado y agarrado,

aún con gotas de sudor

y sabor a sal en los labios.

 

Mi primer beso

fue con mi mejor amigo,

un piquito,

y lo guardé en mi libreta favorita

todo exagerado.

 

 

Besos y chicles

 

En mi diario

escribí el día que te conocí

y desde ese momento

siempre traía chicles de mango y durazno

porque son tus favoritos

y su sabor me recuerda a ti.

 

 

Objetos que se cambian por besos

 

¿Cuántas cosas tienen

el valor de un beso?

Los besos argentinos son propiciados

y fomentados

por marcas de chocolates,

como ARCOR.

La estrategia

fue instaurar “la semana de la dulzura”

los primeros días de julio,

para intercambiar un Bon o Bon

por un beso

y aumentar las ventas.

 

En México,

los besos valen

billetes,

tapitas de Duvalines enteras,

anillas y tapas

de refrescos,

boletos de camión veintiuno,

caramelos,

chocolates

y dedales.

 

 

El cine y el beso

 

fueron instaurados por Wendy

cuando le dio un dedal

a Peter Pan.

El muy meco

se lo colgó en el cuello.

Por eso es importante

socializar

que los objetos

se cambian por besos.

 

 

Los besos de Duvalín

 

La institución de los memes

especifica que es prácticamente imposible

despegar completa la tapita del Duvalín

y justifica así el intercambio por el beso,

ya que se percibe

como algo difícil de conseguir.

Los colores relacionados

azul, amarillo, blanco,

café, rosa, verde y rojo.

 

 

La sensación de obstáculo del beso

 

se encuentra en la anilla de refresco,

es decir, el objeto debe cumplir

ciertas condiciones:

es indispensable

que las anillas estén completas.

Existen tutoriales en YouTube

que garantizan enseñar técnicas específicas

para obtener el objeto completo.

 

 

Numerología del beso

 

La tapa de refresco,

el boleto de autobús,

deben cumplir condiciones específicas:

en ambos casos el número de serie debe sumarse

y dar un total de veintiuno.

Se desconoce la razón

para que el número sólo pueda ser ese.

Los colores relacionados son indistintos.

 

 

El beso como objeto mercantil

 

atribuye un valor cuantificable en moneda nacional

y la identidad de los objetos se compone de los colores

rosa, rojo, blanco y negro.

Mejor dicho,

dame un Morelos

por un piquito,

corazón.

 

 

Diablito Bueno

 

Había una vez

un Diablito Bueno

que vivía en el infierno

y se enamoró de Godzilla,

pero Godzilla

andaba con Polilla

y Diablito Bueno

hizo un plan.

 

Fueron a un antro,

los meseros salieron en calzones plateados,

pistolas de agua llenas de alcohol

y lentes de luz.

El lugar parecía clandestino.

Diablito Bueno bailó con Chewbacca,

se comunicaban por ruidos,

un ruido corto era sí,

un ruido largo era no.

 

Hasta que apareció Godzilla

todo calvo y mamado.

Diablito Bueno

era muy coqueto,

él sabía

que estaba para escoger.

 

Comenzó su plan,

“cómo enamorar a Godzilla

en dos pasos”.

Primero: voltear.

Segundo: echar una miradita.

Así llegó solito,

Godzilla le dio un beso.

 

Diablito Bueno

quedó todo babeado,

y con asco

se limpió la cara,

dibujó una cruz con miel en la lengua

y se fueron juntos

después de comprobar que ya no babeaba,

dejando a Polilla y Chewbacca.

 

Polilla

se enamoró de Chewbacca

porque era directo

y menos vanidoso que Diablito Bueno.

Le escribió una carta

con papel rosa

y un dibujo de Frankenstein.

Sólo contenía dos palabras.

Chewbacca murió de ternura

y Polilla quemó la carta el día del entierro.

Nadie conoce

las dos poderosas palabras de Polilla,

pero eso quedó en el olvido

y más bien

todos quería conquistar a Godzilla

y dar besos sin baba,

festejando el santo de Diablito Bueno.

Desde ahí se acostumbra

salir de antro

todos los 14 de febrero

con cruz de miel en la lengua.

 

Patricia Huerta Lozano (Morelia, Michoacán, 1998). Estudió Literatura Intercultural en la ENES Morelia-UNAM. Es coordinadora de la Red Nacional de Estudiantes de Lingüística y Literatura. Dirige un club de lectura para adolescentes en la UNAM, Centro Cultural Morelia. Publicó Mermaid Blue (Grafógrafxs, 2021), y poemas suyos aparecen en Yo quería llamarme Emilio, como tú, y otros poemas. Antología del taller de poesía de Grafógrafxs (Grafógrafxs, 2021), así como en Blavatsky. Antología del taller de poesía de Grafógrafxs (Grafógrafxs, 2022). Es integrante del taller de poesía de Grafógrafxs.