ISSN: 2992-7781
REVISTA DE LITERATURA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

Droguería de éter y de sombra

Luís Aranha

 

 

DROGUERÍA

SOCIEDAD ANÓNIMA

 

Productos Químicos y Farmacéuticos

Especialidades en artículos para toilette

Perfumerías Finas

Aparatos y objetos de cirugía

Importación directa

Mayoreo y Menudeo

Precios módicos

Informaciones gratuitas

Las cuentas son liquidables invariablemente

al final de cada mes

Se vende

Libro de Oro del Veterinario

Manual del Farmacéutico

Formulario de Chernoviz

Tratado de Versificación

 

Yo era poeta…

Pero el prestigio burgués de ese letrero

Explotó en mi alma como una granada.

Resolví un día,

Incómodo mensual de las musas,

Ir a trabajar en una droguería

Y ejecuté mi proyecto.

Proceso financiero de los millonarios

                                                           norteamericanos

Que veía en el cinematógrafo:

Multiplicación incesante de la riqueza

De año en año

Con acumulación de los intereses al capital…

Procreación y desarrollo de las drogas en el estante

Por los métodos científicos modernísimos…

Prestigio de los comerciantes fuertes

Desvalorización creciente de la poesía

Mi musa romántica

Murió luego de su primer parto,

Que fue al bote con mal de siete días.

 

En el centro de la ciudad,

Triángulo de oro y sol,

La Droguería era una gruta de sombra…

Como en Italia

La gruta del can

Llena de ácido carbónico

En la Droguería el éter se apoderaba de la atmósfera…

No obstante,

Mi pituitaria se habituó a él

Como la vista se habitúa a la sombra…

 

Armarios en toda la extensión de la casa…

Yo los arreglaba en mi inexperiencia de

                                                 empleado nuevo…

Iniciación.

¡Oh! ¡Estantes de mi mocedad

“Castillo de sueños” de mi bazar de drogas!

¡Ventanas ojivales corriendo sobre durmientes!

¡Palaciegas llenas de rótulos y fórmulas!...

Cómo era feliz entre vosotras,

Palaciegas que urdíais

En vuestros husos silenciosos

¡El bordado sérico de las telarañas!...

 

Mi “sueño de oro”

¡Contemplación de Urracas enamoradas!

Mi cruzada de metal

¡Oh! ¡Mis cruzados ideales!...

 

Sabía

El nombre a todas las hermosas

Que amaba mucho más que vendía más

Embrujadas todas en papel de seda,

Mantos de colores nacionales…

Morfina

Cocaína

Benzina

Aspirina

Quina

Cina

Atropina

Hexamina

Gelatina

Heroína

Fenacetina

Antipirina

Papaína

Exalgina

Digitalina

Aconitina

Estricnina

¡Y tantas otras que no recuerdo más!

 

Castillo roquero del mostrador largo

¡Inaccesible al burgués!...

¡Mi sinceridad de guerrero franco!

¡Cuánta verdad útil

No clavé en el cráneo del cliente!...

¡De verdad, mientes descaradamente!

 

¡Mi corcel que corría

Sólo visible para mí!...

Armadura

Mi ropa oscura de todo el día

Mi escudo coraza y mi arnés

Casco

Brial

Sobretodo

Sombrero de paja

El moro del mercado

Judío

Cantos de rabel en las tardes del castillo…

¡Inquisición!

Yo era poeta

¡Oh! la dulzura de mi balada:

Salol

Mentol

Fenol

Ictiol

Tiocol

Lisol

Tornasol…

¡Cuánta canción de amor llena de sol!...

Arte fósil, rima rica…

 

Mi investidura de empleado principal…

 

Yo era un caballero medieval

Todos los empleados eran caballeros medievales…

 

¡Incendio en mi Biblioteca de Alejandrinos!…

 

La Droguería era una gruta de sombra…

Estalactitas de las lámparas apagadas

Animales

De aquel antro sin libertad

Reflejo frío de los espejos en la sombra

Súbito

Chorro de luz

Lámparas que explotan luminosidades

Multiplicación de los espejos que se reproducen a sí

                                                                             mismos

 

Como retinas penetran retinas

Espejos inconscientes de los armarios

Espejos de las columnas

Y de las paredes

Espejos en el propio aire

Multiplicación del stock

Espejos…

 

Las mujeres que pasan en el triángulo son lo mejor de la

                                                                                  Bolsa

Un paulista raid Río-Buenos aires por primera vez

2 400 km.

La Bolsa es una arena

Alza del dólar, baja del café

Mercancías alemanas

El cielo está lleno de aeroplanos que aletean como

                                                                          cuervos

 

Dólar 9 000$

Inmigración japonesa

El puerto de Santos atrancado de mercancías

                     americanas que los compradores rehúsan

New York Herald

Yo

Recibo libros de versos de Francia e Italia

Porque soy poeta…

 

Soy poeta

Y las mujeres son el encanto del Triángulo

Limusinas se deslizan sobre tapetes persas…

La luz amortecida se anida en el interior de los

                                                     automóviles de lujo

¡Las mujeres son grandes buqués de flores

Que quisiera llevar en mi brazo!

Vestidos de seda en los cuerpos elásticos…

 

En la Droguería

Cuando ellas iban a comprar perfumes

El aire se impregnaba de lirismos

Y efluvios sonoros de aromas…

¡Mi amada era la más bella de las mujeres

Y el más radiante de los perfumes!

Por ese tiempo

Le hacía versos de amor…

 

¡Oh! ¡El ámbar de tus ojos pardos!

¡La contractilidad de tus retinas!

¡La plata de tus cristalinos blancos!

Tus pupilas se incendiaron

Y ardían en tus órbitas como dos brasas en

                                                          turíbulos…

 

Ellas volarían encendidas

Como chispas

¡Si las lágrimas no vinieran a apagar el fuego de tus

                                                                           ojos!

¡Llanto de amor!...

 

Tu cuerpo es una antorcha

Con la llamarada suelta de los cabellos

¡Oh! ¡Quién me diera envolverme

Y quemarme

En esas llamas que vuelan y parlotean!...

¡Tu cuerpo es una antorcha

Tus senos son llamaradas que avanzan contra mí!

¡Veo por entre las brasas de tus labios

Surgir la llama de tu lengua!...

 

¡Aparta de mí tu boca

Me quemaría con tu beso!...

 

Querida

Cuando estás en la luz

Y ella recorre tu cuerpo con sus dedos de oro

Tengo celos de la propia luz…

Si vas en la tiniebla

Y ella te aprieta en sus brazos de ébano

Mi tortura es aún mayor…

 

¡Quédate en la luz,

Te veo al menos, querida!

 

Tú eres un ánfora de perfumes

¡Quién me diera cargarte en hombros

Por las alas de tus brazos

O por los tirantes de tus senos!...

Entonces

Tu perfume interior

Se vertería sobre mí por la hendidura de tu boca

O se derramaría por las espirales de tu cabello…

Bálsamo.

Vendría a aplacar la sed de mi alma

Y tendría la ilusión de haber estado siempre a mi lado…

 

En el vaso de tu cuerpo

Arde el perfume de mi alma

Y el aroma que se evapora

Pasa en el valle de tus senos

Gira alrededor de tu cabeza

Y se envuelve en tus brazos desnudos

¡Alzados hacia el cielo!...

Tanto me disipo en la atmósfera alrededor de tu cuerpo

Que no sé lo que soy junto a ti…

 

El cinema es eléctrico

La Droguería está llena de lámparas eléctricas

Todas las grandes casas modernas son eléctricas

Amada mía

Fue en una noche sin luz eléctrica,

Interrupción de la fuerza de Parnaíba

Que te escribí este poema eléctrico

A la luz trémula del claro de luna:

 

                            POEMA ELÉCTRICO

               Querida

               Cuando estamos juntos

               Viene de tu cuerpo hacia mí una llama

                                                                            de deseo

               Que lo recorre como electricidad…

               Mi cuerpo es el polo positivo que pide

               Tu cuerpo es el polo negativo que recusa…

               Si un día se uniesen

               La corriente volvería

               Y en las chispas desprendidas

               Yo quemaría todo el placer del hombre

                                                                 que espera…   

Cuenta una historia de amor…

 

Compañero

Tú me pedías siempre una historia amorosa que me

                                                hubiera quebrantado la vida

Pero nunca me dabas tiempo para la mía

Porque decías luego un secreto tuyo

Historia de ayer

Historia del año anterior

O de tu adolescencia…

Yo creía como creía en la existencia de

                                                         Homero

Muchas mujeres iban a visitarte en la droguería

Recibías cartas de amor

Preciosidades

¡Excitación!...

Eran tu única biblioteca…

Leías el catálogo de la casa sin saber de Whitman Dante

                                                      Shakespeare y Homero

Una mujer te bastaba.

Tenía una Odisea tu corazón ingenuo

Y eras feliz…

 

¡Pero la Ilíada de mi corazón exaltado!

 

Canta Musa la cólera de Aquiles

Hijo de Peleo

Cólera desastrosa para los Aqueos

Que precipitó en una droguería un joven poeta

¡Dando su carne en pasto a los canes y a las aves

                                                                         carniceras!

 

Cerrada la Droguería

En el tranvía

Leía un periódico:

Todos los telegramas todos los artículos todos los anuncios

Acontecimientos universales

Campaña de la policía contra la toxicomanía…

Yo, droguista, no podía vender cocaína morfina y

                                                                         opio

¡Aunque poeta quería probar el néctar de la papaverácea como

                                                                     Quincey y Coleridge!

Una china se sentó a mi lado

Y el tranvía corría equilibrándose en los rieles…

 

China

Yo era discípulo de Confucio.

Le quemaba rollos de cera perfumada

Auxilié la construcción de la gran muralla

Y vi arder la hoguera en que el emperador Huang-Ti

                            mandó quemar los libros sagrados

Él persiguió poetas y letrados…

Poeta

Fui obligado a huir

Me oculté como pescador con cuervos marinos en el

                                                                río de Cantón

Después me hice droguista en una calle estrecha y sucia

Tapetes linternas y letreros

Tabletas moteadas de rojo y negro…

 

Vendía opio sin recelo de la policía…

 

En catres

Momias con pipas de bambú tocaban flautas

La cobra de la coleta enredándose en el cuerpo

El humo viciaba la atmósfera…

 

¡Feliz sin recelo de la policía!

 

¡Espanto!

¡Se revienta el caño de la monotonía!

Los Boxers caen sobre mí…

Faces dilatadas de odio

¡Nada de innovaciones!

Hay a la mano diccionarios de rima y medidas de bambú

                                                                  de doce sílabas

Versos huecos y sonoros

La chinesca de la inmutabilidad

Los nudos de bambú marcan la cesura…

 

Tuve que huir con mis poemas para no sufrir la

                                               tortura del Ling Chi

Y fundar una droguería con licencia de la policía…

 

DROGUERÍA

Inyecciones hipodérmicas contra la estética atrasada

Vacuna contra la nueva…

Laboratorio químico

Crisoles retortas balones vidrios de reloj vasos de precipitado termómetros

                                                                                                                tubos

Vasos y alambiques

Gran fábrica de productos químicos sobre el río Tieté

Grandes conductos de agua con depósitos y

                                                        tanques especiales

Puentes que se cierran y se abren

Elevadores y chimeneas

Válvulas roldanas calderas carretillas

Vagonetas turbinas canales máquinas y aparatos

                                                                           eléctricos

Llave especial de un camino de fierro

Trenes internos para uso exclusivo de la industria

Los cables telefónicos y eléctricos son una red sobre la

                                                                           fábrica…

 

¡El mundo es estrecho para mi instalación

                                                             industrial!...

 

Estrecho

El tranvía es estrecho para todos los pasajeros

5 lugares

La china que va a mi lado se aprieta contra

                                                              mí…

No es china

Es la japonesa del circo de caballitos

Ayer la vi andando sobre la cuerda embrujada en la

                                                        bandera de Japón…

Aplaudí

Estaba en el Celeste Imperio.

Mi amada pasó en el automóvil junto al tranvía

              en que iba con la japonesa del circo…

Y el tranvía pesado como un elefante tambalea…

 

Estaba en Japón

Las japonesas andaban en cuerdas…

Mi ropa era estrecha para mí

Tenía zapatos de paja que se gastaban por los

                                                                       caminos.

Un quitasol de papel

Y no pensaba más en la Droguería…

Anduve por los charcos y campos de arroz

Los pinos se levantaban en el horizonte como una

                                                       fila de guerreros

Y el sol era un gran crisantemo de oro entre los

                                    crisantemos del horizonte…

A la noche

Sobre el arroyo

Las luciérnagas paseaban mezcladas con las estrellas

Y el arroyo como la vía láctea corría fosforescente…

 

Paseaba en palanquín y hacía hai-kais:

 

                   Pardas gotas de miel

                   Vuelo en torno de una rosa

                   Abejas

                                  _____

 

                   Arrojaste tu abanico al cielo

                   Quedó preso en el azul

                   Convertido en luna

 

Casa de té.

Pabellón de vidrio y de papel.

Las sandalias que tuve que dejar en la puerta para entrar

Las musumes que me fueron a recibir abanicándose con

                                                                               la calaña

La que me sonreía más vino a sentarse delante de mí para

                                                                               servirme

Entre nosotros quedó una mesa de ébano y oro…

¡Les chats d’ebene et d’or ont traversé le soir!

La taza de porcelana pequeña y transparente como

                         una concha en que tomaba té

Mi cama en el suelo

El biombo de papel en que estaba pintada una

                                   cigüeña de piernas de bambú

Los japoneses del aposento vecino que comían polvo y

                                                                          algas marinas

Luz de luna que transformaba en madreperla los vidrios del

                                                                                  pabellón

Las sombras que pasaban en la calle estampándose en los

                                                                                         vidrios

Y la linterna de papel rojizo ardiendo sobre la mesa

                                                                           de charol…

 

¡Mi amada de San Pablo

Te vi en sueños en Japón!

No ibas en automóvil

¡Paseabas en palanquín por una calle de Nagasaki!

¡Tenías una sombrilla de papel de arroz

Bordada con flores!

Tu vestido no había venido de París…

¡Kimono lleno de crisantemos!

 

Tus bellos ojos pardos de avellana estaban “rasgados

                                               al modo de almendra”…

 

No me viste

Volteaste el rostro al pasar

¡En Brasil, en Japón eras la más bella de las desdeñosas!

Pero cuando pasabas cerca de mí subía de mi corazón a

                          mi boca un himno de palabras blancas…

¡Mi musume!...

Mi flor de cerezo

Glicinia violeta que pende en mi alma

Flor de loto bermeja

En la margen de mi lago de la ilusión

¡Ven a mi morada y serás la flor más bella de mi

                               jardín encantado de sueños!

¡Vendrás toda vestida de blanco!

¡Cuando hayas dejado tu hogar se encenderán los fuegos de

                                                                              purificación!

 

Te amo como amo la primavera

Los cerezos de rosa y de nieve

El espejo corriente del regato

La flor del cacto

El aroma verde de los matorrales

Carbonato

Fosfato

Citrato

Azotato

Acetato

Nitrato

Sulfato

Clorato

Tartrato

Silicato

¡Y el poder colosal de un sindicato

De drogas!...

 

Pero no hay China ni Japón

Perdí el periódico que estaba leyendo

La japonesa a mi lado desapareció

El automóvil de mi amada se perdió en la polvareda y

                                                                   en la noche

La luna japonesa anda en el cable del teléfono

Y el tranvía elefante de circo de caballitos se equilibra

                                                                en los rieles…

 

¡Soy Poeta!

¡Y todos los ruidos no valen la resonancia de mi

                                                                 cráneo!

La multitud arrastrándose en la ciudad

El marchar de un piquete de caballería

Tranvías en desbandada frenesís de velocidades

Un millón de máquinas de escribir golpeando

               frenética simultáneamente todas sus teclas

Letras suspendiéndose en puntas de tentáculos

¡Villes Tentaculaires!

¡Morir como Verhaeren aplastado por un tren!

Un expreso internacional de Alaska a Tierra del Fuego

   esparciendo por América los viajeros de la droguería

Vidrios que quiebran en el cemento con risas de mujer

                                                                         Histérica

Los teléfonos precipitadamente los timbres

¡La rabia del que pide comunicación por quinta vez!

Los carros de bomberos rodando paralelepípedos

Pitidos vocería y alaridos

El atropello de los automóviles después de un gran

                                                         match de foot-ball                                     

Bocinas ronqueras motores algazaras

El Viento corriendo sobre neumáticos

Rugiendo por el espacio

Porque es un automóvil que pita

Una partitura de Stravinski

Ejecutada por quinientos hombres en una estación al

                                                             partir de trenes

Silbos de vapor como cohetes huyendo por el espacio

Las ruedas chillando sobre los rieles

Pistones zambombas platos y timbales

Puertas batiendo pitidos campanillas

Campanas a rebato en las locomotoras como en las

                       máquinas de la Sorocabana y de la Central

Y el tren que estremece por la estación hacia fuera

 

¡Oh! ¡La locura de mis auriculares!

 

Dejé la Droguería

Porque en asuntos comerciales yo era corto de vista

Y un poeta no puede ser droguista.

 

¡Velas blancas de mi libertad!

 

De tarde

La luz andaba

En el valle verde de Anhangabaú…

¡Oh! ¡Su canto coronado y triunfal

Su exaltado canto de agonía!

En el horizonte

El fuego líquido hervía

En vasos de oro ámbar y marfil

Y transbordaba por los bordes claros

Sobre los techos de arcilla…

Las ventanas sangraban

Y las casas huyendo a la luz del poniente

En tropel entraban por el valle…

 

Yo cantaba:

 

¡Amo la tarde de carnes encendidas

Que me penetra y palpita en mí!

Bebo con labios que susurran

Este vino de luz que chorrea por el espacio

Hasta sentir la embriaguez de la luz…

Estos ríos de sonidos que brotan del ocaso

Incendiados de clarines

Penetran en mi alma resecada

¡Con tanto ímpetu y con tal ardor

Que siento en mí resplandecer la vida!...

Ardo en la exaltación que los pasos me conducen

¡Y no siento mi peso sobre la tierra

Porque mi cuerpo es una llama de luz!...

 

San Pablo – 1921

 

Traducción de Sergio Ernesto Ríos

 

Luís Aranha (Sao Paulo, 1901-1987). Estudió Derecho en la Faculdade do Largo de São Francisco. Posteriormente ingresó al Ministerio de Relaciones Exteriores. Formó parte de la primera oleada de la poesía vanguardista brasileña. Su obra reunida se publicó a finales de los ochenta con el título de Cocktails.