Elma Correa: “Creo que mis cuentos están más cerca de ese insufrible que más que una pregunta tiene un comentario”
Cuando la “normalidad” aún existía, la escritora Elma Correa visitó el taller de narrativa de la revista grafógrafxs, en nuestra añorada sala Ignacio Manuel Altamirano, de Rectoría. En esa sesión se abordaron diversos temas relacionados con la escritura, la taxonomía del “viejo lesbiano” y el famoso cuento “Marea verde” de Elma que apareció en el número 3 de grafógrafxs. Sin embargo, algunas preguntas relativas a su libro Que parezca un accidente se quedaron en el tintero. Ahora, Adriana Mondragón, Daniela Albarrán y Mauricio Pérez, integrantes del taller mencionado, aprovechan esta oportunidad para que Elma despeje sus dudas.
Elma Correa es narradora. Desde 2008 coordina un encuentro internacional de escritores en Baja California. Que parezca un accidente (Nitro/Press, 2018) es su primer libro de relatos.
grafógrafxs: Casi todos tus cuentos del libro Que parezca un accidente tienen una estructura uniforme. Antes de escribir, ¿en qué piensas primero?, ¿en el tema, la estructura, el tono o en los personajes?
Elma Correa: Pienso en tramas, en acontecimientos específicos que voy organizando mentalmente para que tomen la forma de la historia que quiero contar. Conforme pienso en ello y le doy vueltas, los temas emergen y entonces tomo notas para decidir el tema concreto que voy a abordar y hacer ajustes en la historia. Sólo cuando tengo eso claro busco a los personajes que puedan encajar ahí, y defino cuáles son las características que deben tener para estar en mi historia. Sobre el tono y la estructura, casi siempre el tono resulta con bastante naturalidad, aunque sí procuro darle varios tratamientos a cada texto; con las estructuras soy medio floja, no experimento ni nada, tengo estructuras favoritas con las que me siento cómoda. Perdón.
grafógrafxs: Hace unas semanas impartiste un taller de cuento. Al respecto, ¿cuál crees que es el papel de la literatura en estos tiempos de crisis?, tanto desde el punto de vista de lxs lectorxs como de lxs escritorxs.
Elma Correa: Creo que la literatura es una de las pocas cosas que pueden salvarnos, que pueden ayudarnos a no volvernos locos. Como lectora, a pesar de que la lectura es una actividad solitaria, cuando leo me siento más cerca de los demás, me siento menos sola y menos ensimismada. Y como escritora, creo que para contar historias hay que ponerse en el lugar de los otros, así que de alguna manera escribir puede volvernos empáticos… bueno, o nos vuelve empáticos o misántropos, pero no nos deja indemnes.
grafógrafxs: Cuando se escribe un cuento se entabla una conversación con otrxs escritorxs. ¿Con quién platicas en Que parezca un accidente?
Elma Correa: No sé si en mi caso se trate de una conversación. Creo que mis cuentos están más cerca de ese insufrible que más que una pregunta tiene un comentario y acaba por hartarlxs a todxs, especialmente a lxs escritorxs con los que se pretende interactuar.
grafógrafxs: Los personajes de tus cuentos son muy interesantes, porque la mayoría forman parte de una colectividad marginada por la sociedad. ¿Cuál es tu proceso creativo para construir a estos personajes?, específicamente en textos como “Kamikaze”, “Nos reiremos cuando acabe” y “Risa”.
Elma Correa: Esos tres cuentos son historias con personajes jóvenes y vulnerables, cuentos que –según yo– hablan de amistad, de redes y alianzas que a veces surgen en lugares y con personas que quizá en ciertas circunstancias no habrían llegado a nada, pero que justo por ocurrir en momentos determinados hacen que los personajes se aferren entre sí, ayudándose y queriéndose de algún modo, del único modo que pueden, al parecer. Me gustan mucho las posibilidades que ofrecen los personajes jóvenes, los niños y los adolescentes, pero también los personajes en esa etapa posterior, a la que la mayoría llegamos muy maltrechos, apenas sobrevivientes del drama que implica la adolescencia, ese periodo cuando supone que ya somos adultos oficialmente, pero en realidad somos el remedo de uno.
grafógrafxs: Algo que nos llama mucho la atención de tus cuentos y que además disfrutamos demasiado es el tono y el lenguaje, porque son divertidos, irreverentes y cínicos. ¿Cuánto tiempo te llevó definirlos y qué te motivó a que fueran empleados así?
Elma Correa: Quería divertirme. Siempre supe que quería un libro divertido, que me hiciera reír y también usé el tono como contrapeso de las cosas horribles que me puse a contar, como para darle un respiro al lector entre tanta cosa que hacen y les ocurre a mis personajes.
grafógrafxs: Si, emulando a las tres muchachas de tu cuento “La intimidad de las abejas”, utilizaras la ouija para comunicarte con el espíritu de una escritora o escritor, ¿a quién invocarías y para qué?
Elma Correa: A Dorothy Parker, para tomarnos unos martinis, y a Boris Vian, para casarme con él. Ah, si hay tiempo, a Octavio Paz, así muy rapidito, nomás para decirle viejo lesbiano.
grafógrafxs: ¿Cuál de los cuentos que componen tu libro Que parezca un accidente es tu favorito y por qué?
Elma Correa: Ay, qué pregunta tan difícil. No creo tener un favorito, creo que todos me gustan mucho –risas–. Cada uno tiene algo que me hizo ponerlo en el libro, quizá “Plantas carnívoras” me da más risa que otros, pero no es que me guste más, sólo me da más risa. “Nos reiremos cuando acabe” me lleva a un momento de mi vida cuando escuchaba mucho la rola de la que saqué el título, pero vaya, tampoco significa que me guste más. Ash, dije un montón de cosas para no responder nada, como en mis cuentos –más risas–.
grafógrafxs: ¿Cómo se te ocurrió el título Que parezca un accidente?
Elma Correa: Quería un título que en principio no tuviera mucho que ver con los cuentos, que llevara a los lectores a involucrarse para encontrar el vínculo. La frase me gusta porque tiene cierta ambigüedad, puede ser una orden o puede ser un deseo, pero siento que remite a que alguien, de alguna forma indefinida, está metido en problemas.