ISSN: 2992-7781
REVISTA DE LITERATURA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

Entrevista a Tatiana Goransky

 

En número 5 de grafógrafxs  se publicó un fragmento de la novela Quisiera amarte menos, de Tatiana Goransky, así como el texto “La escritura del cuerpo”, en el que, entre otros temas, la escritora argentina nos habla de la forma en que está construida su novela. Alonso Guzmán, coordinador del taller de narrativa de grafógrafxs, así como Adriana Mondragón, Daniela Albarrán e Iliana Rivera, integrantes de este, efectuaron una entrevista colectiva a Tatiana, la cual les compartimos.  

 

grafógrafxs: Una de las cosas que más me gustó al leer tu colaboración en la revista es la relación que tiene la narradora con su cuerpo y con sus emociones. Las descripciones y el lenguaje que empleas son netamente sensoriales. ¿Cuánto tiempo te llevó desarrollar este tono?

 

Tatiana Goransky: Me llevó mucho tiempo porque primero tuve que despojar al personaje de Julia de todas las estructuras facilitadoras que nos dan los narradores externos. En general, estamos acostumbrados a leer dentro de algún tipo de espacio definido, dentro de algún marco en el cual los protagonistas son “insertados”, por así decirlo. Acá, la idea era que el personaje generara ese espacio con la palabra y sin la ayuda de un narrador que diera datos extra de locación, acciones, sentimientos, color local, etcétera. 

La palabra de Julia tenía que construir un mundo tan verosímil y poderoso que pudiera sostenerse solo, y es imposible sin ponerle cuerpo a la palabra. Para eso, utilicé una técnica que aprendí en la carrera de dramaturgia, aprendí a tratar a los personajes como actores que están por salir a escena. 

 

grafógrafxs: Julia es una mujer madura que en un principio se muestra desligada de cualquier vínculo amoroso, cuestión que conforme va avanzando la historia cambia. ¿Cómo se da la transición de Julia, que parte de una libertad sexual para caer en esa dependencia emocional y sexual hacia el personaje masculino? 

 

Tatiana Goransky: Creo que lo que le pasa a Julia no es nada fuera de lo común. Tal vez lo raro es encontrarlo narrado de la manera en la que aparece en la novela. Digamos que no está muy bien visto en este momento, en el que todos los días salimos a luchar por nuestros derechos, tener como personaje principal (o uno de los personajes principales) a una mujer fuerte y sexualmente abierta que termina queriendo convertirse en sólo el objeto del hombre que ama. A lo largo de la novela, y a través de los otros personajes, la vamos conociendo todavía más. Cada personaje se narra y, al mismo tiempo, narra a los otros. Julia nos cuenta y se cuenta. Ella misma va desarmándose a medida que avanza el monólogo, va convirtiéndose en alguien que no reconoce, una persona llena de nuevos límites y nuevas necesidades. Es que el deseo también genera eso, una masiva pérdida de control. Para mí es muy importante separar lo políticamente correcto del espacio del deseo privado. Así que la construcción del personaje de Julia también tuvo que ver con eso. 

 

grafógrafxs: ¿Por qué crees que sea importante resignificar la relación de la corporalidad y la sexualidad femeninas a través de la literatura?

 

Tatiana Goransky: Porque creo que está fuertemente ligado a lo que comentaba recién, la sexualidad (aunque no sólo la femenina) está puesta en jaque por la relación que estamos teniendo con lo políticamente correcto. El deseo no se puede legislar y los cuerpos no se pueden intervenir. Con esto quiero decir que, así como no podemos permitir que se nos siga violentando (violando, matando), no podemos permitir que se nos diga lo que nos puede gustar y lo que no. 

La literatura es un arma poderosa y, aunque yo reniegue un poco del famoso “todo texto es político”, en este caso creo que algo de lo que pasa en mi país, en el mundo, me interpeló de manera tan brutal que fueron apareciendo estos personajes. 

 

grafógrafxs: Nos interesa mucho saber cómo llegas a las historias (o cómo te llegan). Platícanos, Tatiana, ¿cómo es que decides comenzar a escribir una novela?

 

Tatiana Goransky: Creo que mis novelas tienen una sola cosa en común: no tomo nota. Si un personaje, una idea, una atmósfera o una trama tienen que devenir novela, será sólo por insistencia. No tomo nota porque sé que si me voy a comprometer con un texto de largo aliento tengo que estar casi obsesionada con lo que lo dispara. A veces es un título que no se va; a veces, un personaje que no me deja dormir; a veces, una escena que vi o una historia que me contaron. Nunca se repite, pero siempre insiste, resiste, hasta que no me queda otra que ponerme a escribir. Pero ojo, no es una tortura. La escritura para mí es una puesta en escena, un acto lúdico, no es algo de vida o muerte. 

 

grafógrafxs: Hay un ritmo bien pegajoso en tu prosa. ¿Qué tal conviven tu formación musical y tu trabajo literario?

 

Tatiana Goransky: Son un gran matrimonio. Siempre apunto a que leer mis textos sea casi como leer una partitura. El tempo, la melodía, la afinación. Todo eso tiene que estar pensado. 

 

grafógrafxs: ¿Tienes un lector ideal? 

 

Tatiana Goransky: Supongo que, a esta altura, mi lector ideal es alguien que no espere que mis textos siempre se parezcan entre sí. Hubiera sido mucho más fácil elegir un solo género o trabajar siempre un mismo tema, pero me encanta encarar cada nuevo proyecto prestándole atención a lo que el texto me pide. Por eso no soy fácil de encasillar como escritora y eso complica mucho los canales tradicionales de exposición. Ojo, lo mismo le pido a mis autoras y autores preferidos, no espero que se repitan. Así que entiendo que mi experiencia de lectora se replicó en mi experiencia como escritora. Y, muchas veces, cuando me piden que recomiende autores o autoras yo digo que prefiero recomendar libros. 

 

grafógrafxs: En tu nota “La escritura del cuerpo”, publicada en grafógrafxs, mencionas que prefieres subescribir a sobrescribir. Me gustaría que ahondaras en la diferencia y sobre qué implicaciones tienen esas actividades.

 

Tatiana Goransky: Es un tema que me interesa mucho. Me preocupa la tendencia que tienen ciertos autores y autoras a sobrescribir. Muy poca gente es capaz de narrar en 800 páginas algo que valga la pena leer en 800 páginas. Pero las presiones del mercado son durísimas. Por un tema de costos y beneficios se suele pedir a los escritores que produzcan textos largos. Al principio no lo podía creer. ¿Desde cuándo la longitud es, por definición, una virtud? Después, entendí el código del mercado y me decepcioné. Al final, tomé mis propias decisiones. No acepto que me pidan que “engorde” un libro. No pongo dobles o triples finales (a menos que sean parte de un juego o de una estructura particular). Me agota leer libros en los que en las primeras 50 páginas te cuentan lo mismo de distintas maneras o en donde te das cuenta de que el final fue estirado por obligación. O confiamos en el lector o no confiamos en nadie. El día que vea que necesito 800 páginas para narrar, no dudaré en hacerlo. Mientras tanto, seguiré escribiendo sin mirar el número de caracteres.

 

grafógrafxs: ¿Cómo la violencia puede contener ternura?

 

Tatiana Goransky: No creo que la violencia contenga ternura, creo que esta novela, Quisiera amarte menos, es un texto sexual y violento, pero contiene ternura. Es este texto el que contiene ternura, no la violencia.

 

grafógrafxs: ¿Cuándo sabes que tienes una novela en mente? Me refiero a si desde su concepción sabes qué es lo que va a pasar o, por el contrario, sobre la marcha lo vas resolviendo.

 

Tatiana Goransky: Soy más de la escuela de “sobre la marcha voy resolviendo” siempre y cuando tenga clara la situación inicial y los personajes estén absolutamente delineados. Siempre digo que los personajes son la historia y no al revés. Pero esa es sencillamente mi manera de ver la literatura. Por otro lado, hay veces que tengo una estructura armada y creo que sé cómo debe ser todo, pero, en general, esas son las veces que más me cuesta escribir y casi siempre termino escribiendo algo totalmente distinto de lo que imaginé. No por eso algo peor. 

 

grafógrafxs: Respecto a tu texto “La escritura del cuerpo”, ¿cómo pueden escribirse los nuevos textos de manera efectiva, ahora que el acceso al cuerpo está mediado por la tecnología?

 

Tatiana Goransky: Creo que habrá muchos textos que justamente giren alrededor de ese tema. Sólo por dar un ejemplo, pienso en el guion de la película Her, de Spike Jonze, un texto tremendamente efectivo que se plantea algunos de esos interrogantes. El personaje no sólo se enamora de un sistema operativo, también es un escritor de cartas a pedido que narra sentimientos ajenos. Casi como si narrar los propios sentimientos ya fuera imposible. 

Igual, creo que tal vez lo que me estás preguntando tenga más que ver con cómo escribiremos, ¿no? Si es así, mi respuesta es que vamos a tener que seguir confiando en la memoria del cuerpo. Memoria que justo ahora, en medio de esta pandemia mundial, está salvando a tanta gente de una soledad poco deseada. Y mientras te contesto esta pregunta tengo dolor de cintura por la cantidad de horas que llevo frente al teclado, tengo hambre porque no tuve tiempo de almorzar, tengo frío porque se rompió la calefacción. Por suerte y por desgracia, acá no hay tecnología que se interponga. El cuerpo siempre estará presente. 

 

grafógrafxs: ¿Cuál te parece que es la naturaleza esencial del deseo en el momento actual?

 

Tatiana Goransky: Si tuviera la respuesta a esta pregunta, seguro no hubiera sentido la necesidad de escribir Quisiera amarte menos. Al final, supongo que toda novela es, de alguna forma u otra, la respuesta a alguna interrogante de quien la escribe. No estoy segura, me quedo pensando eso ahora, a partir de tu pregunta.

Muchísimas gracias a todas y todos por sus lecturas y sus preguntas. En esta época tan convulsa, poder pensar juntos así, casi en voz alta, es un hermoso movimiento hacia adelante. 

 

Saludos y cuídense mucho.

 

Tatiana Goransky (Buenos Aires, 1977). Es escritora y cantante de jazz. Autora, entre otras novelas, de Fade out (Comba, nominada a mejor novela argentina en 2016), ¿Quién mató a la cantante de jazz? (Nitro Press), Quisiera amarte menos (RiL editores, 2020) y La mujer poco probable (Editorial Ateneo, 2020). Su trabajo ha sido publicado en Argentina, México, Bolivia, Uruguay, Alemania, España y Estados Unidos.