ISSN: 2992-7781
REVISTA DE LITERATURA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

Constelaciones ruidosas: la poesía venezolana
según Adrián Arias Pomontty

 

 

fueron suficientes los pétalos

magnolia grandiflora soledumbre

arriba de los árboles todas las luces todas

las luces a un tiempo

desde entonces nada sabemos que pueda confirmarnos

la elección depende de la urgencia

y desde entonces no sabemos nada

calcáreas las formas encontradas como a caso

los caracoles migratorios y las piedras

convergiendo las circunvoluciones y los ruegos

todos apagados cuando quisimos verlos

vibrando un último vuelo

y la parodia enrojeció ante tanta evidencia

en la ciudad del río la luz perforaba todas las luces

luces gratuitas entre las formas de caléndulas

oxidantes a pedazos

el hacedor de lluvias persistiendo

a intermitencias

y tú tú sin saberlo

dicen que solíamos remontar la cuesta parecía cierto

no supimos los ritos ni escuchamos voces

fue mucho tiempo antes de verlas

todo fue entonces

 

(MALENCUENTRO pero tenía otros nombres)

 

  

* * *

 

euphorbia[1] caña del mundo

silencio el poeta desanudó todas las sangres

los niños han muerto chupando el néctar de las flores

no se diga nada de aquellos sucesos fue el rito

de los oleandros rojos

rojos por toda la calle hasta las salinas

parecía un incendio

y tantas veces quisimos encenderlo de nuevo

por toda la calle por las ventas

por las puertas abiertas de todas las casas

hasta los patios alargados

en el sambuco negro

no parecía

y se borró el poblado largo el pueblo blanco

de las berberías también de la historia larga

con pergaminos

 

que cansancio datura

 

(MALENCUENTRO pero tenía otros nombres)

 

 

* * *

 

corazón caladium[2]

colores arbitrarios de semillas moteadas

como ácaros interfiriendo al aire corazón caladium

de oxalato de extensa soledad flor de jardín crista

en menor medida que las hojas

mura soleada convalaria cristales de oxalato

seca las convulsiones flor de jardín

no tengas miedo ya están los oleajes calmándose

poco a poco dentro a los pensamientos un murmullo

de raíces hojas flores de jardín

convalmarina produciendo arritmias tú creías

que podíamos recoger los frutos y no era posible

deslizarnos por aquellos prados sin que vinieran las

dulcamaras a embestirnos no pudimos

había también rocas donde venían a calentarse las

víboras detrás

un murmullo de pasos lentos sólo yo

los siento y has vuelto

has vuelto flor de jazmín amarillo fruto de la paloma

portulaca ayuda a sostenernos

algunas veces decíamos palabras no se caían de las manos

sino aferradas ¿sabes? son muchas las cosas que

pudimos recoger de las fuentes

sobre las agujas de los pinos se encontraron algunas

piedras color de la tarde hasta desechos humanos

lo supimos aquella vez y llovió sobre las voces

 

(MALENCUENTRO pero tenía otros nombres)

 

 

* * *

 

actaea fruto de la serpiente

incorpórea y dispersa

querías florecer todos los pantanos

irisada ampliamente dispersa

los plegamientos no te pertenecen huyes

huyes eternamente flor de pechuga amarilla

con vientos paludosos como otras veces

jugando con los espejos todos a un tiempo

obscena inmóvil

a destiempo las salinas aparecieron nítidas

no se supo cuando vinieron los coranes

la luz inundando los bucéfalos

eres como otras veces desplegada hacia adentro

en una oscilación violenta sin querer hablar

de las visiones de los palafitos sobre la laguna

de la arena aquella vertiéndose insomne sobre

las mañanas

sin prestar atención a los linderos inverosímiles

sin descomposición en los colores sin espectro

buscas por los rincones no osas

del peligro de las plantas aquella noche

no se supo nada

 

(MALENCUENTRO pero tenía otros nombres)

 

 

* * *

 

amaneció apamate

toda cubierta color desparramado a chorros a goteras

a picos de pájaros goteando soledad resina

en la madera las hojas el resuello color

no se desdice en los bejucos lianas confeti alfombra

rosa de francia hilos de lana pink color de artesanía

no se desdice cae a borbotones sobre la tierra arcilla

sobre las tinajas los cuellos bebedores de tinajas

largas las tinajas panzudas pintadas asimismo

insensato color

en los tejados se derrama mezclándose

un instante un día

mas nunca en los barbechos en los riscos que se ponen

a caerse de puro encandilados

en las exudaciones en las canteras

en los acantilados más abajo mucho más allá de los tres

puntos cardinales del nueve

conjugados

color coloras coloramos

amaneció apamate instante de resina con hormigas

minúsculas once de abril apamate

 

(MALENCUENTRO pero tenía otros nombres)

 

 

* * *

 

palabra de agua íngrima

senos pequeños flores de agua poquita

un beso dando tumbos agua de sombra corazón de agua

con relámpago a cuestas pedregosa

venteando sin preguntarse nada trozo de selva

los yagrumos de arriba trashumantes

con peñascos sobre el agua limosa

pájaro sin beberse el río

virgen del valle de lodo de maíz

alumbrando todas aquellas leguas

vivían arrebujadas

ceiba de san francisco en la noche salobre

varas de nardo santo santo santo rocío de la mañana

voz de los alpaujiles

flores blancas señor de los ejércitos senos blancos

malabares limoncillos corza de pelambre arisca

no se podía

no se podía saborosa de corcho bebiéndose el río

los mensajeros del brebaje con moteaderas de algodón

de puro viejas pelambrosas

selvalumbrada sobre las canterillas

con mecheros con los mecheros lúdicos ruega por nosotros

señor de los encuentros del amanecer

barranco de las esporas ruega por nosotros

cuando uno es uno solo y se derrumban los puentes

de la niebla. malvalía. loca lía. íngrima

con aquellos caballos con los collares únicos

con las tumas colgando acompasadamente

 

(MALENCUENTRO pero tenía otros nombres)

 

 

* * *

 

bora que duerme

se deslizaba por el cauce amarillo frente

a las ventanas se deslizaba finestrela

la casa de las ventanas largas una entreabierta

la cautelosa la de los ojos de los ríos

bora de aquella tristeza al descampado al sereno

anélidos de arena sérpulas

bora los ojos de los ríos y ese follaje inédito

sin mirar nada que contar no pueda

bora de aquella intemperie

con garzas coloradas por crepúsculo conociendo

el sustento sagrado con licopodios en las escolleras

aquellas que devuelven las almas de los muertos

bora de siempre de alcaraván de danta trashumante

de cristo de avellaneda

bora silvana azul sibila de las ortigas

bora de un sueño mudo aguas abajo

lágrima abajo

bora de nunca más dios en su corazón

mirada de agua

 

(MALENCUENTRO pero tenía otros nombres)

  

Emira Rodríguez (Porlamar, Isla de Margarita, Venezuela 1929-2017). Vivió en Europa una buena parte de su vida. A su regreso trabajó en la revista Zona Franca. Publicó: Relaciones. Cuadernos Hispanoamericanos, 1971 (plaquette de poemas posteriormente incluidos en La casa de Alto), La casa de Alto, Caracas, Tiempo Nuevo, 1972 (reeditado en Fondo para el Desarrollo de Nueva Esparta, 1986 y Alcaldía de Porlamar, 1991), Malencuentro, pero tenía otros nombres, Caracas, Monte Ávila, 1975 (reeditado en 2008 por la Fundación Editorial El Perro y La Rana) y Como sueños ajenos, La Asunción, Fondo Editorial Biblioteca del Estado Nueva Esparta, 2001.

 

 

 

[1] Planta de la familia euphorbiaceae.

[2] Planta en forma de corazón.