Constelaciones ruidosas: la poesía venezolana
según Adrián Arias Pomontty
fueron suficientes los pétalos
magnolia grandiflora soledumbre
arriba de los árboles todas las luces todas
las luces a un tiempo
desde entonces nada sabemos que pueda confirmarnos
la elección depende de la urgencia
y desde entonces no sabemos nada
calcáreas las formas encontradas como a caso
los caracoles migratorios y las piedras
convergiendo las circunvoluciones y los ruegos
todos apagados cuando quisimos verlos
vibrando un último vuelo
y la parodia enrojeció ante tanta evidencia
en la ciudad del río la luz perforaba todas las luces
luces gratuitas entre las formas de caléndulas
oxidantes a pedazos
el hacedor de lluvias persistiendo
a intermitencias
y tú tú sin saberlo
dicen que solíamos remontar la cuesta parecía cierto
no supimos los ritos ni escuchamos voces
fue mucho tiempo antes de verlas
todo fue entonces
(MALENCUENTRO pero tenía otros nombres)
* * *
euphorbia[1] caña del mundo
silencio el poeta desanudó todas las sangres
los niños han muerto chupando el néctar de las flores
no se diga nada de aquellos sucesos fue el rito
de los oleandros rojos
rojos por toda la calle hasta las salinas
parecía un incendio
y tantas veces quisimos encenderlo de nuevo
por toda la calle por las ventas
por las puertas abiertas de todas las casas
hasta los patios alargados
en el sambuco negro
no parecía
y se borró el poblado largo el pueblo blanco
de las berberías también de la historia larga
con pergaminos
que cansancio datura
(MALENCUENTRO pero tenía otros nombres)
* * *
corazón caladium[2]
colores arbitrarios de semillas moteadas
como ácaros interfiriendo al aire corazón caladium
de oxalato de extensa soledad flor de jardín crista
en menor medida que las hojas
mura soleada convalaria cristales de oxalato
seca las convulsiones flor de jardín
no tengas miedo ya están los oleajes calmándose
poco a poco dentro a los pensamientos un murmullo
de raíces hojas flores de jardín
convalmarina produciendo arritmias tú creías
que podíamos recoger los frutos y no era posible
deslizarnos por aquellos prados sin que vinieran las
dulcamaras a embestirnos no pudimos
había también rocas donde venían a calentarse las
víboras detrás
un murmullo de pasos lentos sólo yo
los siento y has vuelto
has vuelto flor de jazmín amarillo fruto de la paloma
portulaca ayuda a sostenernos
algunas veces decíamos palabras no se caían de las manos
sino aferradas ¿sabes? son muchas las cosas que
pudimos recoger de las fuentes
sobre las agujas de los pinos se encontraron algunas
piedras color de la tarde hasta desechos humanos
lo supimos aquella vez y llovió sobre las voces
(MALENCUENTRO pero tenía otros nombres)
* * *
actaea fruto de la serpiente
incorpórea y dispersa
querías florecer todos los pantanos
irisada ampliamente dispersa
los plegamientos no te pertenecen huyes
huyes eternamente flor de pechuga amarilla
con vientos paludosos como otras veces
jugando con los espejos todos a un tiempo
obscena inmóvil
a destiempo las salinas aparecieron nítidas
no se supo cuando vinieron los coranes
la luz inundando los bucéfalos
eres como otras veces desplegada hacia adentro
en una oscilación violenta sin querer hablar
de las visiones de los palafitos sobre la laguna
de la arena aquella vertiéndose insomne sobre
las mañanas
sin prestar atención a los linderos inverosímiles
sin descomposición en los colores sin espectro
buscas por los rincones no osas
del peligro de las plantas aquella noche
no se supo nada
(MALENCUENTRO pero tenía otros nombres)
* * *
amaneció apamate
toda cubierta color desparramado a chorros a goteras
a picos de pájaros goteando soledad resina
en la madera las hojas el resuello color
no se desdice en los bejucos lianas confeti alfombra
rosa de francia hilos de lana pink color de artesanía
no se desdice cae a borbotones sobre la tierra arcilla
sobre las tinajas los cuellos bebedores de tinajas
largas las tinajas panzudas pintadas asimismo
insensato color
en los tejados se derrama mezclándose
un instante un día
mas nunca en los barbechos en los riscos que se ponen
a caerse de puro encandilados
en las exudaciones en las canteras
en los acantilados más abajo mucho más allá de los tres
puntos cardinales del nueve
conjugados
color coloras coloramos
amaneció apamate instante de resina con hormigas
minúsculas once de abril apamate
(MALENCUENTRO pero tenía otros nombres)
* * *
palabra de agua íngrima
senos pequeños flores de agua poquita
un beso dando tumbos agua de sombra corazón de agua
con relámpago a cuestas pedregosa
venteando sin preguntarse nada trozo de selva
los yagrumos de arriba trashumantes
con peñascos sobre el agua limosa
pájaro sin beberse el río
virgen del valle de lodo de maíz
alumbrando todas aquellas leguas
vivían arrebujadas
ceiba de san francisco en la noche salobre
varas de nardo santo santo santo rocío de la mañana
voz de los alpaujiles
flores blancas señor de los ejércitos senos blancos
malabares limoncillos corza de pelambre arisca
no se podía
no se podía saborosa de corcho bebiéndose el río
los mensajeros del brebaje con moteaderas de algodón
de puro viejas pelambrosas
selvalumbrada sobre las canterillas
con mecheros con los mecheros lúdicos ruega por nosotros
señor de los encuentros del amanecer
barranco de las esporas ruega por nosotros
cuando uno es uno solo y se derrumban los puentes
de la niebla. malvalía. loca lía. íngrima
con aquellos caballos con los collares únicos
con las tumas colgando acompasadamente
(MALENCUENTRO pero tenía otros nombres)
* * *
bora que duerme
se deslizaba por el cauce amarillo frente
a las ventanas se deslizaba finestrela
la casa de las ventanas largas una entreabierta
la cautelosa la de los ojos de los ríos
bora de aquella tristeza al descampado al sereno
anélidos de arena sérpulas
bora los ojos de los ríos y ese follaje inédito
sin mirar nada que contar no pueda
bora de aquella intemperie
con garzas coloradas por crepúsculo conociendo
el sustento sagrado con licopodios en las escolleras
aquellas que devuelven las almas de los muertos
bora de siempre de alcaraván de danta trashumante
de cristo de avellaneda
bora silvana azul sibila de las ortigas
bora de un sueño mudo aguas abajo
lágrima abajo
bora de nunca más dios en su corazón
mirada de agua
(MALENCUENTRO pero tenía otros nombres)
Emira Rodríguez (Porlamar, Isla de Margarita, Venezuela 1929-2017). Vivió en Europa una buena parte de su vida. A su regreso trabajó en la revista Zona Franca. Publicó: Relaciones. Cuadernos Hispanoamericanos, 1971 (plaquette de poemas posteriormente incluidos en La casa de Alto), La casa de Alto, Caracas, Tiempo Nuevo, 1972 (reeditado en Fondo para el Desarrollo de Nueva Esparta, 1986 y Alcaldía de Porlamar, 1991), Malencuentro, pero tenía otros nombres, Caracas, Monte Ávila, 1975 (reeditado en 2008 por la Fundación Editorial El Perro y La Rana) y Como sueños ajenos, La Asunción, Fondo Editorial Biblioteca del Estado Nueva Esparta, 2001.
[1] Planta de la familia euphorbiaceae.
[2] Planta en forma de corazón.