Cinco poemas
Neide Archanjo
Espera
Octubre
y ninguna palabra te alcanza.
Se marchitan las flores
y otras enmohecidas
sueñan.
Ellas
(las flores) te esperan.
Mi cuerpo te espera.
Yo, no.
Resentimiento
En las rosas de la ausencia
te celebro.
Ya no me apasionas
ni me iluminas.
Lenta es la pérdida
que respira.
Y primerizo es este poema
que aún canta
lo que ya no puedes ser.
Profundamente
Están todos sentados esta noche.
Están todos sentados.
La vieja mesa respira
pero nada se aquieta.
Están todos sentados
muertos y sentados.
Y este amor no basta
para lamentar los besos los nombres
los retratos.
Lo inesperado
Estoy quedando sola
frente al mundo
frente a los amigos
y peor
frente al amor.
Estoy quedando sola
frente a Dios.
¿Pero eso no
se suponía que pasaría
más tarde
mucho más tarde?
Volkstrot
Amo mi Volkswagen
como amé a mis mascotas
mis libros
mis rosales
mis amores.
Es un amor de cinco sentidos.
Con él atravieso
viaductos calles
veo personas
pienso en tanta cosa
escucho la radio
transporto a mis amigos
reteniendo todo por más tiempo
—retina corazón.
Y con él me quedo sola.
Vamos en la velocidad media
de 60 km, tiempo
para ver la vida
detenidamente
sin que nada se pierda
en el trayecto
en el paisaje
en la preferencia
en el cambio de dirección.
Mi volks es blanco
y tiene un aire limpio delirante
aturdido de saudade
con sus 1 300 caballos en el motor.
Es ángulo.
Más:
es ave.
Aunque Drummond diga
que lo que siento y pienso
aún no es poesía,
procuro mantener la misma mirada idílica
y hablar de cosas graves
sin ser grave.
Porque siempre fui demasiado seria.
Tomé las cosas y a las personas
con pasión
y quise tener en todo
la sensación absoluta
de estar haciendo algo
limpio y bueno.
Después vino el humor
Y ganas de reír
reír por dentro
sin exageración
concentrada
como un animal.
Esto no impidió la conmoción
ni el ser sincera a cada minuto,
apenas expuso el ojo desnudo
a la claridad del día.
Y me quedé viendo limitado
pero nítido.
Casi completo.
Ya no tengo espanto
frente a una flor
pero me gustan las flores
incluso esa frente a mí
que murió ayer
por causa de la sala cerrada
de aquel olor a humedad
a pesar del buen clima intentando
traer la primavera de fuera.
Es mi sala.
Luz de mercurio encendida
mesa
objetos
libros
gavetas
el sofá azul
dos teléfonos sin línea
(¿PBX cargado
o mal humor de la telefonista?)
tu retratito
blanco
negro
verde
colorido
un paisaje de Mira
y la ausencia total de ventana.
Pero yo sentada
hablando y escribiendo cosas
que no sé
que están en los códigos
leyes
resoluciones
jurisprudencia
doctrina
correcta
disciplinada
y cierta
(sin la desesperación de los primeros días)
contenida por una mano
que no es la mía.
Traducción de Sergio Ernesto Ríos
Neide Archanjo (São Paulo, Brasil, 1940-2022). Poeta, abogada y psicóloga. Fundó el taller literario de la Biblioteca Mário de Andrade, en São Paulo. Fue becaria de la Fundación Calouste Gulbenkian en calidad de poeta residente en Portugal y asesora de la Biblioteca Nacional. Publicó su poesía reunida bajo el título Todas as horas e antes (A Girafa Editora, 2004), por la que recibió el Prêmio Jabuti de Poesia y el Prêmio de Poesia da Academia Brasileira de Letras.