ISSN: 2992-7781
REVISTA DE LITERATURA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

Hay una cazuela en el fuego todo el tiempo[*]

Sylvia Georgina Estrada entrevista a Hamutal Bar-Yosef

 

 

“No hace falta explicar nada. O conoces el lugar donde duele o no lo conoces”, sentencia el poema de Hamutal Bar-Yosef (Tel Yosef, 1940) que da título a la antología que recoge en español cuatro décadas de obra poética de la escritora israelí, y que Vaso Roto publicó en 2013.

Criada en un kibutz, en la obra de Hamutal hay una fuerte voz femenina, que se traduce en versos alusivos a la maternidad, la comida, al tiempo que se pasa junto a la mesa de cocina rebanando vegetales, preparando guisos, alimentando a los niños, a la familia. Sin embargo, también encontramos en los textos de Hamutal una visión cruenta sobre el mundo,
sobre la fragilidad, sobre el delicado equilibrio cotidiano sazonado con nostalgias, con la memoria del daño y el dolor. La poeta nos hace conscientes de esas áreas donde la sombra gana espacio de una manera inquietante.
En El lugar donde duele nos topamos con una poesía honesta, cercana, que vuelve al lector partícipe de los miedos, los desafíos, las alegrías, las pérdidas y los sueños de su autora. Versos que también nos confrontan con aquello que yace aletargado en nuestra alma, y que despierta para increparnos: “¿Cuánto? ¿Un año? ¿Diez? ¿Cien? ¿Mil? / A mí me llevó treinta. / La segunda vez sólo diez. / Después comencé a vivir, / a amar, a escuchar”.

Sylvia Georgina Estrada: La poesía hebrea tiene una larga tradición, basta con pensar en los Salmos, en El Cantar de los Cantares. Pasajes enteros de la Biblia tienen una voz lírica que ha influido en la literatura de la humanidad…

 

Hamutal Bar-Yosef: Es una larga tradición porque los primeros poetas en hebreo los encontramos en el Antiguo Testamento. El principio de la literatura hebrea es el Viejo Testamento, un libro que no sabemos quién lo escribió, o quiénes lo escribieron, pero ahí están los Salmos, los profetas y el Cantar de los Cantares, incluso hay historias enteras presentadas en forma poética, muy bien escritas, textos realmente potentes. Hay bases muy fuertes para la literatura hebrea.

La lengua hebrea produjo poesía cuando los judíos todavía no estaban en su país, cuando andaban errantes. En España, en el Medioevo, hubo una época dorada de poesía en hebreo influenciada por los musulmanes, por la poesía clásica árabe. También en Italia, durante los siglos XVI, XVII, los judíos escribieron mucha poesía, en esta época se produjeron textos que explicaban las escrituras, literatura real. 

En el siglo XVIII, en Alemania, Mendelssohn, nieto de un filósofo (Moses Mendelssohn), y un gran músico, señaló que ya era momento de que la lengua hebrea viviera de nuevo, porque era como una lengua muerta. Había literatura, libros escritos en esta lengua, pero nadie la hablaba. Así que a finales del XVIII, principios del XIX, se da el inicio de la nueva literatura. 

La tradición literaria hebrea ya tenía una larga historia, no en suelo israelí, pero después de la segunda guerra mundial la literatura hebrea fue producida en Israel. Están los poetas clásicos a finales del siglo XIX, que produjeron grandes obras, que conocimos en la escuela, pero después de la fundación de Israel, en 1948, muchos poetas no nacidos en Israel emigraron y siguieron escribiendo.

 

SGE: Ese es el caso de Yehuda Amijai, un poeta que es muy leído en México y que incluso tradujo textos de Octavio Paz al hebreo.

 

HBY: Yehuda Amijai fue un poeta de la escena literaria de los años cincuenta del siglo XX. Es muy conocido porque fue traducido ampliamente, porque es un escritor reciente, murió hace unos quince años, y su poesía es fácil de traducir, por lo que llegó a Estados Unidos, España, México. El lenguaje que él utiliza es muy simple.

 

SGE: En ese sentido sus poemas también son muy directos, los lectores podemos encontrar afinidades de inmediato por los temas que maneja: la maternidad, el amor, el pasado…

 

HBY: Cuando empecé a publicar poemas fui la primera mujer poeta en Israel que escribió sobre la experiencia de la maternidad. Ahora es muy frecuente porque hay más mujeres poetas, muchas son madres y vemos más textos de este tipo. 

Yo comencé en los años setenta, no hace demasiado tiempo, entonces sólo yo escribía sobre ser madre, ama de casa, estar en la cocina. Muchos de mis poemas traducidos al español son sobre la mesa de la cocina, que para mí era un símbolo de estar juntos, de tener una familia, de lo que significa ser madre, de decepciones también.

Muchos de mis poemas están conectados con la comida porque nací en un kibutz, entonces la cocina era administrada por un colectivo. Cuando me convertí en una mujer casada disfrutaba mucho cocinar y alimentar a los niños, tener mi propia mesa de cocina. 

La comida es una experiencia simbólica, universal. En hebreo publiqué un libro titulado Comida, dividido en apartados titulados “Vegetales”, “Frutas”, “Sopas”, “Carnes”, “Pescados”, “Postres”, y en cada sección encuentras poemas conectados, en el sentido metafórico, con cada tema. No soy única en eso, el vino es un símbolo muy usado en las poesías española y hebrea, no es una innovación usar la comida como metáfora, pero creo que la usé más que otros escritores. 

Escribo sobre la soledad desde el humor. Otro tema sobre el que escribí, y que me interesó durante un tiempo, fue el de hacerse viejo, eso cuando llegué a los 50 años, ahora tengo 73, así que no trato más ese tema. Pero a esa edad era toda una experiencia, por un lado, estaban los sentimientos negativos de ser viejo, y por el otro, estaba la intención de revelar gradualmente los beneficios de ser viejo, como la paz mental, ver las cosas con perspectiva, estar en paz contigo mismo. No soy una persona tranquila, así que sentirme cercana a eso es un beneficio.

 

SGE: Tiene un poema titulado A los Lectores. ¿Como poeta piensa en que sus versos pueden convertirse en una suerte de conversación con el lector?

 

HBY: En la antología traducida al español hay una sección titulada precisamente así, “A los lectores”. No es una casualidad, esta sección, que a veces es llamada ars poetica, tiene poemas acerca de la poesía, los escritores, los lectores, un tema muy tradicional. La puse al final porque no me gusta mucho ese tema, pero son las creencias, los sentimientos de ser poeta. 

Cuando escribo poemas es como cocinar y alimentar. Si estoy cocinando algo, quiero compartirlo. Cuando la gente lee tus poemas te dicen que son muy lindos, que le gustaron mucho, etcétera, pero en el fondo no estás seguro si les gustaron o no. Para mí, que me estoy volviendo vieja, es más importante recibir una respuesta auténtica. ¿A qué me refiero? Para mí no son los premios, las reseñas, claro, están muy bien, pero eso no es lo que me hace sentir bien, sentir que mi vida no fue en vano. Lo que me da esa sensación es cuando alguien me telefonea, o me ve en la calle, y me dice que leyó mi poema en un periódico o una revista y que lo pegó en la puerta del refrigerador, en su ventana. Eso es lo que realmente me hace muy feliz.

 

SGE: O que pongan sus versos en una superficie digital, precisamente leí uno de sus poemas en un blog: “Cuando me quedo sola…”.

 

HBY: Es un poema acerca de qué te pasa cuando esperas que venga alguien, y deseas que te elija, pero no pasa. Es un poema sobre el temor de que tus padres o tu esposo no te sean fieles, en el sentido de que te quedes demasiado tiempo sola. Es un sentimiento humorístico y trágico. 

Cuando era pequeña y estaba en el kibutz, y daban las tres o las cuatro y media de la tarde, sentía que mi madre o mi padre no llegarían, que nadie iría a recogerme, que estaba sola en el mundo. Mucha gente no sabe que es un kibutz, pero sí ha tenido esa sensación, en la infancia alguien ha experimentado esa sensación. Me gusta mucho cuando alguien lee un poema y piensa “este soy yo”.

 

SGE: “El poema se ofende cuando lo traduces”, dice el primer verso de uno de sus textos, pero usted también es traductora. ¿Cómo es este trabajo de dar una voz nueva, distinta, a un poeta?

 

HBY: Algunos dicen que traducir poesía es como besar a alguien a través de un vidrio, no es algo real, porque el punto de escribir poemas es encontrar las palabras, el sentimiento, las sensaciones precisas. Hay que poner las emociones en las palabras exactas. Ese es el talento de los poetas, que hacen que las palabras se deslicen suavemente al corazón del lector. 

Hacer eso en la traducción es muy difícil, no siempre se puede tener éxito. Todo el poema se arruina en la traducción si no se traduce de manera que el lector pueda entender la emoción, la idea, que transmitió el poeta en un principio. No creo que el poema sea una cuestión de estilo, de usar las palabras de una o tal forma. Sí, es importante escribir de una forma precisa, usar las palabras en forma efectiva, pero la efectividad no tiene que ver con la maestría del estilo.

La poesía nos dice algo importante, al menos el poema debería hacerlo. Algo que espero del poeta que me gusta es que sea brillante con el estilo, pero también con lo que hay adentro del poema, las sensaciones, la capacidad de vernos reflejados ahí, en ese montón de palabras.

 

Hamutal Bar-Yosef (Tel Yosef, Israel, 1940). Es licenciada en Filosofía y Literatura Hebrea y en Literatura Comparada. Ha obtenido diversos reconocimientos, como el Premio Jerusalén de Poesía (1997), el Premio WIZO para la Mujer Creativa (1999) y el Premio Presidente de Israel para poesía (2002). Es autora de nueve libros de poesía y de seis libros de investigación literaria, entre los que se encuentran Trends of Decadence in Modern Hebrew Literature (1997) y Symbolism in Modern Poetry (2000).

 

Sylvia Georgina Estrada (Monterrey, Nuevo León). Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UAdeC, periodista cultural y editora. Es autora, entre otros libros, de El libro del adiós (Pape – Alas y Raíces Coahuila, 2017), La casa abierta. Conversaciones con 30 poetas (Universidad Autónoma de Nuevo León, 2021) y Músicas (Los libros del perro, 2021). Textos suyos han sido publicados en los periódicos Vanguardia, Zócalo y Nuevo Día y en las revistas Quién, Life and Style México, Tierra Adentro, Caellum y Letras Explícitas. Obtuvo el primer lugar del Certamen Nacional de Cuento “Relato a mi Hijo”.

 

 

[*] Esta entrevista forma parte del libro de Sylvia Georgina Estrada La casa abierta. Conversaciones con 30 poetas (Universidad Autónoma de Nuevo León, 2021).