ISSN: 2992-7781
REVISTA DE LITERATURA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

Seis poemas

Hilde Domin

 

 

Regalos del viento

 

El aire, un archipiélago

de islas aromáticas.

Vapores de flores de tilo

y soleados pastos,

bonitos, familiares,

les agrado y me esperan

como si me envolvieran pañuelos

de un tierno hogar,

tejidos por la madre

hace tiempo.

 

Estoy como en un sueño

y apenas puedo creer

los regalos del viento.

Nubes de ternura

me atrapan,

y la felicidad muerde

con su pequeño diente

mi corazón.

 

 

Sólo una rosa como apoyo

 

Me acomodo una habitación, en el aire

entre los acróbatas y los pájaros:

mi cama sobre el trapecio del sentimiento

como un nido en el aire

en la punta más alta de la rama.

 

Compro una manta de lana finísima,

de ovejas delicadamente peinadas

que caminan sobre tierra firme, 

como radiantes nubes

a la luz de la Luna.

 

Cierro los ojos y me envuelvo

en el vellón de animales fiables.

Quiero sentir la arena bajo las pezuñitas

y oír cómo suena el cerrojo

que cierra la puerta del establo por la noche.

 

Pero yazgo en plumas de pájaros en lo alto, 

arrullada en el vacío.

Me da vértigo. No puedo dormir.

Mi mano

busca un soporte y encuentra

sólo una rosa como apoyo.

 

 

Regreso

 

Mis pies se asombraron

de ver que al lado de ellos van pies

que no se asombran.

 

Yo, la que camina descalza

sin dejar huellas,

le miraba siempre los zapatos a las personas.

 

Pero los caminos celebraban

el reencuentro

con mis tímidos pies.

 

En la casa de mi infancia florecía

el almendro 

en febrero.

 

Había soñado

que iba a florecer.

 

 

Colonia

 

La ciudad hundida

para mí

sola

hundida.

 

Nado

en las calles.

Otros caminan.

 

Las viejas casas

tienen grandes puertas nuevas 

de vidrio.

 

Los muertos y yo

nadamos

a través de las puertas nuevas

de nuestras viejas casas. 

 

 

Los embajadores

 

Los embajadores

vienen de muy lejos

más allá de los muros

 

descalzos

recorren

el largo camino

 

para entregar esta palabra.

Uno de ellos está delante de ti

vestido de lejanía

 

trae la palabra Yo

abre los brazos

dice la palabra Yo

 

en esta palabra separadora

vean

él ya no está

 

camina lejos dentro de ti.

 

 

Tres formas de tomar notas para escribir poemas

 

1

 

Un lecho seco

Una cinta blanca de guijarros

vista desde la lejanía

sobre esto deseo escribir

en letras claras

o sobre una colina de escombros

cantos rodados 

deslizándose bajo mis líneas

apartándose

para que la delicada vida de mis palabras

su Sin embargo

un Sin embargo sea de cada letra

 

2

 

Pequeñas letras

exactas

para que las palabras lleguen en silencio

para que se cuelen

y uno tenga que ir allá

hacia las palabras

buscarlas en el blanco 

pliego de papel

en silencio

no se nota cómo entran 

a través de los poros

cómo corre el sudor hacia adentro

 

El miedo

el mío

el nuestro

y el Sin embargo de cada letra

 

3

 

Deseo una tira de papel

tan grande como yo

un metro sesenta

con un poema

que grite

cuando uno pase por ahí

que grite en letras negras

que exija algo imposible,

verbigracia, coraje civil,

ese valor que ningún animal tiene

de compartir el dolor,

verbigracia, solidaridad en vez de tropa,

palabras-extranjeras

hacerlas sentir en casa a través de acciones

 

Hombre

animal con coraje civil

hombre

animal que conoce el dolor compartido

hombre palabra extranjera-animal palabra-animal

animal

que escribe poemas

poema

que exige lo imposible

de cualquiera que pase por ahí

urgente

irrefutable

como si dijera

“Toma Coca-Cola”

 

Traducción de Geraldine Gutiérrez Wienken

 

Hilde Domin (Alemania, 1909). Es considerada una de las poetisas más significativas del último tercio del siglo XX. Al español han sido traducidas las siguientes compilaciones de su poesía: Canciones para dar aliento (Llantén, 2018) y Poemas (Amelia Romero Editora, 2002), así como de su prosa: La gata andaluza y otros textos en prosa (Casus Belli, 2015) y El segundo paraíso (Casus Belli, 2012). Entre otros reconocimientos, en 2005 se le otorgó la máxima distinción de la República Dominicana: la Orden del Mérito de Duarte, Sánchez y Mella, en reconocimiento a su labor literaria y al trabajo desarrollado en ese país.