ISSN: 2992-7781
REVISTA DE LITERATURA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

Ignorancia enciclopédica

Patricia Huerta Lozano

 

 

Enrique Guzmán (hidrocálido de corazón)

 

1952

Nació Quique. Quedan 102 días para terminar el año.

 

1953

En sus sueños, Enrique Guzmán se reunió con muñecas diabólicas. Su primera palabra fue “saladino” y nunca más volvió a pronunciarla.

 

1966

A los 14 años renombró a Nuevo León, Chihuahua, Coahuila y Sonora como “Estados Unidos Mexicanos del Norte”. Para recordar su impresión pintó en unos llaveritos “el Hombre flotando” y se los dedicó a Diego de Montemayor.

 

1977

Participó en una exposición colectiva y salió mal, el agua se derrama del cuadro (El mar) e inunda la Ciudad de México durante cinco años para quitarle el aroma a pipí, pero no tiene éxito y decide quedarse a vivir en Aguascalientes hasta entonces. Los años posteriores sigue participando en exposiciones.

 

1983

Salvó a su hermano de dieciséis años cuando necesitaba una operación muy cara. Sus padres trabajaban de tiempo completo, pero su salario no era suficiente.

A finales de enero, Enrique Guzmán se postuló para la competencia “Paloma bebé” con treinta y dos años, nunca había visto un ave así, de hecho no tenía la certeza de que existieran, pero no le quedaba mucho tiempo con la enfermedad de su hermano.

No esperaba quedar seleccionado para la competencia, muchas personas suelen estar interesadas. Cada año participan veinte competidores, cuatro hombres y dieciséis mujeres. No había casi ninguna certeza, ya que las reglas cambiaban todos los años. El juego de 1983 en general fue sencillo: si encuentras una paloma bebé, ganas y el resto de los competidores son perforados por un láser.

Dos semanas después tuvo que viajar a otro país para la competición. El premio era de cien mil dólares y fue el ganador. Durante su estancia se preguntaba todos los días cuánto costaba una vida.

 

1985

Enrique Guzmán se volvió un vagabundo en un país que no conocía su idioma; pintaba en los ventanales de los negocios palomas, hombres de traje, banderas, barcos y aviones. La competición lo había trastornado y estaba obsesionado por cambiar las cosas. No había pasado una sola noche sin escuchar las voces de los diecinueve competidores y ahora quería salvarlos. Sus garabatos pasaron de dibujos a números, y hay personas que afirmaron ver sus bocetos de una máquina del tiempo en los cristales de las calles.

 

1986

Creó la máquina del tiempo, pero le duele el mundo y no confía en los propósitos con los que se usaría la máquina. Destruye sus avances, sin embargo, deja algunas pistas en idioma perro dentro de sus últimas piezas de arte presentadas en la Casa de la Cultura de Calvillo y en la galería Gabriel Fernández Ledesma. La única persona que podría entender el idioma sería alguien de alma noble, como un canino.

 

Nota

 

No hay disposición alfabética o cronológica que resuelva la vida de Enrique Guzmán, por eso todo debe ponerse en entredicho cuando se trata de la literatura. El texto literario “Ignorancia enciclopédica” no hace alusión al hecho de ignorar o desconocer algo, más bien da cabida a la imaginación plástica y moldeable que permite encajarse entre los huecos de los datos investigados sobre el pintor.

La intención fue mantener el perfil de una persona que siente demasiado y, a su vez, sufre mucho. También se juega con elementos recurrentes en la obra de Enrique Guzmán.

 

Patricia Huerta Lozano (Morelia, Michoacán, 1998). Estudia Literatura Intercultural en la ENES Morelia- UNAM. Es coordinadora de la Red Nacional de Estudiantes de Lingüística y Literatura. Dirige un club de lectura para adolescentes en la UNAM, Centro Cultural Morelia. Es integrante del taller de poesía de Grafógrafxs.