Iliana Espinoza Rivera, en su cápsula bio es, por deber ser, epidemióloga; en sus ansias, es escritora dark, viajera de sus propios guiños por el mundo y a través del encierro. Sólo dos preguntas… Ser o no ser: ahí está la resistencia. Ohm.
TLACOMIZTLI
Entre los pedruscos
ondea
anillada bandera de guerra,
y escurre tersamente
por el cerro
platinado por el alba.
Cacomixtle,
camino de robar.
GATO MALO
Un gato de peluche es
como una manada de lobos,
la decepción de ella.
Cuando alguien respira, él sisea,
sube al techo, va a beber.
Regresa ebrio
para sacar a los durmientes
de la casa
a patadas.
Es rudo, ruge.
Cuando era una persona,
se calló en cuanto lo tocaste.
Hiedra en mi almohada,
pulgas izquierdas en la mejilla:
“¡Déjenme en paz!”
Va caminando por el pasillo, maldiciendo,
con sus pantalones vaqueros
apretados.
Para mantener al salmón de buen humor,
vuelve a subir al techo, va a beber
cursos nocturnos.
Regresa erudito.
Usted escucha su sombra,
otros miran sus maullidos.
No sé si es Ritchie,
pero hoy me enteré de que
este Chupacabras se arrodilló
ante un poema punk.
¡Gato malo!
Nota
Efraín Velasco estuvo en el taller de poesía de la revista Grafógrafxs. Cerramos febrero con su propuesta de abandonarnos en las garras del Google Traductor.
Siempre lo he odiado, pero ahora le reconozco sus buenas puntadas y creatividad. Le propuse la historia de un felino en conflicto con sus congéneres, un malcomprendido que prefiere el valor de su integridad al de la simpatía. Luego de unas lamidas turcas y unos dobleces germánicos, por la intervención de pulgas izquierdas, este gato dejó de meterse con los croissants, se convirtió en la hiedra en mi almohada. Qué extrañamiento es desplazarse y regresar al punto donde no habías estado. Gracias, Google.