Tres poemas
João Mostazo
Yo veo de lejos al planeta y pienso:
qué cagada de planeta.
Pero vivo en el planeta y duermo en el planeta.
Yo despierto en el planeta y pienso:
qué basura de planeta. Qué maravilla de planeta.
Pero pasa un cometa por mi cabeza.
Tomo al cometa y me siento en el cometa y pienso:
qué mierda de cometa helado.
Pero voy encima de él porque la caída es alta.
Yo escucho la charla de las bacterias congeladas
y pienso: bacterias congeladas del carajo.
Pero ellas tienen razón,
entonces me conformo.
I.
Los trabajadores del foso cavan la tierra, abren la nada en la tierra.
Los huesos de los trabajadores del foso, puntiagudos, rasgan
la piel de los trabajadores del foso.
Los músculos de los trabajadores del foso acumulan
la masa que sacan de la tierra, y crecen;
los trabajadores del foso guardan en la carne
el vacío que sacan de la tierra.
Los trabajadores del foso se iluminan:
es noche y la oscuridad constriñe.
Los ojos de los trabajadores del foso en la noche son linternas blancas.
La tierra se hunde en sí misma.
Allá abajo, en el fondo, cerca del infierno,
los trabajadores del foso cambian su fuerza
por la nada que abren en la tierra,
y pagan con este cambio la entrada
indeseada en la próxima tierra.
Mañana un monumento será erguido aquí —piedras blancas,
bronce, multitud,
en homenaje a los trabajadores del foso
que hicieron esta obra imposible.
II.
Los muertos caminan de izquierda a derecha;
los muertos, la caravana de los muertos,
las carrozas llenas de dolientes de los muertos y sus calaveras,
empolvadas,
caminan, se arrastran, vencen la tierra,
de izquierda a derecha.
Los soldados cargan a los heridos, corren, tropiezan, se levantan,
cargan a los heridos de izquierda a derecha;
los helicópteros posan con los nuevos combatientes y cruzan
de izquierda a derecha.
Los muertos que no fui, que no soy, que no puedo ser,
pasan de izquierda
a derecha,
y la humanidad pasa a galope en la avenida
siguiendo sus tambores y arrastrando sus cuerpos vivos en la
avenida.
La humanidad pasa en el planeta y en la avenida.
Sólo sé de muertos que no regresan, que tocaron la materia viva
que yo no toqué, y encendieron antorchas, y pasaron de izquierda
a derecha.
Grandes cosas.
La humanidad pasa, dura, queda.
Herrumbre en el acero de la civilización.
Traducción de Sergio Ernesto Ríos.
João Mostazo (São Paulo, 1991). Poeta, dramaturgo y traductor. Escribió y produjo los espectáculos Fauna Fácil de Bestas Simples (2015), A demência dos touros (2017) y Roda Morta: uma farsa psicótica (2018). Es autor del libro Poemas para morder a parede (2020).