Libros y lecturas de David Meza
1. ¿Qué representa para ti un libro?
Una oreja. Leer es tocar orejas, es como enamorarte porque te das para ser voces o sensaciones, u otros y otres u otrxs uotr° o vortes o vórted o vórdej. También es una forma de quedarse dormido. O de despertar. Leer es una forma de incomodarse. También es una máquina del tiempo. Y una máquina del espacio, es un teletransportador, un consumirse, una consumación de las consumaciones, un aprender a ser poseído, es como ser santo, es como no pecar en ninguna frase, es olvidarte completamente de ti, es una lectura. Algunos libros son raros porque son como seres vivos: andan y beben agua, consumen cosas que se encuentran, algunos están llenos de duendes, te mueven las cosas, te desaparecen los archivos, te pierden en los bosques o en los hospitales con olor a pino. Y ante todo, los libros son el puro balbuceo, la pura babita espumosa. En los libros coleópteros veo fanzines, entomología proliferante, ángeles con forma de coleópteros, porque leer es ser oído. Es ser polinizado por un heracross. Es ser escuchado. Es cuando alguien te escucha. Un libro te hace ver que todas las cosas en el mundo son orejas. Todas las palabras son orejas. Todas las palabras son hermosas liebres. Creo en los libros que tienen muchos brazos. Un libro es como una casa embrujada, es como un mar que te roba cosas.
2. ¿Qué autores jugaron un papel fundamental en el desarrollo de tu vocación?
Ignacio Manuel Altamirano con Navidad en las montañas. Sin ese libro no hubiera sabido que se puede escribir queriendo tanto. Y amando tanto. Juan Ramírez Ruiz siempre me inspira con su pura forma. Sé que estoy leyendo un lenguaje extraterrestre en su abecedario de habichuelas. Vicente Huidobro me dio la confianza. Me enseñó a aceptarme. Creo que casi todos los libros son un poco luciferinos, pero La casa encendida, de Luis Rosales, no tiene nada de eso. Está limpio. Es un libro que amo mucho, que me sanó mucho. Cuando era chiquito lo fundé y luego él me está ayudando a fundarme. Mis innumerables pláticas con Omar Jasso me fundaron. Dámaris Cuevas es fundamental para mí porque me enseña cómo hablar en el momento de la muerte. Allen Sánchez. Kevin Castro me impresionó en la frescura; Alzati, en la forma. Pero también los autores de cosas no literarias me forman o me fundan, como los autores de Peñafiel con esporas plutonianas, los autores de las cortinas de baño como un recuerdo bien vívido. Friedrich Nietzsche y Eiichirō Oda. Los inventores y un largo etcétera.
3. ¿Qué te han regalado los libros?
Me han regalado, me han quitado, me han hecho de todo. Creo que me enseñaron que tenía una voz. Me confrontaron. No leí uno solo que no me confrontara. Remolinos saturninos, centellas jupiterianas. Me enseñaron que yo también podía regalar cosas. Y que otros podían regalar cosas. Sentí todo mi cuerpo lleno de renos. Me enseñaron katas. Posiciones, hackeos, skibidi toilets y cameras man en las constelaciones de acuario y capricornio. Me regalaron setecientos brazos.
También me han regalado mucha empatía porque, al darte la posibilidad de ser muchxs, pues también puedes empatizar más con otras personas. Eres como otros son, sientes como otros sienten, quieres como otros quieren, amas como otros aman, hablas como otros hablan, eliges como otros eligen y deseas como otros desean.
4. ¿Cómo te fuiste introduciendo en el mundo de la lectura?
Yo te quería, pero no te amaba. Pequeña gran diferencia. Me fui metiendo a los libros. Estaban don Quijote y Sancho en los cuadros y en las esculturas y en las figurillas y caricaturas animadas. Vi al Quijote mucho antes de leer el libro. Vi a Jesús en el interior de las casas antes de leer los Nuevos Testamentos. Todxs los personajes ya estaban fuera de los libros. Más bien sólo fue seguirlos. Al enterarme de que los libros también tenían diarrea empaticé con ellos. Fue fascinante enterarme de que los libros también tenían diarrea. Me sentí un libro con las hojas desplazadas en el éter.
5. ¿Qué libro que leíste en tu infancia sigue rondando en tu cabeza?
No sé si en la infancia leía libros. Pero me acuerdo de mi mamá cantándome la de “duerme, duerme, negrito, que tu papá está en el campo, negrito”. Yo creo que es lo más cerca de un libro que leía en mi infancia. “Te va a traer codornices para ti, te va a traer carne de cerdo para ti, y si el negro no se duerme, viene el diablo blanco y ¡zas!, te come la patita yakapumba, yakapumba”. Mi mamá me protegía espiritualmente con ese cuento.
6. ¿Realizas lecturas unitarias de autores —para captar su espíritu— o lees una novela de uno y otra de otro?
A veces, leí a Raúl Zurita, ahí vi el cielo estrellado. A Gonzalo Rojas. Espiritualmente estuve con los infras, es como ir por el One Piece, es la desilusión total, gozosa y serpentina, esporádica. Con Ana Basilio creamos pócimas combinando libros y es más disperso. Incluso cuando hago lecturas unitarias hago lecturas dispersas, siempre hay muchas aurículas áuricas y mamuts congelados.
Todo The Strokes, todo The Doors, todo Pink Floyd, todo U2, toda La Vela Puerca, todo Mago de Oz, Todo The Pixies, todo AC/DC, todo The Beatles, todo Nirvana, todo Nach, todo Blondie, todo Nacho Vegas, todo Stanley Kubrick. Actualmente estoy enamorado de todos los refranes, y pues salen de todas las bocas, de todas. Hoy escuché uno que decía: “O agarro la Biblia o trueno los cuetes”. Nomá, fue fascinante, la señora rompió la matrix.
7. ¿Qué libros están presentes en los tuyos?
Todos. Absolutamente todos los que he leído.
8. ¿Qué libros has releído?
Yo creo que casi todos. Releo un buen, las situaciones, los errores, los días. Soy un obseso, todo se presenta, pero desde diferentes ángulos, como leer el mismo verso de día, de tarde o de noche. Releer el mismo libro de niño, de joven, de adulto y de viejo. También releerlo muriendo, leerlo una sola vez, una sola gran lectura hecha a muchos ojos. En espirales como los planetas.
9. ¿De cuántos libros está compuesta tu biblioteca y qué podemos encontrar en ella?
Pura joya, papi. No es cierto. No tengo casi biblioteca, la verdad. Pero Justo ahora tengo un Quijote, un Bhagavad-gītā, un libro de astrología védica, un libro con la obra del Bosco reunida y comentada por Stefan Fisher. Las armas molidas, de Juan Ramírez Ruiz; Obras Completas, de César Vallejo (una edición que me regaló Kevin Castro); una edición verde alucinante de Los tiempos jurásicos, de Kevin Castro; un Altazor, de Vicente Huidobro; un Brutus, de Marco Tulio Cicerón, traducido por Bulmaro Reyes Coria; Splendor, de Enrique Verástegui, y poco más. Bueno, de ahí mi segunda vida, y lo primerito que me encontré al abrir los ojos fue un poema de Nancy Niño Feo. Después de muchos años volví a leer y sentir que estaba leyendo un poema. Entonces tengo libros de ellx. Luego apareció Dámaris Cuevas. Y pues tengo su libro Tortas locas con dedicación. Luego apareció Jaime Tzompantli, y pues wow, y tengo su libro. Aparte él me regaló un Semblanza con una dedicatoria bien hermosa, donde me enseñó a través de un conjuro los primeros pasos para hacer poesía (fue muy chido). Tengo un Dark Master, de Vraiux Dorós. Tengo La Balada de Mr. P Mosh, de Javier Raya, con un pedacito de su cabello. Tengo 3, de Jesús Lévano (un libro que viajó desde Perú como todo un buen viento geminiano, un libro hermoso), un Soft Release (reléase), un Vomit, libros de magia, un maravilloso Sol verde, una Biblia, las maravillosas flechas de Ana Basilio, etcétera.
10. ¿Cuál es el libro que te ha impresionado más y por qué?
En el camino a Krishna, porque es el libro que modeló mi vida. Yo creo que ese libro es mi corazón.
11. ¿Qué significa para ti publicar un libro?
Es como borrar un mandala.
12. ¿Con qué autores te nutres actualmente?
Con el Bosco, con todxs mis contemporánexs, con políticos. Me nutro con creadores de todo tipo, con Missa, con Fran Hevia, con empresas, con marcas políticas, con ideologías, con apps, con la Liga de los Súper Cuates, con Nintendo, con Tres Acordes, con el habla de los pozarricenses, etcétera.
13. ¿Qué tipo de libros te producen antipatía?
Los que le tienen miedo a la muerte.
David Meza (La Paz, Estado de México, 1990). Estudió la licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas en la UNAM. Ha publicado los libros El sueño de Visnu (El Gaviero, 2014), Mi nunca jamás (Cuadrivio, 2015) y Marta (o en las ideas de la imposibilidad) (Papas Fritas Editoras, 2022).