1. ¿Qué representa para ti un libro?

Depende cuál. La idea general «un libro» no representa nada. La mayoría de los libros no me interesan.

 

2. ¿Qué autores jugaron un papel fundamental en el desarrollo de tu vocación?

Edgar Allan Poe a los 7, Franz Kafka a los 13, Louis-Ferdinand Céline a los 18.

 

3. ¿Qué te han regalado los libros?

No hay regalo ahí. Leer es difícil, requiere un esfuerzo. Uno se gana la entrada al libro. Ya adentro hay de todo: liberación, viajes, comunión, vida psíquica, sentido existencial. Pero hay que esforzarse.

 

4. ¿Cómo te fuiste introduciendo en el mundo de la lectura?

De niño no sabían qué hacer conmigo. No había otros niños con quien jugar, un verano, y ellos, los adultos, no querían lidiar conmigo. Un tío me ofreció su colección de Poe. Yo nunca había leído ficción. La tía se puso nerviosa: «¿No está muy chico?». «No pasa nada», dijo el tío. Error. Esa lectura me lanzó con violencia a otro mundo y volví cambiado. O sigo allá. Y desde entonces dije «voy a ser escritor». Y así fue. Nunca tuve opción. Fui marcado e hice lo obligado.

 

5.  ¿Qué libro que leíste en tu infancia sigue rondando en tu cabeza?

Eso: Poe. Toda la obra. La leí entera en dos semanas. Alucinante. Sigo alucinando. Ya estaba yo mal desde chico. Era autista o algo así. Me llevaban al doc para que hablara. Pero leer a Poe lo empeoró todo.

 

6. ¿Realizas lecturas unitarias de autores —para captar su espíritu— o lees una novela de uno y otra de otro?

Claro que no. Qué horror. De la mayoría de los autores, leo unas páginas y adiós. Me aburren muy pronto, sobre todo los novelistas. Puedo leer a Cormac McCarthy o a Thomas Bernhard porque son genios con la prosa, pero la mayoría de los novelistas (parrafistas, les llamo), hombres o mujeres, me aburren de golpe. Me aburren sus personajes de pacotilla, sus tramas banales o, peor, su cosmovisión clasemediera. Pero lo peor de todo es el estilo. No hay inventiva, no hay imaginación. Excepto en McCarthy y personas así. Pero prefiero por mucho leer a un buen cuentista. Economía.

 

7. ¿Qué libros están presentes en los tuyos?

Yo robo de todo. Por ejemplo, me encanta robar de Thomas Ligotti robándole a Bruno Schulz. Nada fácil. Absoluto genio, Schulz.

 

8. ¿Qué libros has releído?

Releo siempre a Céline, Burroughs, Cioran. Y a los autores de weird tale: Poe, Machen, M.R. James, Lovecraft, T.E.D. Klein, Ligotti.

 

9. ¿De cuántos libros está compuesta tu biblioteca y qué podemos encontrar en ella?

Número, no sé. Si vienen a mi cuarto, van a encontrar sólo libros que me gustan, porque todo lo demás lo tiro a la basura. Si un libro me aburre, va directo al cesto. Se siente increíble tirar libros a la basura. He visto que hay libros míos en las tiendas de segunda mano y pienso: «Lo hubieras tirado a la basura. Te perdiste de una enorme satisfacción».

 

10. ¿Cuál es el libro que te ha impresionado más y por qué?

Me sigue costando trabajo creer lo bueno que es Blood Meridian, de McCarthy. Está mejor hecho que todos los países del mundo. Pero de nuevo, voy a endiosar a Schulz. Un genio de otro planeta.

 

11. ¿Qué significa para ti publicar un libro?

Nada. De chico pensé que significaba todo. Pero ya no me significa nada.

 

12. ¿Con qué autores te nutres actualmente?

Ligotti, Simic, Borges, Pessoa, Cioran.

 

13. ¿Qué tipo de libros te producen antipatía?

Casi todos. Lo siento. Soy un ogro. No es mi culpa. La mayoría de los libros me producen antipatía. Pero más que antipatía, me producen nada. Prefiero ver un gato en acción o contemplar un árbol que leer la mayoría de los libros.

 

Eduardo Padilla (Vancouver, Canadá, 1976). Sus libros más recientes son Blitz (Filodecaballos, 2013), Un gran accidente(Bongo/3pies, 2017) Hotel Hastings (Cinosargo, 2018) y Zwicky (Cinosargo, 2021).