Libros y lecturas
Sohulii
1. El mar y la playa son elementos muy importantes en tu cuento Otredad. ¿Qué simbolizan para ti y para la protagonista?
Mis recuerdos más bonitos son de la playa: yo en el mar sintiendo las olas. El mar siempre ha tenido para mí una connotación de tranquilidad, pero al mismo tiempo es un espacio desconocido y peligroso, casi como un espacio con significado místico por el misterio que representa. En ese sentido, creo que el mar, y el agua como símbolo general, es un umbral entre la vida y la muerte. Y me parece que eso aparece representado en el cuento: como metonimia de la vida está el ombligo enterrado cerca de la playa, y la desaparición en el mar como la simbolización de la muerte.
Me parece también que para la protagonista el mar no sólo representa esa dualidad, sino que también es memoria, porque es a través de su conexión con el mar que recuerda a quien ya no está; pero también representa la posibilidad de reapropiarse de una vida que están viviendo por ella. Me parece que, aunque el mar es símbolo de soledad y tristeza en el cuento, es también un símbolo de esperanza.
2. En Otredad abordas temas como la identidad, la memoria y la salud mental. ¿Qué mensaje o reflexión quieres enviar a los lectores?
Más que querer que mi cuento sea leído de alguna forma, porque creo que todas las personas pueden interpretarlo como deseen, me parece que el cuento en sí es un ejercicio de memoria y búsqueda de identidad; al menos lo fue así para mí desde el proceso creativo. Creo que todas las personas cargamos con nuestrxs muertxs de una u otra forma, y más cuando no hemos atravesado un proceso de duelo y tratamos de negar ese recuerdo. Creo que a veces ponemos esos recuerdos, anhelos y esperanzas que teníamos sobre alguien en otras personas, justo porque no sabemos cómo lidiar con su pérdida.
Para mí este cuento es eso: recordar a lxs muertxs y dejar que vivan a través del recuerdo, de contar sus historias, de hablar de lo que duele, porque de otra forma sólo nos lastimamos y lastimamos a quienes amamos.
3. ¿Cómo está representado el tema de la muerte en tu cuento?
Aparece más en el ejercicio de memoria que representa este cuento, pero está siempre implícita. Sabemos que hay muerte porque tenemos una escena de un funeral, pero no hay un cuerpo que permita ejercer el duelo; y tenemos el indicio de que fue un suicidio, pero nunca se confirma. La muerte es un tema central, pero nunca es mencionada como tal. Creo que eso es justo lo que marca la poética del cuento: nadie habla sobre quien no está, a menos que sea a través de otrxs, a través de la comparación; y el cuento jamás se atreve a decir qué ocurrió de forma explícita, debemos deducirlo a través de los indicios.
4. ¿Qué representa para ti un libro?
Como alguien que se dedica a estudiar la literatura, el libro es un capital cultural y simbólico; pero como alguien que se apasiona por la lectura, un libro es una forma de conocer a otros y sentirse en compañía en esta vida. Y no veo por qué ambas concepciones deban estar peleadas.
5. ¿Qué autores jugaron un papel fundamental en el desarrollo de tu vocación?
El primero fue Oscar Wilde, porque sin sus cuentos es posible que nunca hubiese desarrollado un gusto por la literatura. También creo que Rick Riordan fue muy importante, porque a través de sus lecturas llegué a los clásicos grecolatinos; pero también me hizo darme cuenta de que la literatura puede ser divertida y jocosa. Philip Pullman, porque a muy temprana edad llegué a sus libros, además de que fueron los primeros que yo me compré, y guardo con mucho cariño su lectura. Y Rumi, porque descubrí su poesía y me cambió la vida.
6. ¿Qué te han regalado los libros?
Más que nada, compañía. La literatura ha estado para mí en momentos difíciles, y a través de ella también me he dado cuenta de que no estamos solxs. He aprendido de todos los libros que he leído, eso es cierto, y esa es otra cosa importante que he tenido de las lecturas, sea en libros impresos o en otros soportes.
7. ¿Cómo te fuiste introduciendo en el mundo de la lectura?
Fue a una edad temprana. Mi familia siempre se preocupó por regalarme libros de todo tipo, pero creo que quienes más influyeron fueron mis abuelitos. Recuerdo a mi abuelita leyéndome en voz alta libros de historia de México y a mi abuelito recitándome poemas que se había aprendido de memoria. Mi primer acercamiento con la lectura fue una lectura colectiva.
8. ¿Qué libro que leíste en tu infancia sigue rondando en tu cabeza?
Hay varios que recuerdo con frecuencia, pero uno que siempre está ahí es El libro que se muere, de Ricardo Chávez Castañeda. Lo leí a los 9 o 10 años, y lo recuerdo mucho porque todos sus cuentos me dejaron pensando en la relación que tenemos con la muerte. De hecho, en mi cuento Otredad ronda la idea de «ser la tumba» de alguien más, y justo es algo que aparece en uno de los cuentos de Chávez.
9. ¿Realizas lecturas unitarias de autores —para captar su espíritu— o lees una novela de uno y otra de otro?
Leo de forma muy desordenada. Hay momentos en los que me puedo leer toda la obra de un autor —como lo hice con Oscar Wilde y lo estoy haciendo ahora con Camila Sosa y Mónica Ojeda—, pero también leo todo lo que se me atraviese y llame mi atención. Incluso hago lecturas simultáneas, que no recomiendo a menos de que se tenga una buena memoria.
10. ¿Qué libros están presentes en los tuyos?
Qué pregunta tan difícil, porque decir a quiénes leemos nos coloca en una tradición desde la que queremos ser leídxs. Pero creo que siempre están las lecturas de mi infancia, como las de Ricardo Chávez, pero también me gusta pensar que hay algo de Caballo sea la noche, de Alejandro Morellón; de La destrucción o el amor, de Vicente Aleixandre; la obra de Antonio Machado; algo de Mónica Ojeda, y bastante de Rumi. Creo que el trabajo de rastrear una genealogía es algo que prefiero dejar a quien me lee.
11. ¿Qué libros has releído?
Las malas, de Camila Sosa, porque ha sido importante para mí y por cuestiones académicas. Caballo sea la noche, de Morellón, porque también es un libro que me despierta muchas cosas, entre ellas, un interés académico. Drácula, de Bram Stoker, porque siempre he amado a los vampiros. Respiración artificial, de Ricardo Piglia, y El lugar sin límites, de José Donoso, porque los leí una vez en la carrera para un par de trabajos y no he podido parar de pensar en ellos; muy seguido me descubro repensándolos y de pronto de nuevo los estoy leyendo.
12. ¿De cuántos libros está compuesta tu biblioteca y qué podemos encontrar en ella?
Hace algunos años quise inventariar mi biblioteca, pero paré porque muy seguido olvidaba agregar lo que compraba, así que me aventuraré a decir que entre 200 y 300. Podemos encontrar de todo: libros infantiles —porque me interesa mucho la literatura infantil—, teoría literaria, terror, libros en inglés, novela gráfica, fanzines, clásicos de la literatura universal y novelas juveniles. De todo un poco.
13. ¿Cuál es el libro que te ha impresionado más y por qué?
Creo que fue una compilación de poemas de Rumi hecha por Coleman Barks, porque, verdaderamente, después de ese libro nada fue igual para mí. Ni la forma en la que veo el mundo, ni la forma en la que leo, ni nada.
14. ¿Qué significa para ti publicar un libro?
Dar vida a lo escrito, porque mantener las cosas para ti está bien, es divertido y puede ser un pasatiempo, pero publicar, compartirlo, es darle vida, y eso implica el estar dispuesto a que, como dicen Roland Barthes y Foucault, quien lee se lo apropie y lo interprete como desee, aunque eso signifique que no sea leído como deseábamos que fuera leído.
15. ¿Con qué autores te nutres actualmente?
Creo que es difícil dejar de lado a autores que te han acompañado por mucho tiempo, así que volveré a decir que Rumi. También Vicente Aleixandre, William Blake, Reinaldo Arenas, Mónica Ojeda, Camila Sosa y las personas con quienes publico en Miazma Fanxine: Río Mercedes, Josshua Tenoch, Leonardo AChi y Mena Madrid.
16. ¿Qué tipo de libros te producen antipatía?
Definitivamente los de autoayuda. Y libros que pretendan reproducir ideas nocivas, como lo son la misoginia, el fascismo y la transfobia.
Sohulii (Ciudad de México, 2002). Estudia Letras Hispánicas en la Universidad Autónoma Metropolitana y se dedica a la improvisación teatral. En 2024 fundó, con Josshua Tenoch y Río Mercedes, el fanzine Miazma.