Las aves que no soportan el ruido
(fragmento)
Liah
pienso en los días en que no soporto verte
porque me provocas náuseas
porque, como con los pájaros muertos,
percibo el olor de tus vísceras reventadas
hay días en que no dejo de llorarte
y luego te odio
fantaseo con dejarte caer por las escaleras
mientras hablas
mientras hablas y maldices
y te vuelves insoportable
luego te ríes como loca
mientras remojas en café con leche
el pan que has ablandado a martillazos
para el desayuno
luego callas
y la casa se convierte en un sepulcro
las noches
y el silencio te pulverizan
tu cabeza se convierte
en hormiguero
te nacen insectos de los lagrimales
de las fosas nasales
de los oídos
extiendes la fotografía
con tus dedos arrugados
tus dedos que no paran de temblar
me observas tan fijo
desde lo nuboso de tus ojos
tu mirada hecha de cataratas
que me da miedo
veo la foto hasta la náusea
y te ríes como loca
con tu mirada punzante sobre mí
sin objetivo
porque tu ojo está casi ciego
me llamas con tu voz que es un gruñido
te ves cansada
porque te pesa tanto el cuerpo
tu cuerpo de maternidades fallidas
albergue de escorias
y de hijos no deseados
casa de bastardos
que te quieren devorar la matriz
madre de todos los vicios
eres una reina de puertas
que nunca se abren
reina de las cerraduras
y las llaves que encajas devota
en los ojos de tus santos
en los ojos sangrantes
del niño que reposa en una vitrina
y es la promesa para cumplirte
todos los milagros
esta noche
tampoco podrás dormir
tu cuerpo
será el remanso para los insomnes
para los que gritan de dolor
y los que se arrastran de tristeza
tu cuerpo remanso
para tu madre en agonía
y de todos los que viven paranoicos
porque los animales nocturnos
quieren devorarlos
refugio para tu padre muerto
y para los hombres que en lugar de manos
tienen muñones con los que te tocan
el vuelo de una mosca desvía tu mirada
y te quedas callada
sólo se escucha el sonido del animal que chilla
en el fondo de tu garganta
el flujo atravesando por tus amígdalas enfermas
palpita en tus carótidas
tu cuerpo tan insano
de heridas abiertas que se pudren
es un espectáculo humillante
sigues hablando
hasta que salen de tu boca
migas de pan remojadas en saliva
Nota
Dicen que la escritura es catarsis, quizá sea el mito más desgastado entre los que escriben, pero puedo asegurar que cuando escribí Las aves que no soportan el ruido pude comprobar la verdad de esa vox populi.
El poema nació por dos eventos que me trastocaron: uno fue la muerte de mi madre, porque fue un evento catártico y sentía la necesidad de contarlo; el otro evento fue leer Cuerpo, el poemario de María Auxiliadora Álvarez, pues fue lo que implantó la idea de un poema enunciado desde la voz de la hija hacia su madre, fuera de todos los convencionalismos que existen sobre el tema.
En principio, mi texto era un conjunto de varios poemas donde pretendía retratar la propia fragmentación de mi madre, de su cuerpo destrozado, y sus facetas extremas de humor-desencanto y amor-odio por todo lo que le rodeaba; pero luego se fue haciendo uno solo, un largo aliento para hablar de ella como ser único.
La voz que empezó a alimentar al poema también se hizo única, casi como un monólogo que insistía desde la consciencia en dar reconocimiento a la madre en la jerarquía que antepone el sustantivo, aunque no en aquella maternidad melosa que aparece en las cajas del cereal o en los anuncios de jabón para lavar la ropa, sino en la otra, la que duele ––de manera figurada y de manera real––, para retratar así a una madre carnal que se enferma, que llora, que es imperfecta.
Quise desmitificar a la madre ideal que todo lo soporta y que daría la vida por sus hijos porque fue la forma de reconciliarme y quitarle el peso a mi propia madre de los supuestos errores que se reprochó hasta el día de su muerte, y encontré que la mejor manera de enunciarlo era desde la voz de la hija y no de la propia madre, porque a diferencia de esta, la primera es una voz inconfundible, pues todos, sin excepción, somos hijos.
Liah (Puebla, 1988). Cursa la maestría en Literatura Hispanoamericana en la BUAP. Tiene el blog y canal de YouTube Macabro destino, en el que publica algunos de sus textos. Es integrante de los talleres de poesía y de narrativa de la revista Grafógrafxs.