Noche de Lisboa con autorretrato
y sombra de Ian Curtis
Al Berto
filamentos de gelatinoso neón invaden la catedral
en celuloide del filme nocturno: arquitectura de alas
bóvedas de viento pájaros basura
sonido
párpados de lodo sobre la boca del hombre que se arrastra
de enganche en enganche por las avenidas de la memoria
y cuando encuentra la puerta de un bar se hunde en el infierno
bebe furiosamente
el pecho contra el zinc sucio de una generación de suburbio
presentes aquí los jóvenes, con el yugo en los hombros
y el mundo podría colapsar dentro de 5 minutos
el vaso se rompe
los vidrios frotados en los hombros en el pecho
donde una vena revienta para mostrar el luminoso canto
después baila se retuerce embriagado
cubre el rostro sudado con la punta de los dedos extiende
sangre y saliva construyendo la última máscara
cae hacia dentro de su propio laberinto
como si la verticalidad del cuerpo fuera un veneno
lo domina un estertor
una cuerda invisible le ata la voz
no se moverá más
a pesar de nunca haber avistado los órganos profundos del cuerpo
sabe que también callarán para siempre
la noche es inmensa y ya no hay ruidos
la muerte viene de los pies sube a la cabeza se propaga ferozmente
aunque su inquietante blancura
sólo es perceptible en la súbita erección del ahorcado
Traducción de Sergio Ernesto Ríos
Al Berto (1948-1997), seudónimo de Alberto Raposo Pidwell Tavares. Es uno de los grandes poetas portugueses del siglo pasado. Su obra reunida aparece en diversas ediciones bajo el título de O Medo.