Poemas del libro Longe e sal
Flora Nakazone
Mientras el sopor no es un intervalo
y el rostro se deshace en lluvia
El amor es una criatura sin horizontes.
Mientras el cuerpo es un sueño diáfano
y, en el suelo, no existen rastros
El amor está hecho de ojos cerrados.
* * *
Cuando amé,
yo estaba sola y un árbol ardía a mi lado.
* * *
Te miré hasta envejecer completamente. Hasta que olvidar se
volviera una lengua.
* * *
Persigo la inclinación de una hoja que pende
y se ahoga.
* * *
La playa es un cielo derrumbado.
* * *
La primera palabra, yo no dije.
La primera palabra, yo entré.
* * *
Esta inclinación de cicatriz para enmagrecer.
* * *
Nacer fue continuar un grito oscuro sombrío en el avance de las raíces.
* * *
Yo era un pájaro albino. Húmedo. Yo tenía las palmas
abiertas en la luz, los ojos blancos quietos frente al espejo
que respiraba, la voz con un animal sin patas en el centro.
* * *
El destino quema como la primera visión del rostro de la madre.
* * *
Lo oscuro es el cuerpo más lejano que consigo.
* * *
La boca es la marca de mi orfandad.
* * *
Mi cuerpo excedido es el paisaje natal hacia el cual retorno.
Recostado, mi cuerpo abierto es el lecho por donde avanza la
imagen sin margen que me atraviesa.
Traducción de Sergio Ernesto Ríos
Flora Nakazone (Riberão Preto, Brasil, 1995). Graduada en Medialogía por la Unicamp. Realizó estudios de Cine en la Universidade da Beira Interior, en Portugal, y de Psicoanálisis en el Instituto Távola. Es autora de Longe e Sal (Amitié Casa Editorial, 2024).