ISSN: 2992-7781
REVISTA DE LITERATURA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

Monserrat Arias. Cursó la licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas en la FES Acatlán. Publicó el poemario Soft-release (Niño Down Editorial, 2021). Es integrante del taller de poesía de Grafógrafxs.

 

DOS SUBMARINOS DE ACERO

 

Aún no sabía multiplicar fracciones, pero creía saber el valor que tenía ser petite como otras niñas. Mis primas eran bajitas y delgadas. Su juego favorito era intercambiarse los zapatos para ver quién tenía el pie más chiquito, mini zapatillas rosas aroma a chicle y pequeños tenis Bubble Gummers. Yo nunca ganaba; para mi desgracia y la de mi madre, yo salí a la familia de mi padre: con huesos anchos. Tal vez era lógico que así lucieran mis zapatos favoritos: unas enormes botas negras, con plataforma cuadrada y punta redondeada. Mi madre las odiaba, las llamaba “Frankie-botas”, pero cualquier otro zapato me asustaba. Ella no sabía que me sentía privada de ese universo; yo no sabía de un mundo que me quedara holgado. Me recuerdo apachurrando mis dedos con cinta micropore para meter mis pies en zapatos que ya no me quedaban. En cambio, aquellas botas lucían como dos submarinos de acero, pero por dentro eran amplias y suaves.

Una tarde, sin avisarme, mi madre decidió que me llevaría al podólogo porque caminaba raro. Por suerte, pude pasar al baño a quitarme la cinta antes de sentarme. Una chica llegó y me descubrió los pies. Mientras los revisaba detenidamente, me miró, miró mis “Frankie-botas”. Preguntó directamente por qué tenía pegamento en los pies. Apreté el puño para no llorar.

“Mis amigas lo hacen” (mentí).

¿Pero cómo le explicaba que me encintaba los dedos para que todo encajara perfectamente?

Hay días en los que pienso que debí confesar todo en ese momento, el terror que me causaba ver cómo la talla iba aumentando, la incertidumbre por saber si algún día pararía. Tal vez los días hubieran mejorado. Mi madre no hubiese tirado esas botas al día siguiente, mientras estaba en la escuela. El mundo habría dejado de estar tan apretado.