Praderas temporarias
(fragmentos)
César Moro
La llave mojada
A la edad de doce líneas la senilidad reviste
La herrumbre agria de los partidos de pelota en hígado de cabra desdentada
Que el molde tumba y es el molde que articula
Y encara una docena de empresas-cascadas
Con el bestial suceso de las peores situaciones
Donde el seguro sostiene su mundo como una pierna seccionada
Contento de llover sobre las improvisaciones mineras
El vidrio dirigiendo sus pasos bloqueadores de bestias feroces
No es venenoso hábito de los frascos aplastando cada lunes
El mineral productor de arena fina para consumir cada semana
La mentira de simientes de olores en las caracolas concebidas a ojo ligero
Que el ojo frotándose la envidia descubre el azúcar de piedra del sueño enmallado
Oh llave abombada
Ah llave bólido
Llave boscosa con raíces viajeras
Llave sembrada esparcida de bozas a los cables y a las boyas
Llave xilófaga durmiente en el lugar en uso a los taludes de invierno
Cuya herrumbre hace buenos los tiempos entre los débiles mentales
Tan rodeados que van de ropa blanca resplandeciente ajustada
Sus cabezas cosmorámicas firmando con un trazo de lluvia de fuego
Los choques del lenguaje de los carneros
Ariete-cortejo
Ariete-saltadero
Ariete-lluvia
Ariete-delirio estampa representando el bautismo
la cuchilla caída al infinito
una tarde soleada las cabezas se balancean
con los árboles en pan
Ariete-helecho de leche corriendo sobre un bloque de piedra negra de pequeñas
dimensiones la piedra posada sobre el vientre de un hombre muerto los puños
atados por encima de la cabeza una piedra reproducción exacta de la primera en
menores dimensiones sobre cada ojo portando cada cual una pequeña botella
repleta una de jugo vegetal la otra de fuego, muñirse de una herradura y saltar
un número determinado de veces a través del cadáver comenzando por los pies,
entre cada pausa beber a dos manos de la leche corriendo él es extremadamente
puro porque se lo prende en el aire y él cae por lo menos desde tres metros de
altura, profanaciones diversas
Ah herrumbre con aspecto de falsa ruta dotada de dientes
Bella como el arribo fallido de un furgón de víveres
En un pueblo hambreado
Como un alto horno se ocupa de plumas
Como la manera graciosa de los caníbales
Como el olor de las solfataras
Como una pestaña en el huracán buscando sus ancestros
Herrumbre prensil poco a poco el aspecto de un cataclismo
Donde las botellas devienen zapatos y las columnas suspiros
Poblando los precipicios de encuentros
Un elefante y una pila de agua bendita una cabeza de muerto y un espárrago Un caballo y medias escocesas un paño envolvente un péndulo
Empapado en aceite un sillón y el humo
Como la manera graciosa de caníbales encuentros
Una válvula los piojos pican al papa afectado de uretritis
Los tratados de la iglesia
Se licúan en cola podrida al dorso de los afiches
Para la gran empresa internacional de un burdel monstruo
Con las monjas en camisón y a pelo de estopa regada de esencia
Estas damas tendrán sus negocios en la palma de la mano y sus ojos en bandolera
Sus senos acaparazonados de fiemo de paloma
Y el amor se hará entre el incienso
Enviando su reloj a dar una vuelta
Mientras que el cielo descenderá a tierra
Con tal que un escafandrista encuentre una escolopendra y una escoba una
lechuza virgen
Los búhos se casarán siempre
Con los leones produciendo los ciempiés
Cuyo aceite frotado sobre el hocico
Del lince produce la lluvia de cámara
Lluvia danzante y de la cual se aparta
Abriendo un libro por el final
Y leyendo cada palabra
Entra un gemido agudo antes
Perdiéndose en el cuchicheo de las chinches después
Un avión de chinches recorre el cielo
Dejando caer la palabra frámea
Formada con alfileres en gelatina
Si tú muerdes el plato la genciana
Deviene furgón y tritura los miembros de paquidermos en celo
Más bellos que los truenos retornando desayuno
Tú obtendrás tu permiso
Si te tragas una pancarta de hojalata
Portando las palabras viva el infanticida
El caballo nocturno
Como sigo un esqueleto
Y la amargura me sigue
Todo alrededor las hojas caen
Y escalan el cielo gris o azul
Un sentimiento ni viejo ni nuevo
Ni sentimiento las piedras en su
Hábito y los monstruos ocultos
Y el hábito oculto
Y las esmeraldas
Y las tazas y platos
Y techos y cajones
Nubes como lluvia
Y mecedoras de muerto
Y señales fúnebres y alegres
Y gestos esparcidos
Dispersos como barras fijas
Y paralelas y taciturnas
Qué amargura los trenes silenciosos
Y plomizos y flamígeros
E invierno más duro y pálido
Y siniestro locamente alegre
Los coches cruzados de palabras duras
Y locas: Tú te paseas tumba
Salta el arroyo
Dice adiós
Calcula tus pasos muñeca fúnebre
Una foto-montaña sumergida e inútil
Y bella como una caja de fósforos
Y los fósforos encerados y frotados
De un uso antiguo e ignorado
Y persistente a través de las edades
Empobrecidas y enfriadas
Colosalmente hambrientas y vituperables
Y rígida la luz
Formando una jaula
Una lámpara que se mantiene en
La tormenta perpetua y sonámbula
Y rígida la atmósfera
Y los hipocampos disueltos
Y encolados a los edificios infinitamente
Rengos y taciturnos y lívidos
Asperjando el asfalto de ecos de luna
Templado y sólido más o menos como
Martillos de corcho
México 12 mayo 1938
Batalla en polvo
I
Tú callado del amor callado
Tú no sabes nada tortura del alma
Caballo escéptico bastante alimentado en tumulto
Esta cabaña asediada
Que ría asiática la vida
Ahí vira la carnada
El alma fuera de este espejo de los cetros lúcido rey-espectro desflora la fauna
Nariz postiza pero nos gusta el fuego de pestañas postizas
¡Fuera felinos de agua!
Adormecida la industria arácnida
El chapoteo del sueño duradero encallado de noche
En torbellinos de luna
En coalición de hielos
De estrellas enmalladas con el nido en polvo de basalto
Por el Nilo de mi locura
Resorte horadando las sienes de corcho dinástico de la velocidad
II
Tú callado del amor callado
Tú no sabes nada
Tortura del alma caballo
Escéptico sonriente desnudo
Bastante alimentado en tumulto
Esta cabaña asediada
Qué risa asiática
Ahí vira la carnada
El alma fuera de este espejo
De espectros lúcidos
Rey espectro desflora la fauna
Nariz postiza pero nos encanta
El fuego de pestañas postizas
A la fila felinos de agua
Adormecida la industria arácnida
El chapoteo del sueño
Durable encallado de noche
En torbellinos de luna
En coalición de hielos
De estrellas enfajadas con el nido
En polvo de basalto
Por el Nilo de mi locura
Resorte perforando las sienes
De corcho dinástico
De la velocidad
27 agosto 1950, 2 de la mañana
* * *
Si había
Si yo estaba
Si todo era para nada
Si el más tenaz
Si el más oscuro
Era admisible
Como una lluvia fina
O igual que
El corazón partiría a la guerra
En fila india
Al asalto de los girasoles giróvagos
Si la noche estaba
O del salto peligroso
O del riesgo sin salto
Para un agua tranquilamente mortal
Para acabar con
O sin la mentira
Por un sueño puro
Por una realidad pura
Para que el sol luzca
Sobre un desierto adaptado a la ciudad
Para que la noche
No me interrogue más
Por matar a la esfinge
Y todo comienzo
Y que por la eternidad
Yo pueda amar
Envés en contra tuya
Ah si no había
Justamente esto y eso por qué
Y la sombra de eso por qué
Y su prolongación
Y el hilo que lía todo
Y que enreda todo a fin de cuentas
Si no había
Si ya no había
México
* * *
Pájaro-gato
Pez-tigre
Mosca de oro-tallo
Panteras en cisnes
Cuello de columna de solsticios
Trigo maduro en esmeraldas
Bronce en cabeza de toque en boca de flores
En ríos que bailan
Vuelta a la cascada en escama
Desvelo a mediodía de racimo
Naranja de ébano para los ángeles
Al saquear el río al violar
Equinos
Quimeras
Tuvimos ojos para callarte
Al sufrir la belleza rigurosa
Nómbrate
Liana lenta
O tú favor del Asia
Nómbrense al cabo
Ligereza de los himnos
Tanta que el estío hace la ley
Y los 36 gozos previstos
Robar tus piernas al tiempo los villanos velludos de mejilla
Rosácea de lluvia
Plumero de cielo nuda belleza
Pero más el silencio más bien
Tus ramas oh juncia de hambruna fabulosa
Víctima de oro invicta
Victoria vítrea
11 enero 1952
* * *
Soy loco como un botón gemelo de puño
Caigo vientre abajo según la electricidad
Que modera los precios y sopla el miedo
Del vinagre alado en mangas de camisa
Ninguno puede como un cadáver de pájaro
Que naufraga sobre el jabón seguir
El escarabajo manchado de vino aullador
Sobrevivir la pinza para el azúcar en medio
Del incendio cantor de las calles
El pavimento con que me envuelvo
Es el encaje de una escritura dentífrica
Asegurando la caída de las ideas
En el plato de sopa del que se cubre
La cabeza antes de irse a dormir
Que la cubierta suba yo no soy sino un conejo
Un tintero un crayón al borde de la vereda
Escupiendo humo y esperando el paso
De un navío sin proa ni popa
Narina sin miedo buena cosecha
Abril comienza a llevar falda
El odio destila el rumor
De un huracán en una caja de fósforos con calavera
¿Quién nada por ahí? Donde las terribles condiciones
De pasar la noche de oír el vientre maternal
De tragar vidrio molido de bañarse en el metal
Hirviente del día
Londres, octubre 1933
Traducción de Reynaldo Jiménez
César Moro (Lima, 1903), seudónimo de Alfredo Quíspez-Asín Mas. Poeta y pintor surrealista. Gran parte de su poesía fue escrita en francés durante su estancia en París. En vida publicó sólo tres plaquettes en ediciones mínimas: Le Cháteau de Grisou (1943), Lettre d'Amour y Trafalgar Square (1954). Entre sus libros se encuentran La tortuga ecuestre y otros poemas en español (Biblioteca Nueva, 2002), Amour à mort (Ediciones Ríotigre, 2004) y Praderas temporarias (Libros Magenta/Secretaría de Cultura, 2017).