Música familiar
Lolbé González
La música de mi madre fue cambiando conforme lo hizo ella y nosotras. Al principio éramos una familia de cuatro que viajaba los fines de semana a Campeche. Nuestro Volkswagen no tenía estéreo, así que llevábamos un reproductor portátil de casetes. Alguien en la cinta decía “Yo que fui tormenta, yo que fui tornado”. Mi hermana y yo preguntábamos: “¿Cuánto falta para llegar?”. En la parte de atrás del auto siempre había una caja de plástico llena de casetes rotulados con marcador Esterbrook. Yo sabía que mi madre estaba tratando de ser otra cuando ponía música demasiado rara o canciones en otros idiomas. “Escucha esto”, me dijo alguna vez, y yo supe que estaba explicándome algo fundamental. A Barry Manilow lo escuchó por épocas en más o menos tres vueltas. Yo notaba que ella estaba feliz cuando él decía algo así como “Oh, Mandy o I can't smile without you”. Barry cantando y yo observándola a ella para tratar de descifrar el misterio de su alegría.
A mi padre, en cambio, la música nunca le fue necesaria. No se veía urgido a adherir melodía y letra a sus eventos biográficos. Cuando, muchos años después, contrajo segundas nupcias escuché la canción de su baile de boda. Ahí estaba Barry Manilow con su Can't smile without you. Pensé entonces que you puede ser cualquiera y también que el amor no es otra cosa que material reciclado.
Lolbé González (Mérida, Yucatán, 1986). Maestra en Psicología Clínica por la Universidad Autónoma de Yucatán. Es docente en la licenciatura en Lengua y Literatura Modernas de la Universidad Modelo. Participó en las antologías Yo quería llamarme Emilio, como tú, y otros poemas (Grafógrafxs, 2021), Blavatsky. Antología del taller de poesía de Grafógrafxs (Grafógrafxs, 2022) y Desgracia, ebriedad, locura y tal vez Illinois. Poemas de amor de Grafógrafxs (Grafógrafxs, 2022). Es autora de Quiscalus mexicanus (Grafógrafxs, 2022) e integrante del taller de poesía de Grafógrafxs.