ISSN: 2992-7781
REVISTA DE LITERATURA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

Karl Ove Knausgard,
La muerte del padre. Mi lucha: I,
ISBN: 978-84-339-7844-8,
Barcelona, Anagrama, Panorama de Narrativas,
2012, 504 pp.

Emiliano Monge,
No contar todo,
ISBN: 978-607-31-7000-0,
Barcelona, Literatura Random House,
2019, 400 pp.

Alfredo Bojórquez (Mérida, Yucatán, 1988). Es maestro en Letras por la UNAM, editor y traductor en Tumbalacasa. Su más reciente libro se titula Espero que no llueva (en prensa, Maquinadeaplausos).


Novelas bloqueadas

Alfredo Bojórquez

 

Me limité a darle la espalda y volví a subir la escalera. No le regalaría el placer de ver las lágrimas en mis ojos. La vergüenza que sentí por estar a punto de llorar, con quince, casi diesciséis años, era más fuerte que la humillación que sentía porque me hubiera imitado.[1]

 

El patriarcado es un régimen que nos orilla a fingir que somos duros. La muerte del padre (2012) narra un duelo que lo ejemplifica en el primero de los seis tomos de Mi lucha, de Karl Ove Knausgard. Es una novela sobre el comienzo de la vida: amores idealizados, borracheras adolescentes, idas de pinta y el primer concierto de su banda de rock. La cita que abre este texto se encuentra entre las primeras páginas, cuando el padre se burla de la forma en que su hijo pronuncia la letra “r”.

El protagonista se entera de la muerte de su padre con una llamada cuando llevamos ya cientos de páginas acostumbrados a la ligera densidad del libro. Frederic Jameson detecta que las emociones en esta monumental autobiografía no están expresadas, aparecen sin dramatización.[2] La descripción de las características gastronómicas de los huevos del desayuno merece tanto espacio y detalle como el dolor de un adolescente humillado.

De manera similar, No contar todo (2018) es una novela que repasa la historia de una familia: Carlos Monge McKay, el abuelo, Carlos Monge Sánchez, el padre, y Emiliano Monge García, el hijo. A través de diarios, conversaciones y como si se tratara de alguien más, cada uno estudia su vida. Así aparece el narco sinaloense, el 68, la guerra sucia y la izquierda citadina, aristas que definieron la segunda mitad del siglo XX.

El día que telefonean a Emiliano para notificarle que se había muerto su abuelo, se quiebra varias veces, “aunque no es capaz de comprenderlo ni tampoco de organizarlo, tiene claro que no quiere compartir con nadie más lo que ahora mismo está sucediendo”.[3] No se trata de que los hombres no sientan nada, ambos protagonistas lloran, pero “la pretensión masculina es que los verdaderos hombres no sienten dolor”, como señala bell hooks, por eso lo ocultan.[4]

La forma es síntoma del fondo: Monge –Fernanda Melchor y mucha narcoliteratura– narra la violencia con violencia y Knausgard, antidramáticamente a un personaje bloqueado. Esto sugiere que hay una escasez en las formas de representar la realidad: el tema limita la forma. Temporada de huracanes (2017) demuestra que esa tendencia no socava la calidad y Fiesta en la madriguera (2010) de Juan Pablo Villalobos es una de las excepciones porque explora el narco con cierta ternura.

Como aclara Almudena Hernando, para despatriarcalizar la masculinidad, es decir, evitar la disociación histórica entre razón y emociones, hay que fijarnos en los actos.[5] Varias pedagogías antimachistas se alejan de este objetivo al centrarse en modular el lenguaje o los modales sin apuntalar una estructura milenaria. El bloqueo emocional que padecen los personajes de Knausgard y Monge es la base de un régimen que nos arrincona y aísla. Muy poca literatura invita a imaginar remansos a nuestra propia cosificación. 

Sin embargo, las dos novelas muestran hombres que se desnudaron frente al espejo, sujetos literarios contradictorios, personas con profundas cargas de soledad e introspección. Son libros valientes porque ensayan personajes capaces de vulnerarse, que suavizan un panorama áspero y cuartean siglos de narrativa enfocada al genio o el combatiente que se aísla del mundo, enfundado de argumentos y armas, convencido de que nos protegerá de la adversidad sin elaborar el miedo, el enojo, la alegría y el resto de sus emociones.

 

 

[1] Karl Ove Knausgard, La muerte del padre, Mi lucha: I. 2012, Anagrama, p. 253.

[2] Fredric Jameson, “Itemised”, London Review of Books, vol. 40, núm. 21.

[3] Emiliano Monge, No contar todo, 2019, Random House, p.281.

[4] bell hooks, La voluntad de cambiar, fragmentos. 2020, en prensa, Tumbalacasa.

[5] Almudena Hernando, La fantasía de individualidad, sobre la construcción sociohistórica del sujeto moderno, 2018, Traficantes de sueños.