Cuatro poemas de O Rei menos o Reino
Augusto de Campos
Donde la Angustia royendo un no de piedra
Digiere sin saber el brazo izquierdo,
Me sitúo labrando este desierto
De arena arena arena cielo y arena.
Este es el reino del rey que no tiene reino
Y que —si algo lo toca— se deshace en piedra.
Esta es la piedra feroz que se hace gente
—¿Por milagro? De mano y palma y piel.
Este es el rey y este es el reino y yo soy ambos.
Soberano de mí: El-que-fui-hecho,
Solitario sin sol o suelo en guerra
Conmigo y contra mí y entre mis dedos.
Por eso mi voz esconde otra
Que en sus dobleces desenvuelve otra
Donde en forma de sonido se perdió el Canto
Que yo sé adónde aunque no oigo oír.
* * *
En ese reino
Donde yo soy el rey y eres la muerta reina
O donde yo soy
El rey y eres la reina muerta y la muerte
Son mis brazos,
El referido reino donde los tristes vasallos
Nunca encuentran al rey que en sí mismos buscan
Y donde el rey se corona a falta de vasallos
Y donde a falta de reino pisa el propio cuerpo
(Duro reino),
Tú, que apenas me restas, tú, ahora, mueres,
Mueres la dura muerte
En la carta de la baraja en que te entierran viva.
Reina muerta,
Muerta en ese reino
Donde eres tú la encantada y yo que tengo el Canto
Que sólo a mí desencanta, duro como las piedras
A la seda que adormece en tus oídos:
Ya que no puedo más desencantarte
A mi Canto que es antes Desencanto,
Encántame contigo
Muerte y reina a la tuya
Más que habla
Fábula.
* * *
Pueblo mío oh mi polvo
En las cabezas oscuras y en los brazos amargos.
¿Dónde tus ojos, dónde
En tanto visco y arena?
Estremeces los brazos, vienes de largas aguas.
¿Dónde tus ojos, dónde?
¿Escurrieron en el visco la clara substancia
O la arena los enjuga hasta las tristes raíces?
Mueves la negra masa y negra
La guían en los ojos ciegos como bocas.
Te mueves en derredor y mientras duermes
Dejas un rastro siempre el mismo, negro.
¿Serán tuyos estos cráneos oscuros que parecen
Vivos aunque oscuros cráneos,
Estas bocas sin labios que aún vomitan sangre
Y devoran devoran otros cráneos oscuros
Por las nucas inertes?
Oh polvo mío extenuado pueblo
Monstruo de carne y sueño que se mueve
Como camino a mi alrededor sombrío.
¿Qué más quieres de mí además de mí?
Me arrancaste la lengua y la hiedra cubre estas palabras
Piedras
Que se arrancan de mí con la sangre de mis vasos
Y muerdo con mis dientes en final oferta:
Cuando comienzo: —Mar… — tus oídos se pudren
(No se conmueve tu masa, mueve apenas
Aquellas negras, negras voces,
Hablan en pan en plata y yo las oigo PIEDRA).
Vivo
No quieras ser más vivo de lo que estás muerto.
Las siemprevivas mueren diariamente
Pisadas por tus pies en cuanto naces.
No quieras ser más muerto de lo que estás vivo.
Las muertes-vivas rompen las mortajas
Se miran unas y otras y retornan
(¡Sus cabellos azules, cómo arrastran el viento!)
Para amasar el pan de la propia carne.
Oh vivo-muerto que escarnece las paredes,
Quieres oír y hablas,
Quieres morir y duermes.
Hace mucho que las espadas
Atravesándote lentamente lado y lado
Partieron tu voz. Sonríes.
Quieres morir y mueres.
Traducción de Sergio Ernesto Ríos
Augusto de Campos (São Paulo, Brasil, 1931). Poeta, traductor y ensayista brasileño. Es uno de los creadores del movimiento denominado Poesía Concreta. Parte de su producción está reunida en las colecciones Viva Vaia (1979), Despoesia (1994) y Não (2004).