ISSN: 2992-7781
REVISTA DE LITERATURA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

Pagan Day

Monserrat Arias

 

 

I

 

Me acostumbré muy tarde a que así son las caricias en el rostro al despertar con cruda, si es que se despierta, con un escándalo estilo Dance Club, tus dedos en el cabello enmarañado por Psychic-TV. Siento la ligereza con la que te desprendes de todo, pedir una pizza mientras nos reunimos alrededor de una laptop.Compartimos el vino y el pan. Pensamos: esa fue la noche más linda del mundo, aunque nos durara tan sólo un segundo.

 

II

 

Fuimos vampiras ataviadas de baratijas chinas como diosas del Nilo. Ensamblamos altares de botellitas de Yakult chamuscadas que se derrumban solas. Supongo que durante muchos años he creído que así se comienzan las grandes cosas. Una fiesta de cumpleaños que se incendia. Sed de este desierto de ciudad muchedumbrosa con un extraño sombrero de Caín y perlas de tianguis en el rostro. Lo devoro todo, estos recuerdos, porque así son las fiestas, como un funeral; al avanzar las horas todos se irán yendo, hasta quedarme acompañada de un montón de flores blancas.

 

III

 

Me alegro de esta buena suerte de desmoronarme el día en el que todos mis amigos fueron la mejor playlistde YouTube, porque en mi cabeza cae un disparo de re-vólveres que guardé bajo mi almohada para destruir las aceras y bailar cuando vamos a la feria cargados de chicles de fresa.

Camino a casa entramos a un túnel para gritar. Tu mano sobre mi mano, los tráileres avanzaban tan rápido que podrían elevarnos como papalotes.

 

IV

 

Todos sentados en el piso de ese baño, encerrados. Era un ritual, en el que las lágrimas se me escurrían al retrete volviéndonos una fuente, sin saber si era el vómito o la escena que veía desde el techo. Esa noche, mientras todos dormían amontonados en un colchón aplastado, aprendimos a manipular la energía y moverla entre los idolitos del cuarto católico lleno de tiliches de tu abuela.

 

V

 

Esa fue la noche más linda del mundo, aunque nos durara tan sólo un segundo, y reventar para amanecernos hablando de Dios y la muerte. De cómo sueño con pequeños apocalipsis que revienten en los ojos. Labios, lenguas, dedos. Cocodrilos que cargan al mundo. Y ese abrazo cuando me deshice en llanto, porque al fin pude compartir mi único deseo sincero, mi anhelo desesperado de que pase algo. Lo que sea, pero que pase.

 

Monserrat Arias (Guadalajara, 1995). Cursó la licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas en la FES Acatlán. Publicó el poemario Soft-release (Niño Down Editorial, 2021). Es integrante del taller de poesía de Grafógrafxs.