ISSN: 2992-7781
REVISTA DE LITERATURA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

Poemas para una poeta que se va

Pablo Piceno

 

 

estábamos a media luz

a media oscuridad

a medias

 

estamos

 

cuando aparezca la noche

o aparezca el día sin ocaso

ya no estaremos y será una lástima

 

parte de lo que soy es absolutamente todo

como lo que fui contigo

por no haber sido

se mantiene en mi memoria

 

—en mi mente llueves todo el día

tu memoria me inunda en una selva poblada de animales raros

 

y frutos que maduran y no terminan de brotar—

 

 

otro recuerdo:

 

el verano pandémico

oyendo a Tangana y comiendo las palabras sobre la Colonia como un placer culposo

tu tatuaje recién vuelto un globo aerostático

un fuego mántrico tu sonrisa sobre todo cuando algo se volvía solemne

tu burla de las entidades metafóricas

de la trascendencia

Tus talleres con los niños de poesía sobre árboles y jardines y hongos arbitrarios

el halo de la infancia en pleno

 

luego darnos besos y coger sobre un sillón maltrecho remedo de la artillería pesada de algún revolucionario discurso de Carcaño

apelmazarnos y hacernos —que término raro— el amor

 

poco más

 

tu sonrisa abarcándolo todo

un globo terráqueo con los países revueltos las capitales occipitales del neurocráneo que era mi desolación buscando solaz

tu mirada el axis mundi

tus manos aligerando el peso de existir en un mundo en el que la poesía no vale nada

 

tu poesía aligerando la poesía que no vale nada

 

 

algún día cercano partirás

a las tierras del maple

como partiste esta tierra

(estas aguas si se quisiera ser bíblico

cf. abrir paso a la libertad)

 

y todxs cuantxs nos quedamos

llegará el día en que querremos emigrar adonde estés pero habrá pasado tanto que no lo sabremos

nuestro sino será ir errando por la tierra que partiste remendando sus trocitos

 

qué bastardo amor nos legas

la ceguera de buscarte en los escombros que no eran

cuando a tu sombra nos sentamos a cantar la plasticidad del mundo, un wokcito en la sala de tu casa, la alegría

 

 

qué recuerdos

Jorge Drexler en la carretera México-Puebla

tu planeta de los furros y el omegle

tu molestia de que siempre reine la poesía blanca

y las quejas porque la empleada doméstica exija una paga justa

tu objeción a todo eso

 

el letrero de no dejar de amar nunca

colgando de tu frente

tu tapete de bienvenida que rezaba

Este mundo es una mierda

Pero nos tenemos a nosotrxs y a mis gatos

o a la inversa

tu demencia miscelánea

la cordura que me dejó pensativo

desde el día que llegaste con una mochilita pidiendo ride a Querétaro y el deseo de ir tan ligero como tú

sin tanta paja

 

toda instantánea de ti que no tiene final

 

 

esa vez en el barroco

con ojo crítico y moreno valle vivo

interviniéndonos los celulares

 

y que al salir a petición de un servidor leíste

mi tío guille es puto

(qué risa el útero del amor

qué tanto anida en él)

 

leímos un ensayo de Montalbetti o leí

para darle un marco teórico a nuestro deseo de decir

qué derroche del gasto público y qué barroco el barroco para unas calles tan pobremente pavimentadas

la lava del idioma que era lava de un popo adormentado

la hermosura del paisaje que años después verías a diario

pensando en Puebla con más ternura y cuidado que tanto poeta y esteta que se ha ido y desdicho maldecido nuestro ranchito empanizado y mochilón

soltando otra moraleja:

 

el secreto de querer lo amado

está en querer quererlo

el resto es vanitas vanitatum una obcecación

un desierto por corazón

una coraza

 

Pablo Piceno (Wolfsburg, Alemania, 1990). Estudió Literatura y Filosofía en la Universidad Iberoamericana, campus Puebla. Es autor de Metáfora del sol ilustre (Proyecto Literal, 2017). Fue beneficiario del programa Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (2016-2017). Obtuvo el Premio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino 2018 por La castellana errante.