Carmen Gamiño,
Biografía dormida en un doblez,
Centro Toluqueño de Escritores/Diablura, coedición
1992, 97 pp.

Janis Jacobo (Querétaro, 1987). Ha publicado poesía y narrativa en medios digitales e impresos tales como el Suplemento Panóptico del semanario Tribuna de Querétaro, La Rabia del Axolotl, Revista El Humo, Aeroletras, Prosvet, El Periódico de las Señoras. Participó en el Encuentro “Lumbre entre las hojas” (ediciones 2016, 2018), entre otros eventos culturales. Formó parte del Colectivo Poético Lengua Suelta, en el estado de Querétaro, y aparece en la antología Por qué escribo (Gris Tormenta, 2017). Cuenta con los poemarios Venimos de gente mala (Ediciones El Humo, 2016) y Manejo responsable de sustancias (Ediciones El Humo, 2017).

Biografía dormida en un doblez

Janis Jacobo

Hace algunos años, en la casa de mi madre, vi por primera vez The Acid House, película dirigida por Paul McGuigan, con guion de Irvine Welsh. No leí el libro y me arrepiento. Fue entonces cuando, en mis tempranos veintes y después de una adolescencia sobreprotegida, descubrí, por medio del cine y los libros, que el mundo ofrecía historias tales que mi pequeña conciencia no alcanzaba a comprender, pero que me parecían fascinantes. La sordidez y estridencia que maneja Irvine Welsh en sus historias inducen a una atracción inmediata, por morbo, si se quiere, pero logran una narración difícil de olvidar.

Carmen Gamiño provocó algo muy similar a mis primeros acercamientos con las historias de Irvine Welsh y, aunque la temática de Biografía Dormida en un Doblez es totalmente distinta, hay una esencia que les une, al menos desde el punto estético: las imágenes que envuelven las veintinueve historias cortas, las cuales aparecen en primeros planos y con acercamientos agrandados a los detalles de sus contextos. Además, todas estas historias son protagonizadas por mujeres que cuentan, desde metáforas, prosopopeyas y sustituciones, viñetas de la vida que parecen irreales y que, a la vez, son cercanas para todas.

El cuerpo es el centro de la narrativa de Carmen Gamiño, que va desde untarse detrás de las orejas una fragancia extravagante hecha con base en programas de televisión con títulos insinuantes, mezclados rigurosamente en la licuadora; pasando por “la costumbre entumecida en el abdomen abultado”, que deja al desnudo el temor que circunda a las mujeres en una sociedad que prepara para trabajar sin importar nada, a pesar de la precariedad de los empleos y la desigualdad de las remuneraciones entre los sexos; hasta llegar a la prohibición de “dejar salir por los poros de la piel cualquier pensamiento en voz alta”, que nos permite ver en un relato con forma de fallo urgente contra el ruido, la necesidad de silencio del entorno, en el que por fin pueda lograrse entablar una comunicación eficaz con la consciencia y que el verdadero acercamiento sea a través de los ojos. Las historias nos llevan a momentos en los que estas mujeres protagonistas nos permiten dar un vistazo a sus deseos, miedos, alucinaciones, temperamentos y fantasías.  

La extensión de las historias es adecuada. En algunos casos bastan párrafos cortos, unas cuantas líneas, para redondearlas, mientras que en otros las líneas alargadas se mueven vertiginosas y caóticas. En el relato “Feliz desde afuera”, una actividad sencilla, como lavar los platos, se convierte en un ataque acuático masivo, en el que utensilios de cocina, vasos, platos y hasta el horno se transforman en objetos de destrucción que de un momento a otro se detienen y la madre de familia es bombardeada por otros elementos; los miembros de su propia familia intentan confundirla y convertirla en un objeto más a su servicio, en fin, un terror recurrente que viene al lavar los trastos en una tarde cualquiera. Biografía dormida en un doblez es un libro de historias cortas que promete poner en quien lo lea un sentimiento de conciencia en los detalles que esconden grandes relatos.