ISSN: 2992-7781
REVISTA DE LITERATURA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

Manuel Parra Aguilar,
Breves,
ISNB: 978-1982-05770-1,
México, Libros Invisibles,
2016, 100 pp.

Christopher Olivas McPherson (Hermosillo, Sonora, 1998). Coautor de varias ediciones del Menú poético(Editorial Dedos Sensibles). Ganador del tercer lugar en el Concurso Estatal Literario Prof. Guadalupe María Rico, género poesía. Becario del Festival Cultural Interfaz Issste-Cultura, edición 2018, en Culiacán, Sinaloa.


 

A propósito de Breves, de Manuel Parra Aguilar

Christopher Olivas McPherson

 

 

Nada indica

cuándo va a terminar

en el poema

 

nada indica

que el poema pronto

acabará

 

El libro Breves (ganador del Premio Nacional de Poesía Amado Nervo en su edición 2016) fue escrito, en parte, con el apoyo de una beca del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Sonora, a través del Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico 2011-2012. Este período de la escritura a la publicación se ve reflejado en el orden y selección de palabras, el uso cuidadoso de metáforas, sobre todo cuando se presentan los instantes imprevistos.

Este libro nos sumerge en la nostalgia; se revisan dichos populares, cantos y refranes marcados especialmente en los títulos de los poemas. Desde la portada se nos ofrece una pista para entender la obra, un vistazo de lo que vamos a encontrar: el juego de “Bebe leche” o “Rayuela” sobre el pavimento, trazado con gis, es decir, las diversiones e infortunios de la infancia y de la adolescencia.

El primer apartado de la obra se titula “De las palabras señaladas”. Este abre con la rima de “chile, tomate y cebolla / mete la pata a la olla”, lo cual nos pone en ambiente. Observamos este jugueteo, pero con la sensación de que hay algo más en él. En este sentido, al término del poema, la voz que enuncia nos indica que alguien no puede dejar de sonreír porque se sabe todos los juegos, aunque no se indica cuáles son estos.

De manera deliberada, los títulos de cada poema están incompletos. Por ejemplo: “Casi una cosa son”, “Aquí pueden pasar”, “Ojos que ven”, “Tarde que nunca”, “No era arisca, la hicieron”. Nosotros nos encargamos de llenar esos espacios, darle un respiro a la lectura partiendo desde los propios títulos de esos dichos y refranes populares. Esto nos ofrece una predisposición a recordar el pasado y a sentirnos en conexión con cada poema que, al mismo tiempo, nunca termina ni empieza, pues los títulos nos crean un sentido de participación.

Cabe precisar que los poemas (no así los títulos) carecen de mayúsculas. Somos cocreadores de este libro, ya que el título revela cuándo comienza el siguiente poema. Esta es una sensación que se va repitiendo, sin el afán de cansar, sino con el objetivo de continuar la sorpresa a través del verso que, a su vez, conforma una línea:

 

QUE SEPA CANTAR 

 

¿quiénes construyeron el patio

sobre la tierra?

otro lenguaje no estaba con el olor a mangos

 

¿mañana de columpios? 

esa es la pregunta,  

                              suponga

 

“De otro modo” es la segunda sección de libro. Si en la primera se aborda de modo directo la infancia, en esta segunda se enfatiza lo natural del paisaje en esa infancia. En este sentido, “De otro modo” recuerda al haikú, no por la extensión de los versos, sino por la temática. En esta parte el animal es el protagonista: ¿quién se mueve?, ¿quién nos mueve dentro del poema? La voz que enuncia es inocente y no toma partido:

 

SON DE PALO 

 

hasta el tronco del guamúchil 

llegaron las risas de los comensales

 

¿cuándo se empezarán a atizar las brasas? 

 

aún es la mañana

y el cuerpo de la gallina degollada patalea sobre la tierra              

 

En esta sección se tiende al juego con el significado y la estructura del poema: la presentación de un convivio para almorzar se contrasta con el cuerpo de la víctima, la cual esperan los comensales.  

“Revisited”, última sección del libro, combina o fusiona las dos primeras partes y deja al lector participar en el texto, completando un poema o con el título:

 

HARÁS UN MONTÓN 

 

en todo caso 

algún sugiere no es confusión

o falta de estrategia

la costumbre duele pero no cambia de piel

uno permanece alerta,

engendra lo de siempre o algo peor 

 

en todo caso uno no deja de ser el uno

 

Se aprecia una sensibilidad introspectiva que crea imágenes evocadoras y emotivas, algunas veces con malicia. Otro poema que muestra un poco de esas observaciones es “Enorme afición”:

 

en realidad

en el poema todo está por suceder;

los instantes no son aún el instante,

no son todavía el estruendo

 

el silencio es forma continua

en el poema que espera impaciente ser leído

 

El poema se convierte en un personaje más en nuestra lectura, cobra vida este juego con el tiempo. Como lectores, seguimos con la expectativa de que algo más puede pasar, pues invita a participar de nuevo, nos hace saber que el poema sabe lo que es: se convierte en un personaje por sí mismo y continúa con este juego de ambigüedades.

En Breves se encuentra este deseo por más, una duda de querer saber qué vendrá después. El lector termina el libro sin saber si ha finalizado el poema, aunque te lo diga el colofón de la obra. Aun así, persiste una pregunta sobre una taza, una pregunta sobre la pregunta: si comenzó o finalizó el poema.