ISSN: 2992-7781
REVISTA DE LITERATURA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

Jorge Abascal et al,
Ficción atómica,
ISBN: 978-607-98803-1-6, México,
Palíndroma,
2020, 150 pp.

Laksmi Contreras Reyes (Tejupilco, Estado de México, 1998). Egresada de la licenciatura en Lenguas de la Universidad Autónoma del Estado de México.


 

Creación atómica: la expansión

Laksmi Contreras Reyes

 

 

La belleza de la creación yace en sí misma como una respuesta a una interrogante que desconocemos y que, sin embargo, sabemos que está ahí, que nos impulsa a dejar algo de nosotros en la efimeridad, quizás con la esperanza de que esa parte nuestra permanezca incluso si no estamos. Que los átomos remanentes sirvan para vislumbrar algo del interior (o exterior) de nuestra humanidad.

Ficción atómica nos permite explorar lo vasto de la creación literaria mexicana, nos muestra un recorrido por los millones de átomos que componen a esta bella antología: treinta autores representando a más de quince estados de la República mexicana con contextos y reconocimientos tan plurales que sólo podrían coincidir aquí; temas tan diversos como la vida misma; múltiples historias, cada una con una esencia que no encontrarás en otra, pues lo único en común es la minificción.

El título de la obra no podría ser más acertado: los cuentos, tan diferentes entre sí, componen a este libro así como los distintos átomos conforman a un cuerpo y coexisten en él. En Ficción atómica las palabras se enlazan y se transforman, constituyen la expansión de la creación atómica que, como menciona Ana María Shua, es “atómica por su potencia, no por su brevedad”. 

El deleite de esta antología yace en la variedad de sabores que hay en cada lectura, con autores de la talla de Alberto Chimal o Agustín Monsreal hasta Paola Tena o Edith Vázques. Es así que encontramos minificciones como “Cicatriz”, de Pilar Alba, que nos habla del anhelo a la aceptación de lo rechazado, de ese amor que esperas de alguien más y que bien podrías recibir de ti mismo, pero que sin duda jamás se asemejaría, ni la experiencia sería igual de placentera o desagradable, pues hay algo en el otro, ya sea su amor o rechazo, que deseamos sin importar nada más. También hay cuentos como “El beso del Hombre-araña”, de Manuel Sauceverde, que tiene un toque de diversión y nos refresca los parámetros de la minificción. Otros, como “Dulce hogar”, de Armando Alanís, o “Adaptación cinematográfica”, de Cesar Navarrete, describen comportamientos sociales de manera breve, sin embargo, en esa brevedad nace la complejidad de lo implícito, de lo que no se dice, pero que guía al ser a pensar y a cuestionarse.

Sin duda alguna, Ficción atómica es una antología que invita al lector a reflexionar, a vivir en carne propia los diversos sentimientos, a reírse de lo absurdo y de lo concreto, a reconocer la pluralidad, a dejarse por ratos para permitirse ser el otro, y, de esta manera, expandir su mundo por medio de la creación.