Cecilia Eudave,
Al final del miedo,
España/México,
Páginas de Espuma/Colofón,
2021.
Karen Chacek (Ciudad de México, 1972). Escritora independiente que ha explorado diversas formas de creación literaria. Ha publicado cuento, crónica, novela y colaborado en guiones que han sido llevados a la pantalla. En su obra concilia los temas sociales que le inquietan con su afición por la imaginación fantástica.
Viaje al final del miedo
Karen Chacek
Con el verano aparecen cientos de ofertas turísticas que prometen vender una experiencia irrepetible. A la hora de la verdad, se desbaratan las escenografías y las aclamadas ofertas no resultan más que otro alojamiento con desayuno en la habitación. Los operadores turísticos se defienden alegando que los viajes con vivencias únicas, que se alejen por completo de lo cotidiano, sólo pueden suceder en los sueños. Partamos de esa idea para hablar de Al final del miedo, cuyas coordenadas lo sitúan en el continente de lo insólito, hogar de una realidad a medio estructurar, sin reglas gramaticales rígidas ni fórmulas predictivas que anulen la disposición del lector a convivir con la manifestación de lo extraño.
El universo que acoge a las historias de este libro no acepta la intervención de algoritmos, tampoco permite que la lógica goce de popularidad. Libros como este conviene leerlos con el hemisferio derecho. No importa si el lector es un aprendiz en esta materia, el propio texto se encargará de arrastrarlo fuera de la realidad en un abrir y cerrar de párrafo e instalarlo en la posibilidad. Una vez cruzada la frontera, la mejor alternativa es continuar sin oponer resistencia a los efectos de la teletransportación; descubrirse de súbito un testigo activo de los eventos, con el beneficio de poder discurrir en voz alta con el protagonista en turno y experimentar en su compañía la confirmación de que lo remoto existe, se trate de alguien que habla desde la ventana capturada en una fotografía, del tránsito por una muy cómoda amnesia, de convertirse por un momento en el habitante aburrido de un repetitivo día de campo, de acudir a un salón nocturno y recibir en la barra un trago personalizado de autodestrucción, de experimentar un doble desdoblamiento, de compartir con un ser amado un pensamiento paranoico, de recoger un bulto extraño a mitad de la carretera o de ser un testigo más de los raros hoyos negros que han aparecido de forma simultánea en diferentes ciudades del globo y que lejos de perturbar a sus habitantes, los fascinan.
Si bien el desencanto reina en el corazón de los personajes y escuchamos sus soliloquios desesperados en los que se sinceran, se asumen, se contradicen y se ríen de sí mismos, derrotados por sí mismos, nunca falta en ellos el deseo de resistir, de considerar que la vida no se ha extinguido del todo, que hay todavía una mínima posibilidad de autorrescate.
Para los genuinos buscadores de experiencias irrepetibles, este libro es una oferta verdadera.