ISSN: 2992-7781
REVISTA DE LITERATURA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

Jazmín Cano,
Miedo,
México, Anverso Editores,
2019, 28 pp.

Patricia Huerta Lozano (Morelia, Michoacán, 1998). Estudió Literatura Intercultural en la ENES Morelia-UNAM. Dirige un club de lectura para adolescentes en la UNAM, Centro Cultural Morelia. Publicó Mermaid Blue (Grafógrafxs, 2021), y poemas suyos aparecen en Yo quería llamarme Emilio, como tú, y otros poemas. Antología del taller de poesía de Grafógrafxs (Grafógrafxs, 2021), Blavatsky. Antología del taller de poesía de Grafógrafxs (Grafógrafxs, 2022), así como en Desgracia, ebriedad, locura y tal vez Illinois. Poemas de amor de Grafógrafxs (Grafógrafxs, 2022). Es integrante del taller de poesía de Grafógrafxs.


 

Miedo, de Jazmín Cano

Patricia Huerta Lozano

 

 

Miedo, miedo de besarte
Cuando estoy contigo
Se prenden las luces
Que marcan mi destino…

María Daniela y su Sonido Lasser

 

El formato de Miedo, de Jazmín Cano, es pequeño, como mis manos; tiene 28 páginas y la reimpresión de 2019 fue de 50 ejemplares. Se lee rápido, pero se piensa de manera prolongada. Bien que lo he vivido estas semanas, donde me he debatido sobre cómo abordar esta reseña y si debería o no escribirla, ya que el tema del abuso sexual me duele y también considero que nunca estaré preparada para desarrollarlo de la mejor manera. No me malinterpretes, realmente deseo que esta reseña te lleve a leer el poemario y por eso decidí escribirla, pero quiero te que prepares, porque va a verbalizar tu secreto, que es el incesto y otros actos sexuales que viviste y de los que jamás hablas, porque son un tabú en el contexto actual de las familias mexicanas.[1]

Eso no significa que te espío o que lo estoy inventando. Me estoy basando en las narrativas que se habían quedado capturadas en la lengua del abuelo, en la manos del primo que descubre la pornografía, en el glande del padrastro, en las amenazas del tío político, en el hermano manipulador que usa el amor para justificar lo que está haciendo, entre otros personajes que conforman la colección de miedos mexicanos.

 

Porque la verdadera penetración
es la que rasga el cuerpo, perfora el tejido
y se clava donde no hay agujero.

Pensamiento puñal, de Lechedevirgen

 

Voy a ir directo al grano: primero me gustaría compartirte algunos fragmentos del poemario; después me detendré a dejar breves comentarios sobre las partes en las que se divide el contenido (son mejores que las primeras ideas que quería desarrollar);[2] y, por último, te hablaré sobre el proceso de creación de la portada.Ahora, de todo corazón, queridx lector, espero que no disfrutes la lectura, sino que te rasguñe, que te retumbe en la cabeza, que te ocasiones un grito y que mueva cada uno de tus intestinos.[3]

 

I

 

Los cactus que toqué con mis manos,

que toqué de niña,

los sequé.

 

Todo lo que toco

lo seco.

 

Todo lo que toco,

lo enfermo.

 

Perdón por tocarte.

 

Perdón por herirte,

la próstata,

abuelo.

 

II

 

El pato

en la bañera,

junto al jabón,

junto a la mugre

de tus manos

que limpian

mi cuerpo.

 

III

 

Roberto es canoso

de manos rugosas

por el trabajo del campo.

 

Enviudó poco después

de que yo llegara a la vida de mi padrastro.

 

Roberto es

de un olor penetrante a sudor,

a tierra,

y a todos esos aromas

que no me gustan.

 

Quedó huérfano

cuando ya era viejo

tan viejo como su madre

sepultado,

como su padre,

bajo los techos

de una casa que conozco por completo.

 

Roberto montaba a las yeguas del rancho

en la oscuridad del patio

las penetraba con fuerza

y acariciaba sus caderas.

 

Roberto se acercó a mí.

 

Roberto intentó juegos que yo no entendía

y amenazas que no tenían un porqué.

 

IV

 

Enero abrió mi centro,

me refiero a mí

este pedazo vivo

de carnes muertas

el Cristo de la redención,

tu muñequita inefable.

 

Yo también desperté

en espera de que el sabor a verga

no fuera tan amargo.

 

Lo has descubierto solitx: el incesto, la pedofilia y el estupro son los fantasmas que configuran la pesadilla de Miedo, plaquette concebida en Ciudad Juárez por la escritora Jazmín Cano. Miedo se divide en dos partes: la primera propone un juego al lector con una adivinanza;[4] la segunda entra a las narrativas del abuso sexual, que se ubican en la casa del abuelo Roberto, un pedófilo que violó continuamente a su nieta.

La plaquette ofrece una lectura cruda, pero sigue siendo un hallazgo al que nada le sobra ni nada le falta. Probablemente, lxs lectorxs se pregunten quién habla, porque Jazmín Cano deja en la imprecisión ese dato, pero basta con entrar al buscador y poner “niña fue abusada por su abuelo” para percatarse de que no es un caso aislado, sino los juegos de poder al que son sometidas millones de niñas.

 

 

Pero bueno, para no enfrascarme tanto en el contenido, me gustaría que prestes atención a la portada, que es un collage realizado por Vanessa Flores y Jazmín Cano. La propuesta da vivacidad a la publicación a partir de los recortes de una revista de Barbie de 1987. Además, Jazmín comparte algo que permanecerá en la publicación hasta que la última plaquette desaparezca: una foto de su infancia y una de su hermano. El gesto es de apropiación, porque al publicar en Anverso Editores no sólo se dejan los textos que se escriben, sino que lxs autorxs conectan con las plaquettes a partir de otros procesos que conlleva la publicación impresa.[5]

A manera de conclusión (lo sé, algo apresurada, pero, vamos, es una publicación corta y esto apenas es una probadita), me gustaría compartirte el último poema de la plaquette como un obsequio, ya que me reservé la adivinanza.

 

Decir que aquí
sangre y fluido se mezclaron.

 

Decir que aquí
boca y lengua.

 

Decir que aquí
ya no.

 

Decir que aquí
para siempre.

 


[1] Eso afirma Gloria González-López en su libro Secretos de familia. Incesto y violencia sexual en México, publicado en español en 2019 por la editorial Siglo XXI.

[2] En algún punto me planteé ir por la tangente y traer algunos resultados de las búsquedas en Google sobre niñas que fueron abusadas por sus abuelos, tipo: “En el Diario de Sevilla: 16 de junio de 2022. Una niña de 12 años, violada por su abuelo, da a luz a bebé prematuro”. Pero pienso que sería innecesario, ya que la propuesta de Jazmín configura en sí misma una colección de testimonios y un trabajo de investigación-creación exhaustivo.

[3] El orden de los fragmentos de la reseña no corresponden a los del poemario, tampoco se encuentran numerados en la publicación original, pero es una forma de indicar dónde empiezan y terminan los fragmentos seleccionados.

[4] No te puse la adivinanza en la selección de fragmentos, porque es mi parte favorita de todo el poemario y soy medio egoísta. Pero si te está interesando, puedes contactar a @anverso_editores en Instagram para pedir tu copia.

[5] Otro ejemplo donde el autor hace una propuesta de la portada en las plaquettes es Blu, de Antonio Rubio, publicada en la misma editorial.