Cuatro poemas
Joan Villanueva
roer
el arte del escape se aprende de observar las paredes blancas y los techos bajos
de ver cómo la sombra de un árbol se convierte en el buitre de tus días
de escuchar las voluntades últimas de las alimañas que te caminan
y sentir la excitación con que imploran a sus dioses por el acontecimiento de la piedad
en la celda de enfrente
suicidio es sanidad
aquí,
en una celda hexagonal la abeja
y al lado, su derecho a guardar
silencio
ocaso
abrirse es
que te acechen las garras de la luz
dejar que repten tu madriguera de serpientes
y que se inaugure una cacería nocturna en tu habitación
desplegar preguntas mínimas. electrificar.
e
inyectar. el veneno. en tus cavidades.
infectar tus tabiques de garabatos que la sangre no podrá disolver
ni siquiera después de mil días con sus noches abultadas de tanto ver hacia la ventana
ni siquiera si tus pies están bien plantados o si tocan el fondo de la maceta
la apertura invade, moviliza la combustión,
agrieta la espina dorsal y empuja a esgrimir las pinzas:
abrirse es el sangrar y florecer de las gónadas infértiles
donde
si te incito a entrar,
sin botas o manual de geología,
el primer espasmo no comprenderá
cuando nuestros rostros se inclinen hacia el suelo
para evitar la incandescencia del sol
que impulsa las preguntas
cómo te sientes
cómo te ha ido
ejercicio espiritual
caminar sobre un río embovedado en negación al movimiento de los astros
endogámicas palabras las mismas vías abandonadas sin tren de cada día
no mismas preguntas sino mismas respuestas / luz de la repetición
expansión de una idea fija: / volverá a suceder /
se volverá a detonar el gatillo de la cámara
no cambiaremos de paisaje / ni de pose /
y seguirán encerradas
nuestras aguas
se voltearán
y nos repetirán
nos regurgitarán,
¡cantarán! / “antes era la forma”
desearán convencernos de su conformidad
informarán de nuevas figuras / nuevas fotografías
sonarán las vejeces en las rodillas de nuestras montañas
nuevos rostros mismos gestos / misma cuesta mismo doblar de rodilla
mismas mercaderes a la venta codo a codo / casi trabajando / casi sin oxígeno
mismos pulmones / alojando a sus mismas gentes / dando de comer a sus mismos hijos
mismas ideas distintos versos / habemus maricas pero no hay estilo / mismamente estamos
todas las noches nos escondemos /cerramos la ventana / no vaya a ser que entre el frío
no vaya a ser que te juntes con esa / la gente es mala / y es invocable: ¡suxo!
diferentes las vidas mismas sus muertes / diabetes hipertensión cirrosis /
diversos trámites mismas las colas / otros los valores mismas las filas /
las gentes se juntan, se apilan / a imagen y semejanza del molde /
otras las honduras de sus miradas mismo agachar de la vista
hoy te toca la misma mano de obra del nunca acabar
al final no importa quiénes perdieron la guerra
si en medio de todo tus aguas están en paz
te insistes, mismas palabras / otra tu voz /
mismo encierro / tu filitud /
misma sed / de tu sangre /
en el principio era el untu
/ informe
lapsus
«juego solo, como Kasparov contra la máquina»
Francisco Ide Wolleter
se dice se cuenta
que a las estúpidas se les sale la risa de las hienas,
en escala 1:1 de tu espina dorsal
se dice
que hay unas cuantas fugas en la destilería de esta ciudad
que la mano derecha no debe saber lo que hace la izquierda y que no ve
cuando arrojas monedas a los transeúntes para que bailen esa lluvia
para que gocen
del espíritu del ex.eso
para que olviden toda convicción
toda tarea, todo orden
toda articulación
todo movimiento preciso
dicen
que podemos arrojarles grandes muertes a nuestras empequeñecidas vidas
que podemos hacer garabatos con la mano izquierda jamás con la derecha
y que podemos garabatear por siempre
porque el único error que no pesa
es el que no para
Joan Villanueva (San Petesburgo, Rusia, 1992). Estudió Literatura en la Universidad Mayor de San Andrés y Periodismo en la Universidad Católica Boliviana. Publicó la trama artificial (Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia, 2023) y calzar la sombra (Editorial 3600, 2023).