Salma Caristo (Estado de México, 1997). Egresada de la licenciatura en Psicología de la Universidad Autónoma del Estado de México. Realizó una movilidad estudiantil en la Universidad en La Frontera (UFRO), en Chile. Estudia una diplomatura en el Consejo Mexicano de Neurociencias. Es artista visual multidisciplinaria, integrante de Talentos Universitarios UAEMéx, así como del taller de narrativa de Grafógrafxs.
LAPISLÁZULI
Ella estaba durmiendo plácidamente. Demasiada tranquilidad que contrastaba con la penumbra de su habitación. Empezó a moverse de formas inusuales: giraba su cuerpo, extendía sus brazos, estiraba los músculos de los pies y de la cara, tanto que el pijama gris de algodón dejaba ver su piel pálida, y su largo cabello castaño terminó sobre su rostro. Así pasó varias horas.
Abrió los ojos súbitamente, como cuando se recuerda algo muy importante. Mientras se incorporaba, la joven observó su habitación, cada detalle.
Alguien llegó a la puerta, una mujer alta que rondaba los 30 años y parecía haber estado esperando ese momento. Sonreía, una sonrisa que emanaba tranquilidad, ternura y compasión. Se acercaba a la cama.
—¡Ofelia, estás despierta! —dijo en voz baja, pero animada.
Caminaba con un ritmo muy particular, como cuando Ofelia se pone contenta tras recibir una buena noticia, haciendo una especie de danza muy sutil. Se podría decir que tarareaba una canción, pero sólo se veían sus labios moviéndose. La mujer se detuvo al borde de la cama, a la derecha de Ofelia. Comenzó a mirar a la muchacha, minuciosamente.
Ofelia seguía atenta al cuarto. Dudando un poco, fue conduciendo sus pupilas hacia esa mujer. Justo antes de intercambiar miradas, la mujer se sentó junto a sus piernas. Sólo pudo ver el pijama de seda color cobalto, la piel pálida y el cabello castaño a la altura de los hombros, pero no logró verle la cara.
La mujer acercaba su mano con lentitud al rostro de Ofelia. Comenzó a acariciarle el cabello, primero el que caía en sus mejillas, después el que caía en su frente. Si se viera esa escena, se pensaría que esa mujer la estaba cuidando, como una enfermera; eso incluso explicaría el color de su ropa y la reacción oportuna cuando la joven despertó. Lo cierto es que a esa mujer sí le importaba el estado de Ofelia, pero no estaba atendiendo su bienestar.
Siguió acariciando hasta que llegó al puente de la nariz, continuó con los labios, en donde posó la yema de sus dedos y luego sus uñas, puntiagudas y filosas.
Cayó una gota de sangre; su sonido retumbó en toda la habitación. El pijama de algodón empezaba a absorber el pigmento rojo. Venas marcadas en la piel pálida, respiración agitada y una cara que se vislumbraba claramente. Y se reconocía.
Era Ofelia, Ofelia adulta.
Se despabiló. Mientras la muchacha se incorporaba, emitió un gran suspiro y estiró su cuerpo. Se notaba aliviada de haber despertado realmente. Se levantó de la cama y, con lentitud, caminó hacia la ventana; la abrió, y entró una brisa tan fuerte que su largo cabello se agitó en todas direcciones.
Ofelia se quedó ahí un rato para percibir los colores de las plantas floreciendo, pero le faltó notar uno, el brillante azul cobalto que se reflejaba en el cristal de la ventana.
CEREMONIA
Leyó por última vez la invitación, como repasando cada una de las frases ahí escritas. Hoy es el día y tiene que estar lista para el evento solemne. Es la fecha más importante y también, la más llena de zozobra.
Epicentro: Donde se origina algo. ♦️ Entré a su habitación. Mi mirada se fue directo a sus ojos avellana iluminados por los colores del atardecer que penetraban por la gran ventana que había allí; de ellos surgió mi admiración.
Épica: Poesía de hechos y hazañas. ♦️ Con su cuerpo recostado tan plácidamente, me daban ganas de hacer una prosa con nuestros recuerdos creados hasta ese instante, pero me limité a observar todo con atención.
Epicráneo: Parte lateral y posterior de la cabeza. ♦️ Con lentitud, me acerco, coloco mi mano suavemente entre su nuca y su oreja, y pongo una almohada.
Epicureísmo: Doctrina filosófica de Epicuro. ♦️ Me quedo a su lado, su presencia siempre emana una gran sensación de serenidad, me hace sentir exenta de dolor. Sonrío.
Epidermis. Capa externa de la piel. ♦️ Paso mi mano tiernamente por su piel tratando de no perder algún detalle.
Epigénesis: Crecimiento de lo simple a lo complejo. ♦️ Luego cierro sus ojos, me pregunto qué sucederá después y, con ello, se me ocurren diversas posibilidades que podrían aguardarnos. ¿Cómo reaccionarán quienes le vean? ¿Se verá como le recordaban?
Epígono: Que sigue las huellas de otro. ♦️ Si lo pienso, siempre he imitado sus pasos: estudiamos en el mismo sitio, la misma disciplina, empecé a tener las mismas ambiciones mientras escuchaba sus enseñanzas, y habilidades, y preocupaciones.
Epílogo: Recapitulación de lo dicho. ♦️ Si hiciera un resumen de nuestro tiempo, diría que fue mi guía y yo seguí fielmente su instrucción, al grado de comprender perfectamente por qué me confió este momento.
Epinicio: Canto de victoria. ♦️ Ahora puedo asegurar que de verdad soy su compañía. Quiero expresarme triunfadora, pero lo canalizo a través de mis dedos delineando los crisantemos que tiene tatuados en el brazo izquierdo.
Epítome: Resumen de una obra extensa. ♦️ Le visto con una camisa y pantalones negros, y una túnica color vino, su favorito; también le pongo unos zapatos que combinen. Si buscara una forma de describir su apariencia, diría que tiene aires vampíricos, su piel es pálida y su cabello rojizo.
Época: Periodo. ♦️ Su personalidad. Desde aquellos días en que nos reuníamos a estudiar sobre anatomía, tejidos y descomposición del cuerpo humano, siempre le encontraba en soledad, no era que no tuviera amigos, más bien , eso le daba cierta paz.
Equilibrio: Armonía entre cosas diversas. ♦️ Acomodo un poco las leves ondas de su cabello para que estas luzcan bien con su vestidura, tratando de que todo esté en consonancia.
Equimosis: Hematoma. ♦️ Le pongo un ungüento en las manos. Como acostumbra a mantener su cuerpo ocupado, suelen estar lastimadas. Esta vez sólo tiene un moretón en la palma derecha, menos mal.
Equinoccio: Cuando la duración del día es igual a la de la noche. ♦️ Le dejo por un momento para mirar el reloj. Está llegando la primavera, así que hay tiempo de sobra.
Equipaje: Cosas que se llevan en un viaje. ♦️ Busco las últimas cosas de mi maleta, cosméticos.
Escaparate: Especie de alacena. ♦️ En el estante tiene las brochas más extravagantes que haya visto, así que tomo algunas.
Escena: Representación. ♦️ Siempre le ha gustado acentuar sus párpados y su labio inferior, así que maquillo un poco más esas zonas. También aprovecho para pigmentar sus mejillas, simulando el cutis sonrojado.
Escote: Abertura en la ropa que deja la piel al descubierto. ♦️ Miro el atuendo completo y, finalmente, le pongo un collar de diamantes en su pecho frío.
Escozor: Sentimiento de dolor agudo. ♦️ Ya todo está listo. De pronto me invade una gran sensación de pesadumbre, al final no pude evitarlo.
Escrito: Documento. ♦️ Miro el reloj por última vez, ya son las 20:00 h. Anoto el dato en el certificado mortuorio. Acto seguido, muevo la camilla al lado del féretro y nos dirigimos a la ceremonia.