Cuatro poemas
Pedro Oom
Se puede escribir
Se puede escribir sin ortografía
Se puede escribir sin sintaxis
Se puede escribir sin portugués
Se puede escribir en una lengua sin saber esa lengua
Se puede escribir sin saber escribir
Se puede tomar un bolígrafo sin haber escritura
Se puede tomar la escritura sin haber bolígrafo
Se puede tomar el bolígrafo sin haber bolígrafo
Se puede escribir sin bolígrafo
Se puede sin bolígrafo escribir bolígrafo
Se puede sin escribir escribir plume
Se puede escribir sin escribir
Se puede escribir sin haber sabido nada
Se puede escribir nada sin haber sabido
Se puede escribir haber sabido sin nada
Se puede escribir nada
Se puede escribir con nada
Se puede escribir sin nada
Se puede no escribir
El soñador espacializado
Este perfume, hábito benigno, incendio espectacular de cráteres extintos, este perfume es la vía de tus cabellos, de tus supersticiones, de tus violencias absurdas, mujer-noche, mujer de espinos con tu floresta de agua salpicada de estrellas, extraña, opaca, ¡a todos los títulos única, a todos los títulos notable!
Tu voz desliza en los confines del glaciar que es tu cuerpo entre nubes y olas furiosas, memoria vengativa, brújula idiota condenando el tiempo, este tiempo, ¡el nuestro! Yo creo en lo increíble. Habrá un tiempo para los trenes de espuma y para los aviones de cieno. Y otro tiempo para tus manos desenrollando los caminos, para el reflejo de tu cabellera imitando las mareas, para la máquina giratoria de tu sexo libre, para la fotografía de tu rostro en llamas.
No hay razón para quemar la esperanza. Tu lecho aún está húmedo de rocío y tus ojos aún se niegan a los dioses. La realidad de tu nuca Everest de hielos eternos, la carrera sin fin de tus brazos arcoíris circundando mi cuerpo, la cordillera de tu piel suave donde mis manos se apoyan son todavía y siempre el único motor para el looping en el espacio, el único claro donde el sueño florece, la única vía que sólo conduce a sí misma.
Yo te digo que no hay razón para quemar la esperanza, esta esperanza que tiñe tus labios y que va con nosotros hasta el fin de los abismos, éxtasis delirante donde no existe el Presente y donde el Futuro es un espasmo violento, una llama súbita en que tú y yo nos fundimos.
No hay razón para quemar la esperanza, esta rubra mezcla de sueño y lava, perfectamente conjugada como un círculo en reposo. Te tengo siempre en mis brazos, en mi ser, y por eso cuando me tiendo nos tendemos sobre el precipicio, olvidamos nuestra condición de individuos para ser el flujo y reflujo de la historia.
Ya no somos lo que se clasificaría como un hombre o una mujer, pero sí una multitud de sombras poblada de nubes, la fusión de dos ácidos, la resolución de un problema.
Mi carne es tu neblina perpetua.
El hombre repetido
Me alegra ser todas las cosas y las sombras que ellas proyectan
ser la sombra de tus senos y de tu boca
el criado de smoking blanco que te agita los cabellos
para un coctel estimulante y fresco
la mesa donde plancho tu cuerpo
los hombros los muslos la curva blanda de las rodillas
me alegra ser el contorno de tu nuca y el binario motor de tus brazos
aunque más pequeño que un corpúsculo celeste
soy los millones de astros microorganismos estrellas
la ruta de todos los navíos perdidos
la angustia síntesis de todos los suicidas
la forma de todos los animales conocidos
el dibujo riguroso de toda la flora existente
Ayer en París hoy en Lisboa mañana en Júpiter
camino para la resolución de todos los problemas
sin la certeza de resolver cualquiera de ellos
como si fuese una máquina de sumar parcelas
cuatro veces cuatro ocho veces diez ochenta
me sabe la vida a lo que Es
esta progresión amedrentadora de cocodrilos bebiendo limonada
Ayer fui la prostituta a quien pagué la noche
hoy seré tal vez el inocente violador frustrado
Sutmil es la ciudad hacia donde me evado todas las noches a la aventura
y «los anillos de Saturno son la fuerza centrífuga-centrípeta que me
agita los brazos en el espasmo amoroso»
la cabeza en Marte los pies en la tierra
viendo «allá al fondo del horizonte lívido»
El tren está en el andén el tren va a partir
apresuremos el paso el momento es solemne
somos el automóvil que sube la avenida
la pulsación acelerada de las maquinarias
taxímetro de una ciudad de provincia
satélites de un satélite lunar
Tú eres el aeropuerto yo el avión que parte
y mucho más calmados entre éter y fuego
recorremos los sueños de planeta en planeta deshojando el
futuro la flor siempre rara
y marcamos nuestro itinerario DIEZ KILÓMETROS
mañana quitaré el curso de soñador espacializado
Poema
Tu boca
es un día estrecho
lleno de moscas
De noche
tiene el color azul-verde
de un veneno
como el mar
Traducción de Sergio Ernesto Ríos
Pedro Oom (Santarém, Portugal, 1926). Su obra estuvo dispersa en publicaciones periódicas, como la revista Pirâmide, hasta que fue recogida póstumamente (en 1980) en dos volúmenes, los cuales llevan el título ActuaçãoEscrita.