ISSN: 2992-7781
REVISTA DE LITERATURA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

Cuatro poemas

Pedro Oom

 

 

Se puede escribir

 

Se puede escribir sin ortografía

Se puede escribir sin sintaxis

Se puede escribir sin portugués

Se puede escribir en una lengua sin saber esa lengua

Se puede escribir sin saber escribir

Se puede tomar un bolígrafo sin haber escritura

Se puede tomar la escritura sin haber bolígrafo

Se puede tomar el bolígrafo sin haber bolígrafo

Se puede escribir sin bolígrafo

Se puede sin bolígrafo escribir bolígrafo

Se puede sin escribir escribir plume

Se puede escribir sin escribir

Se puede escribir sin haber sabido nada

Se puede escribir nada sin haber sabido

Se puede escribir haber sabido sin nada

Se puede escribir nada

Se puede escribir con nada

Se puede escribir sin nada

 

Se puede no escribir

 

 

 

El soñador espacializado

 

Este perfume, hábito benigno, incendio espectacular de cráteres extintos, este perfume es la vía de tus cabellos, de tus supersticiones, de tus violencias absurdas, mujer-noche, mujer de espinos con tu floresta de agua salpicada de estrellas, extraña, opaca, ¡a todos los títulos única, a todos los títulos notable!

Tu voz desliza en los confines del glaciar que es tu cuerpo entre nubes y olas furiosas, memoria vengativa, brújula idiota condenando el tiempo, este tiempo, ¡el nuestro! Yo creo en lo increíble. Habrá un tiempo para los trenes de espuma y para los aviones de cieno. Y otro tiempo para tus manos desenrollando los caminos, para el reflejo de tu cabellera imitando las mareas, para la máquina giratoria de tu sexo libre, para la fotografía de tu rostro en llamas.

No hay razón para quemar la esperanza. Tu lecho aún está húmedo de rocío y tus ojos aún se niegan a los dioses. La realidad de tu nuca Everest de hielos eternos, la carrera sin fin de tus brazos arcoíris circundando mi cuerpo, la cordillera de tu piel suave donde mis manos se apoyan son todavía y siempre el único motor para el looping en el espacio, el único claro donde el sueño florece, la única vía que sólo conduce a sí misma.

Yo te digo que no hay razón para quemar la esperanza, esta esperanza que tiñe tus labios y que va con nosotros hasta el fin de los abismos, éxtasis delirante donde no existe el Presente y donde el Futuro es un espasmo violento, una llama súbita en que tú y yo nos fundimos.

No hay razón para quemar la esperanza, esta rubra mezcla de sueño y lava, perfectamente conjugada como un círculo en reposo. Te tengo siempre en mis brazos, en mi ser, y por eso cuando me tiendo nos tendemos sobre el precipicio, olvidamos nuestra condición de individuos para ser el flujo y reflujo de la historia.

Ya no somos lo que se clasificaría como un hombre o una mujer, pero sí una multitud de sombras poblada de nubes, la fusión de dos ácidos, la resolución de un problema.

Mi carne es tu neblina perpetua.

 

 

 

El hombre repetido

 

Me alegra ser todas las cosas y las sombras que ellas proyectan

ser la sombra de tus senos y de tu boca

el criado de smoking blanco que te agita los cabellos

para un coctel estimulante y fresco

la mesa donde plancho tu cuerpo

los hombros los muslos la curva blanda de las rodillas

me alegra ser el contorno de tu nuca y el binario motor de tus brazos

 

aunque más pequeño que un corpúsculo celeste

soy los millones de astros microorganismos estrellas

la ruta de todos los navíos perdidos

la angustia síntesis de todos los suicidas

la forma de todos los animales conocidos

el dibujo riguroso de toda la flora existente

 

Ayer en París        hoy en Lisboa          mañana en Júpiter

camino para la resolución de todos los problemas

sin la certeza de resolver cualquiera de ellos

como si fuese una máquina de sumar parcelas

cuatro veces cuatro ocho veces diez ochenta

me sabe la vida a lo que Es

esta progresión amedrentadora de cocodrilos bebiendo limonada

Ayer fui la prostituta a quien pagué la noche

hoy seré tal vez el inocente violador frustrado

Sutmil es la ciudad hacia donde me evado todas las noches a la aventura

y «los anillos de Saturno son la fuerza centrífuga-centrípeta que me 

agita los brazos en el espasmo amoroso»

la cabeza en Marte los pies en la tierra

viendo «allá al fondo del horizonte lívido»

 

El tren está en el andén el tren va a partir

apresuremos el paso el momento es solemne

somos el automóvil que sube la avenida

la pulsación acelerada de las maquinarias

taxímetro de una ciudad de provincia

satélites de un satélite lunar

Tú eres el aeropuerto yo el avión que parte

y mucho más calmados entre éter y fuego

recorremos los sueños de planeta en planeta deshojando el

           futuro la flor siempre rara

y marcamos nuestro itinerario DIEZ KILÓMETROS

 

mañana quitaré el curso de soñador espacializado

 

 

 

Poema

 

Tu boca

es un día estrecho

lleno de moscas

 

De noche

tiene el color azul-verde

de un veneno

como el mar

 

Traducción de Sergio Ernesto Ríos

 

Pedro Oom (Santarém, Portugal, 1926). Su obra estuvo dispersa en publicaciones periódicas, como la revista Pirâmide, hasta que fue recogida póstumamente (en 1980) en dos volúmenes, los cuales llevan el título ActuaçãoEscrita.