Cinco poemas
Ana Basilio
El templo de la configuración[1]
Ayer cogimos
mientras yo estaba llorando
y no te importó
que pensara demasiado
La hora que se pace dando vueltas
El frío adentrado
a través de tu espalda
El estúpido congelador
atascado de hielo
Mi maquillaje
borroso
manchado
como tu línea de chats
con el club swinger
mostrando coñitos depilados
de sus esposas
sin rostro
los trozos de carne
están exhibidos en el patio
en medio del absurdo frío
y chistes pendejos
sobre cuánto mide un palo
el más grande de su pequeño recuerdo
o los lugares en el lugar
donde llenarían tu cuerpo con tinta seca
y así
sólo así
nos confunda con —la oscuridad—
sin nombres fijos
de sombras pasajeras
Todos son reales
Sólo cósete
la noche
en la suela de tus zapatos
Las manos transparentes de Grecia[2]
Quiero recostar mi cabeza
sobre la orilla de alguna costa
y que el mundo entero se aproveche de mí.
Encerraría mi pulpa en algunos caracoles
para que oigas mi voz
cada que te acerques al agua
en el mar
en el río
en la comida
en el baño
cuando lloras
o te tallas la piel
de toda la suciedad
que no se acaba
ni siquiera en la saliva
que moja estas palabras.
Gargantas amarillas[3]
De rodillas, hay horas
pesadas, fuertes,
enredadas con los pelos en el piso
y los ríos de Isodine ya no alcanzan.
Un lenguaje natural,
impoluto,
atraviesa el aire conmigo.
La esfinge molida
desbarata
mis dientes.
Se derrite en la luz,
devuelvo la espora
y el espíritu arranca
la pastosidad desaparecida en el cuarto,
pero no logro llegar
a mi pensamiento.
Piernas portentosas [4]
Me levanté
a media noche con piernas de silla.
Tenía miedo de no matarte.
Herí conmigo a una servilleta
y coloqué tu rostro
como una frase cualquiera.
Hacer de mi coño el universo te convierte en el heredero de las rocas transparentes
y cristales que germinan delante de nuestros ojos
el tedio de los pingüinos.
Isabella di Sclafani[5]
Banana verde
Club Savant
Reímos contentos
antes del cataclismo de la imagen
Usurera violenta
dame otro cuadro
para armarle una fiesta a mis papás
en el sostén
de las miradas
Ana Basilio (Poza Rica, Veracruz, 1992). Estudió Letras Hispánicas en la Universidad Autónoma Metropolitana y Derecho en la Universidad Veracruzana. Es autora de Éter para victimarios(Ediciones Sediciones, 2019) y de las plaquettes Alógena (Astros, 2008), Manifiesto bacanal (C.L., 2012), Doña Jetas 3000 (Grafógrafxs, 2023) y Retorno de Saturno (Grafógrafxs, 2023). Parte de su trabajo aparece en Escaparate de Poesía, Revista El Humo, FemFutura y Poetry Slam Madrid, entre otras publicaciones. Es integrante del taller de poesía de Grafógrafxs.
[1] “Evening throne”, pintura de @ajoycalobrisi.
[2] Ejercicio realizado a partir de una pintura de Wolfe Von Lenkiewicz.
[3] De una pintura de Roger Ballen.
[4] Inspirado en dos pinturas de Louise Bonnet.
[5] Inspirado en un retrato pintado por Isabella di Sclafani.