Tres poemas
Laura Erber
circunstancia de la luz
estamos volando en círculos
los pájaros también
presos
en los haces de luz
exhaustos
sin saber
que rodean
la propia muerte
tortugas perdieron el horizonte
al nacer quedan tontas
desbrujuladas
van errantes por la playa
mueren demasiado
no sólo la falta
el exceso
de luz
también
liquida
dice la científica de las estrellas
dice el guardián de la noche oscura
dice el vendedor de un nuevo tipo
de luz amiga de las tortugas
dice el investigador de las consecuencias del azul en el ojo
dice la especialista en huesos de pajaritos
dice el hombre contra las gasolineras
más claros que la luz del día
aquella noche en Budapest
ahora sé
no eran murciélagos
en danza noctívaga
sino bandadas de pájaros
presos en la luz de los reflectores
por ineptitud
dificultad
o cálculo
las cosas cambian
bien despacio
una gitana me dijo
no siempre vale más
lo que duele menos
vi estrellas tatuadas en su brazo
fue en la Avenida Rio Branco
antes de una gran inundación
el mundo tiene tantos problemas
la poeta no consigue ser bohemia
abstracta sismógrafa recolectora
de quintaesencias extraordinarias
no quiero hablar de los animales abatidos
sólo de la raposa-poema
naciendo noche tras noche
de las páginas de un libro
ven y reposa a mi lado
vamos a ver las hortensias
el ópalo de la noche
el sentimiento modulado
el año entero
la vida entera
otras circunstancias
el poema depende
de cosas pequeñas
conseguir
esperar
ver
al animal saliendo
de la fábula real
tabaco prosa
raposa a la intemperie
pasos aterciopelados
el mirlo derrotado
dentro de un cuadro
cosas girando
en la desesperación
de otro libro
todo depende
de pequeñas cosas
un ojo morado
intensidad del tal vez
el animal pequeño
rasgando el poema
enrollando nombres
en hojas de tabaco
tú también vas a flotar
desaparecer de la película
inmejorable de lo que casi
nada sigue siendo siempre
espera
inundación
estrago
dedo sobre la herida
todas las palabras
que cambiamos
monedas sucias
el poema no depende
de nosotros
de mano en mano
las imágenes
volverán a circular
entre el foso y el postigo
después del fin del tiempo
de las cosas girando
guerra de lo dulce
contra lo amargo
la impresión de todo
borrándose alrededor
hasta discretamente
desaparecer
desapareceremos también
en las letras
agujeros
en el alfabeto
versos de circunstancia
me gusta cuando en las clases
alumnas distraídas
despiertan del profundo cansancio
como deidades muy antiguas
en olas de supervivencia
la vida en una cierta edad se parece un poco al cansancio mítico
—un tren lleno pasando deprisa
pero lentamente demasiado deprisa—
y dicen de una sola vez toda la verdad
sobre los textos que no leyeron
(una amiga dice que
cosas mágicas pasan
en el salón de clases
pero también cosas súbitas
como personas
pidiendo permiso ayuda
mostrando cicatrices
recetas
y después desapareciendo
para siempre)
me gusta cuando en las clases
alumnos muy atentos
hacen las preguntas
que más me gusta fingir
saber responder
¿qué es anacronismo?
¿qué significa signo?
me gusta cuando en las variaciones de la vida
que son las clases
me pierdo en medio de una frase
pierdo todas las palabras
pido ayuda a las alumnas cansadas
distantes en sus trenes
infinitos lerdos aunque frenéticos
y nadie osa decir
profesora no tenemos toda la vida
dele a esa frase necesitamos dormir
fotocopiar sufrir
coger y otras cosas
menos palpables
voluptuosas
dele que no tenemos
la menor idea de su idea
de la frase
a veces me salvan de los lapsos
a veces me tiran adentro
un poco más
profundamente
a veces no quiero ser salvada
hay días —todos los días— en que sé que soy
el profesor de natación
sin agua
Traducción de Sergio Ernesto Ríos
Laura Erber (Río de Janeiro, 1979). Es escritora, editora e investigadora. Publicó Os corpos e os dias (Editora de Cultura, 2008), A retornada (Relicário Edições, 2016) y Theadoro Theodor (Editora Quelônio, 2018). Dirige Zazie Edições.