Tres poemas
Luiza Neto Jorge
El poema enseña a caer
El poema enseña a caer
sobre distintos suelos
desde perder el piso repentino bajo los pies
como se pierden los sentidos en una
caída de amor, al paso
del cable donde la tierra abate y
la fecunda ausencia excede
hasta la caída venida
de la lenta voluptuosidad de caer,
cuando el rostro golpea el suelo
en una curva delgada sutil
una venia a nadie en especial
o especialmente a nosotros un homenaje
póstumo.
* * *
arte inflamatoria fiesta improvisada
para verse más bello (la última
belleza) sexo anár–
a reventar por las costuras, escarlatas: él,
solar, multiforme, y tú: la desbandada, contemplativa
imagen de la tijera de la aguja y del dedal.
Bajo tu dedo erigido ¿en qué y para qué? Ningún potro. Semi-
-dioses al acecho de tu hendidura, Baco el
desmembrado inserta las esporas en la destreza en la presa con que hu-
yen y gimen las cabras, las yeguas abultadas, las poderosas
águilas, presintiendo, aunque,
vientos y lunas y sismos y mareas.
Que tú nunca dejes ponerse que tú nunca rodando por el suelo
que tú en un puerto, en fin, portugués, sobre la espuma que
al verso no llega por azar, imagen para coito más
para parecerse más inhóspito (el último espejo: ¡bello! ¡bello!)
Pero la caligrafía desabrocha la blusa. En disfrazarse de
cruzados, en ser así los primeros Viris
¡A la prima! Con sus tres
mástiles de virtud: la fe la esperanza
la caridad joven de veinte y tantas primaveras.
Que no hubo nunca gentes que emigraran de estas revueltas
vigorosas aguas, en pie, con pez hasta los ova-
rios hasta las branquias la punta fenicia de la nave clavada
al fondo
a la conquista de aquellas especies que eran el sándalo la pimienta
la aventurera nalga.
RINCÓN 2
Vivir, mientras tanto, es ver, ir viendo
y también ver incluye dormir
sin que nada se deshaga o excluya
al interior de los sueños.
Pensemos en el comercio de vivir: pasaje de los navíos
cuando, pasando, se retiene la espesa
agua del tiempo, de la tempestad.
Un comercio, apenas —desvío de la moneda
de la trayectoria del oro
para el papel.
Siempre vivir incluyó andar recorrer volar
en avión o con los brazos o en un ser de más
ruedas que nos conduzca
a otro sentido ambulatorio.
Traducción de Sergio Ernesto Ríos
Luiza Neto Jorge (Lisboa, Portugal, 1939–1989). Es autora de Noite Vertebrada (1960) y Quarta Dimensão. Desde 1973 no publicó ningún libro de poemas, aunque sí algunos poemas sueltos en revistas literarias, como Colóquio-Letras. Aparece en la mayoría de las antologías contemporáneas de la poesía portuguesa. Tradujo, entre otros, a Sade, Goethe y Jean Genet.